Feral es un buen intento de Andrés Kaisser por saltar los lugares comunes del cine mexicano, pero… - Spoiler Time

Feral es un buen intento de Andrés Kaisser por saltar los lugares comunes del cine mexicano, pero…

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Mezcla de mockumentary y cintas clásicas de terror, #Feral es una interesante apuesta mexicana.

Muchos de nosotros la mayoría de las veces, cuando escuchamos “cine mexicano”, podemos relacionarlo con dos tipos de cine: las comedias de situación con los mismos actores cada vez o bien cine independiente que es demasiado conceptual o parsimonioso como para entenderle sin salir muertos del aburrimiento.

Feral de Andrés Kaisser logra saltar todos los lugares comunes que podemos ver dentro del cine mexicano. Resulta ser una gran película de género que es difícil de clasificar en un subgénero porque tiene los ingredientes perfectos para ser totalmente autoral al tener un estilo definido de su propio escritor y director que es la misma persona. Ahora bien, el cine de género del terror en México es fallido; no hay ninguna película actual que pueda jactarse de serlo, incluso aunque tengamos una herencia de varios autores mexicanos que lograron sentar algunas bases.

Video
https://www.youtube.com/watch?v=1tdHyEjc_MI

Kaisser, como lo comenté arriba, tiene un estilo que seguramente bebe de algunos directores encumbrados del cine mexicano. Algunos de los estilos que logré captar aparte del found footage es sin lugar a ninguna duda el falso documental o el docu-ficción, que en la década de los años setenta, para ser específicos en 1976, el director Felipe Cazals implementó en una de las máximas obras del cine de horror social mexicano que dialogaba con una sociedad vapuleada por la violencia de su tiempo. Canoa: denuncia de un hecho vergonzoso (1976), trastocó por medio de una narrativa parecida al documental y cercano a la narración en primera persona: una matanza de un grupo de trabajadores de la Benemérita Universidad de Puebla que, confundidos con estudiantes socialistas, fueron víctimas de lo impensable. El narrador, un supuesto habitante del pueblo de Canoa, interpretado por Salvador Sánchez, lleva al espectador al centro de la causa y la culminación de los hechos violentos por medio de un vaivén de testimonios ficcionados.

Probablemente me estoy aventurando demasiado en comparar a Feral con Canoa, sin embargo, la película de Kaisser tiene un discurso director con esta técnica al contar la historia de un Sacerdote Benedictino retirado gracias a sus bases psicoanalíticas que, dentro de su retiro en la montaña, aplicó con un niño feral que encontró dentro del bosque. Este tipo de eslabón perdido mueve los sentimientos de Juan Felipe (Héctor Illanes) y comienza a ser instruido para que llegue al camino de la civilidad humana y más adelante reinsertarlo en la sociedad. Este sacerdote comienza a documentar todo con una cámara de video, que son el testimonio que nosotros, como espectadores estamos presenciando, acompañados de entrevistas al más puro estilo documental testimonial.

Ahora bien, si la película no es perfecta al querer aterrizar todos sus planteamientos morales y las disyuntivas personales de Juan Felipe, es un excelente ejercicio cinematográfico que logra captar el espíritu de una década por medio de sus flashbacks que emulan grabaciones en videos VHS, donde nosotros somos los investigadores que estamos recabando toda la información. Todo esto no sería posible sin la perfecta fotografía a cargo de Marc Bellver que logra atmosferas inquietantes que sumergen al espectador en una experiencia totalmente inmersiva que juega con una meta-realidad y, por supuesto, con las propias conclusiones del público dentro de la sala de cine.

Pero...

Aunque tiene una excelente actuación de Héctor Illanes (Menéndez: El día del señor) y una muy buena premisa que capta la curiosidad del espectador, no llega hasta el final con este nivel de suspenso y el clímax que su historia debería de alcanzar no llega al objetivo de dejar en shock a quien la está viendo. Se destacan demasiado sus valores de producción que logra atmósferas inquietantes, pero que no aterriza en absolutamente nada. Aún así y con todo esto, Feral es una experiencia relevante dentro del mismo género del terror y del suspenso, que sabe utilizar muy bien sus recursos que, lamentablemente, no son aprovechados al cien por ciento.

En resumen

Feral de Andres Kaiser es un ejemplo de lo que directores nóveles pueden lograr con solo un poco de imaginación. También es un excelente ejercicio cinematográfico que logra introducirte a lugares lúgubres con atmósferas cargadas de misterio y suspenso. Una muy buena experiencia para los que buscan algo distinto en la cinematografía mexicana.

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