La miniserie de terror india de Netflix que hace uso del folclore local y la amenaza nacionalista

Luego de sumergirse por primera vez en la ficción india con la serie sobre crimines Sacred Games, el Gigante de Streaming acaba de lanzar su nueva ficción original asiática de terror producida nada menos que por la gente de Blumhouse, la productora de Jason Blum responsable de cintas como Insidious, Get Out y la popular saga The Purge.

Concebida como una miniserie de 3 partes, Ghoul/Gul se sitúa en un futuro no muy lejano donde todo aquel que profese la religión musulmana es señalado como terrorista y, consecuentemente, detenido por las fuerzas armadas de la nación en centros de reformación clandestinos. Allí, los soldados utilizan todo tipo de prácticas de tortura en busca de información. Intelectuales y opositores al régimen militar también son considerados una amenaza y esto desemboca en una persecución sin limites. Mientras la tensión entre las diversas comunidades se acrecienta, los oficiales del centro de detención Meghdoot 31 creen haber alcanzado la gloria cuando logran capturar y encerrar al líder terrorista Ali Saeed (Mahesh Balraj). Sin embargo, algo parece indicar que este misterioso hombre podría ser un caballo de Troya.

Ghoul sigue los pasos de Nida Rahim (Radhika Apte), una soldada de alto rendimiento que es trasladada desde la academia militar hacía la base de Meghdoot 31. Luego de entregar a su propio padre- un profesor de filosofía de la universidad- por considerar que profesaba una ideología antinacionalista y peligrosa para el país, la joven es condecorada por sus superiores. Ahora, ellos buscan probar su lealtad y su destacado talento como interrogadora frente al monstruo de Ali Saeed.

Las cosas en el centro de detención comienzan a complicarse cuando las pesadillas asotan a los soldados intimidados por la presencia del nuevo prisionero. En el momento en que Ali finalmente decide hablar, los oscuros secretos de la tripulación son sacados a la luz. 

Contar más acerca de la trama sería revelar parte del misterio que de por sí ya resulta bastante predecible. A pesar del excelente uso de la problemática terrorista de oriente, los conflictos culturales y el folclore local representado por el espíritu demoníaco denominado Ghoul, la serie de Netflix no ofrece ninguna sorpresa y es cuestión de minutos para que el suspenso termine por evaporarse. A su vez, no se entiende el hecho de hacer una miniserie de 3 episodios de 40 minutos para una trama tan compacta que podría haberse desarrollado tranquilamente en una película. Quizás, se deba un poco a aquella ambición de la plataforma por conseguir otra ficción de terror que logre mantener el encanto de Stranger Things. Una meta difícil de superar.

Con el correr de la historia, observamos cierto paralelismo (u homenaje, según como se quiera ver) con el clásico The Thing (1982), al igual que una influencia muy marcada por la iraní Under the Shadow (2016). Sin embargo, la miniserie presenta suficiente identidad para hacerse valer por si misma. Su escenario claustrofóbico y oscuro resulta una ventaja para este relato mínimo que propone reflexionar acerca de los peligros del nacionalismo fascista y la creación de un enemigo por parte del poder hegemónico.

En síntesis, podemos decir que Ghoul es una interesante propuesta dentro del género que, lamentablemente, se queda a mitad de camino a la hora de generar misterio. Aún así, su historia, la ambientación y las bien logradas escenas sangrientas hacen de ella una ficción digna de ser vista.