En el mundo de las series hay muy pocas que podemos destacar como producciones trascendentales que movilizaron a toda la industria, y Game Of Thrones, más allá de todo, es una de ellas.
Hoy 17 de abril se cumplen 10 años del debut en HBO y desde el primer episodio nos dimos cuenta que estábamos ante algo diferente. A medida que fueron pasando las temporadas, GOT se transformó en la serie más popular del momento y, con el avance de las redes sociales (especialmente de Twitter), su reputación fue aumentando.
Game of Thrones se estrenó en 2011 y llegó a nuestras vidas para ocupar el vacío que dejó Breaking Bad, la cual terminó el 29 de septiembre de 2013 y que, al mismo tiempo, había reemplazado a Lost en el lugar de la serie más famosa. Por eso no es casualidad que la tercera temporada de GOT, y más que nada la cuarta, haya sido el momento en el que más espectadores se sumaron.
Pero GOT no sólo fue un fenómeno en cuanto a espectadores, sino que se volvió un evento social y cultural del que nadie podía escapar, como un eclipse lunar, un recital de los Stones, el lanzamiento de un robot a marte o la final de la Copa del Mundo. Estén interesados o no en el tema, sabían que existía, lo habían oído nombrar en el algún lado. Desde Argentina hasta Hong Kong, todos tenían un cierto conocimiento sobre Game of Thrones.
Podemos discutir sobre cuánto influyó esta abrumadora popularidad en la última temporada de la serie, la excesiva cantidad de teorías, la presión que se ejerció para lanzar los últimos episodios de la manera más rápida posible y demás, pero hay que tener en cuenta que este nivel de repercusión es el sueño de toda cadena televisiva o streamer. Las plataformas crean series con el objetivo de que sean así de famosas, si no saben qué hacer cuando eso se hace realidad, no es culpa de los espectadores, nosotros no los obligamos a poner a Bran como el heredero del trono. (¿En serio? ¿¡Brandon Stark!?)
Algo similar, pero en una medida mucho menor, pasó hace poco con WandaVision, que tuvo una gran popularidad y todos estábamos especulando sobre posibles finales, pero después el desenlace fue un poco decepcionante. ¿Es culpa de los fanáticos por crear teorías? ¡No! eso es exactamente lo que Marvel quería que hagamos, que interactuemos con el contenido y estemos atentos a todo, si ellos después no logran estar a la altura de las circunstancias, pues deberán hacerse cargo.
Los últimos episodios de Game of Thrones marcaron a su público, algunos ya veníamos de quemarnos con Lost y apostamos al show de HBO como la versión superior que llegaba para hacernos olvidar de ese final, pero nos rompieron el corazón de vuelta. Esto fue el equivalente a salir de una relación tóxica y meterse en otra donde nos traicionaron arteramente. La culpa la tiene Breaking Bad, que nos dio esperanzas y nos hizo creer en que las cosas pueden terminar bien. Las cosas nunca terminan bien. El amor no existe.
En fin… todavía estamos buscando llenar el vacío que nos dejó la historia de Westeros, la transición que tuvimos entre Lost, Breaking Bad y GOT se cortó con la serie de HBO, en estos momentos el trono está vacío, y volver a invertir tantas emociones en una serie es algo difícil. Cada vez que estemos frente a un show al que le va muy bien vamos a pensar “¿y si pasa lo mismo que con Game of Thrones? ¿Y si el final vuelve a ser profundamente decepcionante?”.
Nos queda el fascinante viaje que tuvimos durante 6 o 7 temporadas de Juego de Tronos y el recuerdo de los mejores momentos. Pero no sólo a nosotros, HBO todavía quiere aferrarse a eso para lanzar múltiples precuelas y spin-offs esperando una suerte de resurrección de la franquicia. E incluso Amazon Prime Video, Netflix y cualquier otra plataforma o cadena de televisión, cada vez que debuta una nueva serie fantasía y aventura, es vendida como “la nueva Game of Thrones“. El tiempo dirá si alguna cumple con las expectativas, sólo esperamos que la próxima reina de las series si tenga un final satisfactorio.