‘And Salt the Earth Behind You’ confirmó que esta es una de las mejores series del año

El pasado domingo 4 de Agosto, Euphoria, la serie juvenil de HBO que sembró polémica a su paso, llegó al final de su primera temporada. Con una segunda parte ya asegurada, el show se despidió dejando la vara muy alta para lo que viene, habiéndose convertido en uno de los mejores de esta segunda mitad del 2019.

Euphoria, que es una remake de una serie israelí, fue creada, escrita, dirigida y producida por Sam Levinson, quien confesó que el show tiene mucho de su propia experiencia adolescente. Perturbadora, la serie de HBO no nos dio respiro ni siquiera en los minutos finales, dejándonos con muchas dudas de cara a lo que viene, pero seguros de que será un éxito como lo que vimos hasta ahora.

La primera temporada de Euphoria contó con 8 episodios que siguieron a Rue Bennett, interpretada por una Zendaya que termina de consagrarse gracias a este rol como una actriz versátil e increíble, una joven que pasó su verano en rehabilitación tras sufrir una sobredosis. Con el retorno a la vida estudiantil, Rue vuelve a caer en los viejos hábitos hasta que conoce a Jules, una joven trans que llenará de luz sus días y de quien se enamorará perdidamente.

Así como destacamos a Zendaya por su labor al traer a la vida a Rue, no hay que dejar atrás a Hunter Schafer, la increíble actriz que interpreta a Jules. La joven, que tenía casi nula experiencia actoral, irradia una energía que sale de la pantalla y nos enamora a todos, aunque, por supuesto, porque Euphoria intenta demostrar que la adolescencia no es un juego de niños, carga con sus dosis de oscuridad.

Este dúo femenino no estaría completo si no hubiera un villano: Nate Jacobs será el nombre del personaje que todos odiaremos desde lo más profundo de nuestras almas y el encargado de vestir su piel será Jacob Elordi. El actor de The Kissing Booth deja sin aliento a cualquiera con este chico tóxico, que luchará contra sus propios demonios arrastrando a todos a su alrededor al mismísimo infierno. En el episodio de final de temporada, Elordi nos mostrará a un Nate en plena crisis, capaz de destruir todo a su paso, violento, visceral, pero también algo desamparado. El trabajo del joven fue tan extremo que en la que, probablemente, fue la mejor escena del episodio, Jacob sufrió una conmoción cerebral que lo tuvo vomitando durante horas. Sí, el gran enfrentamiento físico entre Nate y su padre le cobró a Elordi algunas cuotas de su propia salud.

Sin embargo, Zendaya, Hunter Schafer y Jacob Elordi no son los únicos que han brillado en esta primera temporada de Euphoria. Todo el elenco juvenil ha sabido conmovernos. Sydney Sweeney con su frágil Cassie, Barbie Ferreyra convirtiéndose en un ícono de la juventud y el body positive con su Kat y Alexa Demie con su conflictiva y conflictuada Maddy también se han ganado un lugar en el asombro y la admiración de quienes presenciamos el show.

Estos jóvenes actores no han temido meterse en un guión que no deja nada afuera: drogas y sexo por doquier, violencia, abuso y soledad, son todas monedas corrientes en Euphoria, que ha logrado contar una historia adolescente sin caer en ningún cliché, aunque tenía todos los elementos para hacerlo. La dirección, además, fue otro punto clave en este show, manteniéndose siempre en el límite con lo lisérgico y con una banda de sonido que quedará en la memoria de todos.

Euphoria todavía tiene bastante historia para desarrollar. Personajes como Lexie, interpretado por Maude Apatow, o Fezco (Angus Cloud), todavía no han tenido la oportunidad de pasar al frente de la narración y son, sin duda, pilares en la historia de Rue Bennett. La partida de Jules también queda como una puerta abierta: ¿habrá chance de reencuentro entre las dos jóvenes?

La escena final, que fue una suerte de número musical interpretado por Zendaya luego de su personaje recayera una vez más en la adicción, vuelve a demostrar que Euphoria tiene muchos más recursos de los que creemos para contar una historia adolescente y, por eso, esperamos su segunda temporada con muchas ansias.