El pasado 24 de enero llegó a la pantalla de HBO el segundo especial de Euphoria, la exitosa serie creada por Sam Levinson que, esta vez, se enfocó en la otra protagonista de la historia, la hipnótica Jules. Titulado “F*ck Anyone Who’s Not a Sea Blob“ funciona, junto al especial anterior enfocado en Rue, como puente de la primera temporada hacia la segunda que, COVID-19 mediante, comenzará a filmarse en Marzo. Ambos son recapitulaciones de lo que ya vimos, pero que, a su vez, aportan nueva luz a algunos hechos y nos permiten profundizar en la psicología de las protagonistas de Euphoria.
F*ck Anyone Who’s Not a Sea Blob empieza fuerte: nos sumerge en la mirada de Jules, que ve pasar sus grandes momentos dentro de Euphoria, y nos toca el corazón con Liability, el gran tema de Lorde que reza “The truth is I am a toy/ That people enjoy/ ‘Til all of the tricks don’t work anymore/ And then they are bored of me“ (“La verdad es que soy un juguete/ que la gente disfruta/ hasta que sus trucos no funcionan más/ y todos se aburren de mí“). Así, nos anticipa que nos meteremos de lleno en la psiquis de Jules y en cómo ha construido su identidad en base a los deseos de los demás.
Este segundo especial de Euphoria nos introduce en una primera sesión de terapia que Jules tiene luego de haber intentado huir en el final de la primera temporada. Sin embargo, como pronto anuncia, ella no tiene ganas de hablar de eso. Prefiere conversar acerca de sus ganas de dejar de tomar sus hormonas porque siente que ha construido toda su femineidad en base a lo que pensaba que deseaban los hombres, explotando su sexualidad y convirtiéndose en algo frágil y delicado que no la representa.
Por supuesto, a pesar de su primera negativa, la terapia la llevará a finalmente hablar de su huida, a hablar de Rue, de lo que siente por ella, de su madre y de todas las cosas que, en un principio, parece no querer hablar. La vemos fantasear, como la vimos a Rue, acerca de su vida en Nueva York juntas, qué miedos la aquejan, qué responsabilidad siente en cuanto a su sobriedad y cómo esa misma sobriedad se relaciona con su propia historia familiar y con la figura materna ausente en su vida.
Estéticamente, F*ck Anyone Who’s Not a Sea Blob es bastante diferente de Trouble Don’t Last Always. Mientras que el primer especial de Euphoria era bastante minimalista, concentrándose pura y exclusivamente en Rue, Ali y su diálogo en ese diner, en el segundo la sesión de terapia de Jules se alterna con la imaginación de ella, sus ensoñaciones que se mueven al ritmo de la música (como por ejemplo la colaboración entre Billie Eilish y Rosalía, “Lo vas a olvidar“, que estrenó especialmente para este episodio) y algunos flashbacks de lo vivido en la primera temporada.
El episodio, que fue escrito por la misma Hunter Schafer junto a Sam Levinson, pone de relieve cómo en la primera parte de Euphoria miramos todo a través del lente “Rue“, que dejaba afuera muchas de las particularidades de la vida de Jules, siendo tal vez la más importante el vínculo con su madre, quien, como descubrimos ahora, también es una adicta.
El final es el punto de conexión entre los dos episodios y el paso final en el puente que nos lleva a la segunda temporada: Rue visita a Jules en esa noche de Navidad, antes de encontrarse con Ali (es decir, antes de los sucesos que vemos en Trouble Don’t Last Always) y esta última se disculpa por todo lo que aconteció en el final de temporada. Ambas sienten un amor inconmensurable por la otra, pero también un temor profundo a ser lastimadas y a lastimar. Rue prácticamente huye, dejando a una Jules devastada que llora en la soledad de su habitación. ¿Podrán hallar el camino que las lleve a reencontrarse? Lo sabremos, quizás, en la segunda temporada de Euphoria.