En esta serie niponainglesa no chocan las civilizaciones, ni las culturas y aquí radica el mayor appeal de la misma. Justamente, lo que se muestra en estos 8 episodios es que, sobre todo, en nuestras miserias somos todos iguales… idénticos. Por ello el título Giri/Haji, que significa “deber/vergüenza”, porque estamos todos solos y decidimos con quién transcurrir esa soledad.
Kenzo Mori es un policía de Tokio para nada ejemplar ni en lo profesional ni en lo familiar. Su hermano, Yuto, está atado a la yakuza y, con un asesinato en Londres, destroza la frágil paz de las familias, destapando una olla a presión que ya había acumulado mucho vapor.
En medio de una crisis familiar por el ataque de su hija, Taki, a un compañero de escuela y la inminente muerte de su padre, Kenzo es obligado a viajar a Londres por la rama Fukuhara de la mafia para aprehender a Yuto y devolverlo a Tokio, donde lo someterían a un juzgamiento para nada humanitario pero que traería la necesaria tranquilidad. Dentro de su pequeño departamento viven con él su esposa Rei, Taki y sus padres (una madre que es un espectáculo a parte).
En su viaje, como parte de un programa de intercambio entre los departamentos policiales, conoce a su colega Sarah (judía escocesa) con quien empieza a relacionarse y Rodney, un junkie (hijo de padre nipón) que está pasando por un momento bastante intenso de decisiones.
Mientras todos los conflictos familiares se van desenvolviendo en lejano oriente, mezclados con la Yakuza, en la distante Gran Bretaña comienzan a crecer los propios y los vinculados con Japón. En ese cruce cultural se ve, claramente, que las personalidades y conflictos son comunes y que lo que nos diferencia es fácilmente eludible y es hasta edificante saber que esas cosas pequeñas y graciosas también las podemos compartir, en sociedades en las que el rol de la mujer también se está abriendo paso sostenido.
Abrazar y conocer lo que nos separa, porque normalmente no lo vemos y vale la pena, las desdichas ya las conocemos todos.
Sin spoilear en lo más mínimo, como suele ser, vale contar que en el episodio final hay un momento simbólico muy fuerte emocionalmente, un resumen de lo que sucedió que se suma a momentos de animé o flashbacks en blanco y negro.
Con alguna cuota de acción, que no podía faltar, les decimos que la vean: es MUY recomendable.
