Esos momentos en los que la serie se volvió MUY vulgar

Lo decimos antes que nos linchen: creemos que Game Of Thrones es fenomenal. Y sobre todo su guión: los momentos inolvidables del espectáculo la han consolidado como LA serie. Y punto… ¿y punto? Veamos.

Seamos justos: la séptima temporada fue muy floja si la comparamos con las anteriores. Sí, pareciera que superar los eventos de los libros de George R.R. Martin ha hecho que Game Of Thrones se volviera hollywoodiana, digamos. Pero también debemos ser justos con otra cosa: también hubo casos de mala escritura en sus mejores años. Algunos de ellos fueron perdonables por ser una molestia menor, pero ciertos momentos hasta idiotas merecen ser lamentados debido a la pérdida del tono de la serie.

Ninguno de estos momentos que dejaremos debajo puede privar al espectáculo de sus logros, pero empañan su reputación y su atractivo por ser una épica original que se niega a sucumbir ante los peores tropos de Hollywood y los clichés fantásticos.

Por mucho que todos elogian la dirección de la serie, ha habido muchos casos de cinematografía de mala calidad y poca coherencia. La escena en la que Yara no pudo rescatar a Theon de la perrera de Ramsay fue una de ellas. ¿La recuerdan? todo sucede en minutos; se enfrenta a Ramsay, sale corriendo perseguida por los caninos que el Bolton liberará; ninguno la alcanza; recorre muchísimos metros hasta su salvación.

Todo totalmente ilógico.

Vamos: hasta el espectador más desinteresado podría decir que Sansa y Arya estaban secretamente en connivencia, así que ¿por qué no podía darse cuenta el supuesto hombre más inteligente de Westeros? Maravillas de la vida misma. La desaparición de Littlefinger siempre iba a surgir de un error raro en los cálculos, pero la tan esperada recompensa no fue satisfactoria considerando que el giro era previsible, y su ejecución fue confirmada por la habilidad mágica del juez Bran para ver las cosas.

Y luego está la forma en que murió. Fue vergonzoso verlo arrodillarse y suplicar, y la forma en que no tenía absolutamente nada planeado para salir de esa situación era inconsistente con su planeamiento constante: un final humillante e impropio para el hombre más responsable de la guerra de los Cinco Reyes.

La séptima temporada tuvo unos momentos que Dios nos libre, y la razón principal fue que muchos personajes principales se volvieron invencibles gracias al relleno de la armadura de la trama.

Jaime intentando atacar a Daenerys y Drogon fue una estupidez, pero admirable; una verdadera hazaña de valentía para terminar la guerra con un solo movimiento, pero la forma en que Bronn lo rescató de ser quemado vivo fue un insulto para la inteligencia de todos: ya era bastante malo que el cuerpo de Jaime cayera en un abismo después de haber sido derribado solo en la orilla, pero el espectáculo requería demasiada suspensión de incredulidad y además le pedía que lo aceptara para poder nadar o ser llevado a la superficie con todo su peso.

Y en un momento Game Of Thrones demostró que se debía ver y analizar con el corazón más que con la cabeza. Los showrunners metieron en la sexta y la séptima temporada clichés de fantasía tremendos. Uno de ellos, y tal vez el más grande, Jon Snow escapó de un momento de completa idiotez en La Batalla de los Bastardos como un héroe de fantasía común, totalmente común. 

Es cierto que la imagen en cámara lenta de él mientras sacaba su espada en el ejército galopante de Ramsay fue brutal, pero la manera ingeniosa en que cada caballo de carga evitaba aplastarlo entraba en conflicto con el realismo de la batalla y el espectáculo… 😛

¿Cómo el mejor jugador del Juego de Tronos va a ser tan poco precavido y se va a poner tan nervioso? El personaje de Littlefinger tuvo un momento muy mal escrito, y ese fue cuando mató a Lysa Arryn por La Puerta de la Luna. ¿Por qué decimos esto? Porque hasta y después de ese momento, Meñique siempre fue un gran personaje, pero nunca entendimos ese arranque de locura total, sin pensar nada de nada, ni siquiera que Sansa podría llegar a denunciarlo más allá que su tía la odiara. 

Ah, y la cara de Lysa al caer… No hablemos más.

Entendemos al amor, entendemos que el sexo es natural, pero ¿tanto? Fan service a más no poder: la escena de sexo entre Jon Snow y Daenerys fue exasperadamente estúpida, y no por su significado sino por su duración. Al minuto ya habíamos entendido todo, no hacía falta la mega expresión lasciva de la cuestión. Seamos coherentes: ¿no sintieron como si esta escena fuera filmada por un George Lucas subido de tono? ¡Sí, dígannos que sí!

La presentación de Dorne en la quinta temporada fue muy decepcionante considerando el buen trabajo que la serie hizo con Oberyn Martell. Los únicos aspectos positivos que se obtuvieron fueron las bromas de Jaime y Bronn y la exquisita cinematografía que Sevilla, España, proporcionó naturalmente. Aparte de eso, todo lo demás fue un desastre: a Las Serpientes de Arena no se les dio un momento genial y se las ridiculizó; la muerte de Myrcella es muy endeble; los personajes en general no actúan tan bien.

Todo mal en Dorne.

Repitamos el título: Beyond The Wall fue puro y duro fan service. Los diálogos dejaron sabor amargo y el ritmo tenía que ver solamente para que el público salte del sillón. Ah, y no nos olvidemos: Gendry huyendo y enviando un cuervo a Daenerys en Dragonstone… recibió el mensaje y luego viajó de un extremo al otro del mundo en menos de un día. Esto se cuestionó mucho en las redes, ¿lo recuerdan? El famoso cuervo Ferrari… 😛

PD: no hablamos del Tío Benjen salvando a Jon Snow porque ya sería demasiado, ¿no?

Lo dejamos para el final porque fue la peor escena y el peor recurso que se utilizó en la serie, por lejos. Mal filmada, mal coreografiada y sin ningún tipo de remate, esta pelea fue todo lo peor en pocos minutos. Es posible que Theon ya no tenga sus partes, ok, pero tres rodillazos en la ingle deberían doler igual…  no tiene una placa de metal ahí abajo, y si la tuviera, aún tendría una herida infectada.

Vergonzoso.