Cómo He-Man se convirtió en Amo del Universo, cayó… ¡y volvió a levantarse! - Spoiler Time

Cómo He-Man se convirtió en Amo del Universo, cayó… ¡y volvió a levantarse!

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Bárbaros sin sangre. Espadas sin violencia. ¿Cómo fue que #HeMan and the #MastersOfTheUniverse dominó al mundo en los 80, y hoy nuevamente?

¡Hoy es el día!

Tras una larga espera –y procurando muy cuidadosamente que no se repitieran los fallidos intentos de resurrección pasados– Mattel Television y Netflix ofrecen al mundo entero el regreso a Eternia, con la renovada serie animada Masters of the Universe: Revelation.

Pero quienes contamos con más de 40 años, posiblemente sintamos una emoción más extrema, al ser la siguiente memoria auditiva un equivalente a un auténtico himno de nuestra infancia (incluida la voz del emblemático cantante latino, el Capitán Memo):

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https://www.youtube.com/watch?v=TzNARHgDROw

¿Qué hay detrás de los músculos, nobleza y poderosa espada del Príncipe Adam, cuya identidad secreta es la de el hombre más poderoso del universo, He-Man?

Viajemos a través de este homenaje especial, donde gracias a fabulosos y secretos poderes que nos fueron otorgados, les contaremos el surgimiento, la caída y el regreso de una de las franquicias más exitosas y peculiares que combinaron la industria del juguete con la de la animación, con valiosas lecciones para sus sucesores actuales.

El nacimiento de un bárbaro

Para el año de 1975, la industria del juguete estaba acaparada por dos titanes para niños y niñas, respectivamente: Hot Wheels y Barbie. Pero una naciente tendencia preocupaba a la todopoderosa Mattel, que desde sus cuarteles generales en Hawthorne, California notaba cómo grandes franquicias se convertían en series animadas y luego en exitosas franquicias de juguetes.

Franquicias como GI Joe, Star Trek, Big Jim, Six Million Dollar Man conquistaban progresivamente el gusto de niños deseosos de emular las aventuras que veían en el cine o la TV, y las cosas no fueron más llevaderas cuando, por un terrible error de cálculo y perspectiva, el entonces presidente de Mattel (Ray Wagner) rechazó a un joven cineasta llamado George Lucas y su intento de crear “juguetes espaciales” en conjunto, basados en una película que, según ellos, no prometía mucho.

¡Y cuando su competencia Kenner les “comió el mandado”, vaya preocupación y enojo (máxime porque el joven empresario que cerró el multimillonario trato con Lucas era ex-empleado de Mattel)!

 

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https://www.youtube.com/watch?v=XAGYOiP8sOY

Pero Mattel contaba con su propio dream team de “creativos dementes”, con lo que tras arduas investigaciones de mercado directamente con niños, descubrieron que lo que buscaban los pequeños de aquél entones era liberar la “opresión” de sus padres y maestros adquiriendo el control, el mando, EL PODER al jugar.

El director de mercadotecnia Mark Ellis y el diseñador Roger Sweet se dieron cuenta de que las figuras de GI Joe, Star Wars e incluso Big Jim “eran débiles e inexpresivas”, por lo que Sweet cubrió de arcilla una figura de Big Jim, dotándola de músculos y una expresión de furia.

Junto con otros dos extraños muñecos (llamados por ellos “Bullet Man” con cabeza robada de Boba Fett y Tank Man, literalmente con un tanque de guerra por cabeza) los presentaron al director Wagner, llamando al musculoso con piel de oso… ¡He-Man!

Dicen las leyendas que al verlos Wagner, con voz de profeta dijo en voz baja: “¡Ellos tienen el poder!”

No fue magia de hadas, ¡fue ingenio y trabajo en equipo!

Pero Mattel ya había fracasado con licencias fantásticas como Clash of the Titans, Battlestar Galactica o hasta la prometedora Flash Gordon (y la grandiosa música de Queen en su versión para cine), ¿sería esta clara referencia a Conan el Bárbaro lo ideal?

La genial idea de el equipo creativo fue tomando más forma, cuando el peculiar y antisocial diseñador Mark Taylor aportó el diseño definitivo del estelar, junto con un villano que sería tan emblemático como Darth Vader (y que curiosamente se basó en un hombre-esqueleto que lo asustó en una feria cuando era niño): ¡Skeletor!

“Hacíamos cosas de plástico, y de pronto… todo lo que hacíamos cobraba vida”, mencionó Paul Cleveland, ingeniero y VP de Marketing y otro de los precursores de la franquicia de Masters of the Universe, título que por cierto no fue su primera elección (la propuesta original Lords of Power tenía “matices religiosos”, según Wagner), pero que finalmente fue más exitoso por lo que implicaba para el público infantil.

Así, la transformación de un castillo que primero serviría como guarda-juguetes y tras modelado a mano se convirtiera en un auténtico escenario 3D que mandaría a los niños hasta el lejano mundo de Eternia usando su imaginación.

Aunado con ello, asombrosos accesorios como espadas hachas, pistolas y una creciente colección de héroes y villanos hicieron que la colección rápidamente se convirtiera en objeto del deseo de todo niño en América… ¡incluso por encima de los coleccionables de Star Wars, Transformers y compitiendo con su mismísima Barbie (de la misma casa, Mattel)!

Un éxito inusitado

Pero fue una inesperada promesa de Mark Ellis a su cliente potencial Toys R Us lo que catapultó el éxito de Masters of the Universe a proporciones UNIVERSALES: un supuesto par de especiales animados de una hora que ayudarían a los niños que no supieran leer el mini cómic incluido en cada juguete de qué trataba la saga.

Por supuesto, dicho par de especiales se convertiría en algo mucho, mucho más grande…

El equipo creativo se acercó a los estudios Filmation y hablaron con su presidente Lou Scheimer, quien al notar que los personajes carecían de una historia coherente, solicitó libertad creativa y les entregó una serie animada de excelente maquila (ellos habían realizado Fat Albert, Blackstar, Batman, Superman y hasta Star Trek en formato animado) cuyo éxito se extendió durante 2 temporadas y 130 episodios que hicieron a los pequeños desear todavía más jugar con esos personajes de la pantalla chica.

Parte del gran trabajo de Filmation fueron las buenas actuaciones de los actores que dieron vida a los personajes y a que Scheimer reclutó a ex-animadores de Disney que emplearon la técnica de rotoscopio para “calcar” a actores reales y darles movimiento y expresiones más reales a personajes de “caricatura de sábado por la mañana”, haciendo sentir a los niños importantes… y atrayendo a sus papás con las pronunciadas curvas de Teela, Sorceress y Evil-Lyn, ¿por qué no?

Claro… eso sería muy censurable hoy en día, aunque curiosamente en esos años era más terrible una espada con sangre.

Un detalle genial y sumamente inclusivo es que la primera y segunda temporada fueron totalmente dirigidas por dos mujeres muy talentosas: Gwen Wetzer y Erika Scheimer.

Incluso con las prohibiciones de los censores y una notable baja de violencia y muchas bromas bobas, hasta las moralejas “fuera de lugar” del final de cada episodios se convirtieron rápidamente en un código de moral para toda una generación de pequeños.

Trabajo en exceso o competencia desleal... ¿cuál fue la maldición?

Entonces… ¿por qué no sigue siendo He-Man el poderoso coloso de la industria del juguete y la TV que era en los años 80? Los asombrosos números de ganancias en la venta de juguetes creció de $38.2 millones de dólares en 1982 a $80 MDD (1983), $111 MDD (1984), $250 MDD (1985), $400 MDD (1986) y de pronto… sólo $7 MD en 1987.

¿Por qué? Aunque el director de marketing de juguetes para niño Dave Capper aseguró en su momento que la culpa fue de la línea She-Ra para niñas (cuya colección y serie animada respectiva tuvieron un tremendo éxito también), la realidad es que los creativos reconocen que se concentraron tanto en crear y lanzar más y más personajes y vehículos, ¡que no se dieron abasto con las cadenas de distribución para llevarles los personajes base, impidiendo así que nuevas hordas de niños abordaran el mismo fanatismo de otros tantos millones. La creatividad descendió considerablemente y las tiendas de juguetes tuvieron que rematar existencias, lo cual terminó por desencantar al público… y hacer caer estrepitosamente a la franquicia.

Ya para ese entonces Mark Taylor tenía tiempo fuera del proyecto, cuando notó que Mattel comenzaba a abusar del consumismo de padres e hijos, así que no tuvo que sufrir con “el as bajo la manga” para resucitar la franquicia:

La película que cavó la tumba (y un par de intentos más)

Aunque grandes elementos como Dolph Lundrgen (Rocky IV, 007: En la mira de los asesinos) y Frank Langella dieron todo de sí para la versión live-action de Los Amos del Universo en 1987, la confusa película que no definía si era para niños o adultos, los fallos técnicos por la ausencia de herramientas para efectos visuales que terminaron por arrojar a Adam de Eternia al planeta Tierra.

Muchos peros creativos por parte de Mattel hicieron que ni los esfuerzos del director Gary Goddard, las excelentes coreografías de pelea o la belleza de una joven Courteney Cox salvaran algo que sencillamente selló con el clavo final el ataúd de Los Amos del Universo.

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https://www.youtube.com/watch?v=CF20B8p4F08

Pero Mattel no se daría por vencida y en 1989 intentaron revivir al coloso con una nueva serie animada, acompañada de un nuevo alud de juguetes. Pero The New Adventures of He-Man parecía más anime que serie occidental, el peinado “con colita” de Adam y sus pantalones spandex, junto con personajes raros y sin carisma en un entorno espacial sencillamente no gustaron al público infantil, quienes todavía sufrían el desencanto anterior.

El salto al siguiente intento fue más largo, pues fue hasta 2002 (celebrando su 20 aniversario) cuando Mattel lo intentó de nuevo con una serie francamente bien realizada y una línea de muñecos renovados que aludían a la serie clásica, con el esfuerzo de excelentes escultores… pero la nueva generación ya no buscaba lo mismo.

¿Para qué intentarlo de nuevo después de este gran esfuerzo? ¿Era ese el fin de He-Man?

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https://www.youtube.com/watch?v=tB7YbUecymY

¡El verdadero regreso está ante nosotros!

¡Claro que no! Además de una agradable serie reboot de She-Ra y las princesas del poder estrenada en 2018 por Netflix, el verdadero regreso de He-Man es este viernes 23 de julio, con la asombrosa serie Masters of the Universe: Revelation, a cargo del talentoso Kevin Smith.

¿Por qué es trascendente? Mattel Television y Netflix hicieron una alianza donde evidentemente aprendieron de toda esta historia y, junto con lo labrado por miles de fans adultos estos años (que siguieron manteniendo la antorcha con convenciones como Power-Con y grandiosos juguetes de Super7) dieron continuidad a las incógnitas que dejó el episodio 130 de la serie de antaño.

Así, los primeros 5 episodios de Revelación pueden verse en Netflix (pueden leer AQUÍ nuestra reseña completa) y podemos asegurarles que la saga está en buenas manos.

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https://www.youtube.com/watch?v=1djQBtmFusU

Todavía no sabemos lo que ofrecerá Netflix con la otra serie CGI que estrenará este mismo año, pero podemos asegurarles que, haya otra película live-action o no en el horizonte, esta vez el campeón de Eternia regresó para quedarse… ¡y de nuevo tiene el Poder de Grayskull! Solo falta, claro está, que Netflix regrese a catálogo los 130 episodios de la serie original, con los que contaba hace algunos años.

¿Cuál es la moraleja (al estilo de epílogo de la serie de antaño)?

Que, al final, una saga del tamaño de esta no es labor de un solo hombre o mujer, sino de un grupo de mentes unidas que, trascendiendo a sexo, cultura, convicciones y estigmas, pueden lograr algo tan especial como esto… y si siguen unidos, ¡hacer que dure mucho tiempo!

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