El pasado lunes 20 de Abril estrenó la segunda temporada de una de las series más emotivas y queridas de los fans de Sony Channel. No, no estamos hablando precisamente de Grey’s Anatomy, pero sí de una serie que se le relaciona por ser una drama médico, y esa es The Good Doctor.
Desde su primera temporada, Freddie Highmore logró conquistar a la audiencia con su interpretación de Shaun Murphy, un joven médico que tiene un trastorno autista que le permite analizar la medicina a detalle desde una perspectiva que sus compañeros del San José St. Bonaventure Hospital no logran ver. Poco a poco todos van confiando en las capacidades de este nuevo residente.
Después de haber visto los primeros episodios de esta segunda entrega, una cosa es clara: la magia de esta historia sigue presente y ahora viene cargada con elementos aún más emotivos que te harán derramar algunas cuantas lágrimas. Pero vamos a entrar en materia y desmenucemos un poco lo que ya vimos.
Como ya sabemos, esta temporada comenzó con el mismo conflicto del final de la temporada debut: Shaun asumiendo su error al diagnosticar mal a un paciente debido al conflicto de emociones causado con la noticia del cáncer que padece su amigo y mentor el Dr. Aaron Glassman. Esto provocó una serie de situaciones en cadena que llevaron a Glassman a dejar su puesto como presidente del hospital, cumpliendo su palabra que dio cuando Shaun fue elegido como nuevo residente.
El error de Shaun lo llevó a tener que asumir el “trabajo sucio”, orden que salió del Dr. Marcus Andrews para ponerlo a prueba. Junto al Dr. Jared Kalu visitaron un sitio de personas sin hogar para proporcionarles atención médica donde encontraron un paciente con un padecimiento cerebral al que se aferraron a ayudar pese al riesgo que suponía para los dos: Kalu podría no ser aceptado en Detroit, su nuevo hospital, y Murphy podría ser dado de baja del San José.
Este apoyo entre ambos colegas sin duda fue muy emotivo al ver cómo hasta último momento Kalu logró confiar en Shaun y decidió apostar todo, pese al riesgo que causaba en los dos. Si bien su relación siempre fue cordial, recordemos que Jared siempre puso en duda las capacidades de su compañero. Esa transformación y la despedida de Claire Browne fueron claves en el primer episodio llamado Hello, escrito por el mismo Freddie Highmore.
Como un movimiento de vaivén, pasamos de lo emotivo a la tensión ya en el segundo capítulo. Por un lado Shaun tuvo que enfrentar a su jefe, el Dr. Melendez –por cierto, ¡ya lo quiere más!– para atender a Paul Buendia, uno de los conserjes del hospital, a quien se le detecta una enfermedad terminal. Por otro lado, la Dra. Audrey Lim se enfrenta a un caso de una niña que fue circuncidada debido a un ritual relacionado a su cultura, hecho que le imposibilitará tener una vida sexual placentera por el resto de su vida. Este hecho la toca fuertemente y decide enfrentar cualquier decisión de la paciente y de sus padres, sin importar los riesgos legales que podría enfrentar el hospital, para darle la capacidad de sentir a la joven. Estas dos tramas nos muestran el riesgo que viven los doctores día a día y cómo su lucha es importante para el bienestar de los pacientes.
Luego, vimos que Shaun vuelve a recuperar la confianza de sus colegas y se está recuperando de la noticia de Glassman mientras que Lim muestra un poco de su bondad después de su capa de dureza que siempre la vemos portar.
Sin duda, los elementos clave de The Good Doctor siguen presentes en esta segunda entrega; una historia que a través de la medicina nos mostrarán lo difícil que es vivir, pero no por ello imposible de hacerlo.
🙂
Sigue los nuevos episodios de la segunda temporada todos los lunes a las 8 PM a través de Sony Channel.