La noche de la Bestia es la ópera prima del director colombiano Mauricio Leiva-Cock, una coproducción México-Colombia que se estrenó durante el GIFF 2020 y que se convirtió en una de las más esperadas dentro de la selección internacional.
La cinta nos cuenta las aventuras del Chuki (Esteban Galindo) y Vargas (Daniel Esteban Reyes) dos quinceañeros amigos que por fin verán cumplir uno de sus sueños: ver a Iron Maiden, “la mejor banda del mundo”, tocar en vivo. Ese día deciden no ir a la escuela y perder el tiempo por las calles de Bogotá mientras llega la hora del anhelado evento. Conforme las horas avanzan, vamos conociendo la historia de estos jóvenes, su vida familiar, amorosa, sus deseos y frustraciones. Sin embargo, en un momento del día son asaltados por un grupo de individuos que les quitan las preciadas entradas para el evento. Ahora ellos tendrán que idear la forma de recuperar las entradas o de colarse a como dé lugar al concierto. Para lograrlo tendrán que poner todo en juego, incluso su amistad, y juntos descubrirán la importancia de tener un compañero de aventuras para ir por la vida.
La cinta de Mauricio Leiva-Cock es un “buddy film” muy bien logrado que utiliza el concierto que ocurrió en 2008 en Bogotá para explorar temas como la amistad, el valor y la familia. Los personajes principales más que ser una representación típica de los metaleros, duros, malos, violentos, son dos adolescentes típicos que, al contrario, son pacíficos, temerosos e inseguros.
El planteamiento de Leiva-Cock no es superficial. Nos muestra los entornos familiares de los protagonistas y a la música de Heavy Metal como una forma de escape de la realidad: mientras que otros la encuentran en la religión o el alcohol, la música es la válvula de escape necesaria para escaparnos por unos momentos.
Alternando con footage real del mencionado concierto, y con un soundtrack conformado por bandas metaleras de la región, incluyendo algunos temas de Iron Maiden, se nos muestra otro lado de Colombia, no el lado que siempre vemos en las películas de exportación, lleno de violencia y narcos sino el lado común, el que se vive en las megaciudades todos los días.
Pero...
Tal vez algunos juzguen a la cinta por su aparente superficialidad, tal vez esperaban un filme violento o lleno de temas con los que siempre se asocia la música pesada, como lo sugiere el título de la cinta, pero no verán a esa “bestia” que esperaban, al contrario: recibiràn un “coming of age” muy bien logrado y muy disfrutable.
En resumen
La noche de la bestia es un gran “buddy film” / coming of age que no solo logra entregar de manera muy efectiva el tema de amistad, la importancia de la familia (aún relevante en la sociedad latinoamericana) e impregnar toda la cinta de nostalgia: nos invita a desempolvar nuestros viejos cassettes para recordar las aventuras que tuvimos con nuestro “parce”, nuestro “broder”, cuando íbamos en secundaria.
¡¡¡Parces, es Iron Maiden!!! 🙂
