No todos los fantasmas asustan: algunos nos hacen reír, llorar y enamorarnos
Cuando pensamos en fantasmas, en general, nuestra mente nos lleva a lugares oscuros: casas embrujadas, cementerios tenebrosos, espíritus que buscan venganza y más. Sin embargo, en la historia de los fantasmas en las producciones audiovisuales, no siempre fue así.
Si bien es cierto que mucha de la presencia de los fantasmas se ha usado para asustar, este no siempre ha sido el caso. Repasemos juntos algunos de los fantasmas de las producciones audiovisuales que dejaron el miedo de lado para provocarnos otras cosas.
Por supuesto, cuando pensamos en fantasmas que no estén pensados para asustar, el primero que se nos viene a la mente es Casper. En pantalla desde 1945, Casper, The Friendly Ghost, o Gasparín, como a veces se lo llama en Latinoamérica fue creado Seymour Reit y Joe Oriolo. Casper es el fantasmas de un niño que, en lugar de querer asustar, solo quiere conseguir amigos. Su debut fue en la pantalla chica, como dibujo animado, pero el Casper que recordamos la mayoría de nosotros es el del filme de 1995, que combinaba la presencia de actores con animación digital para darle vida a nuestro fantasma bueno.
Sin embargo, Casper no es el único fantasma no aterrorizante que conocemos. Otro clásico de fantasmas que no entra en el género del terror es Ghost, la película protagonizada por Patrick Swayze, Demi Moore y Whoopi Goldberg. Estrenada en 1990, Ghost nos habla del amor más allá de la muerte: un fallecido Sam (Patrick Swayze) se queda en este plano y utiliza a una médium (Whoopi Goldberg) para comunicarse con su amada (Demi Moore) y advertirla de un peligro que la acecha.
Y Ghost no es la única película que mezcla el amor con los fantasmas. Sin ir más lejos, la película de Netflix del 2019 titulada Last Christmas, inspirada en la música de George Michael, nos cuenta el romance entre una mujer desesperanzada y el hombre que murió y le donó sus órganos.
Si no nos ponemos exigentes con el término “fantasma”, Just Like Heaven, la comedia romántica del 2005 protagonizada por Mark Ruffalo y Reese Witherspoon también podría hablar del amor más allá de la muerte. Aunque claro, hay que considerar que, en este caso, el fantasma, el personaje interpretado por Witherspoon no está muerto, sino en coma y, spoiler alert, para el final de la película vuelve en sí.
También hay hallazgos extraños pero maravillosos que hablan de fantasmas que no asustan. Uno de ellos es Field of Dreams, una película de 1989 que se ganó tres nominaciones a los premios de la Academia. Protagonizada por Kevin Costner, nos muestra a un hombre que decide, por una voz que viene del más allá, construir un campo de baseball en su campo de maíz y termina viendo cómo allí se juntan a jugar leyendas del deporte que vienen del más allá.
Otro hallazgo es la película del 2017, A Ghost Story, protagonizada por Casey Affleck y Rooney Mara, quienes interpretan a una pareja hasta que él muere. En forma de fantasma (preciosamente representado como el clásico fantasma de la sábana con los dos agujeros sobre los ojos), deambula por el espacio y el tiempo, llevándonos de la mano por una reflexión sobre qué es ser humano, qué es el duelo y qué es la eternidad.
¡Hasta en las películas animadas nos encontramos con fantasmas entrañables! Pensemos en Coco, la ya clásica película de Pixar, que lleva a Miguel, el niño protagonista, al mundo de los muertos y a conocer a diferentes fantasmas, tanto familiares como no, que formarán parte de su camino para regresar al mundo de los vivos.
También en Coraline, la película basada en la novela de Neil Gaiman, los fantasmas sirven como ayuda: los tres niños que habían sido tomados prisioneros por La otra madre son quienes asisten a Coraline y le revelan la verdad.
Las historias de fantasmas son infinitas. Es cierto, como decíamos en un comienzo, que en general los espíritus del más allá vienen para asustar, pero a veces, tienen más para contar. A veces, nos enamoran, nos conmueven, nos hacen pensar y nos ayudan a valorar un poco más nuestros días sobre esta tierra.