Hablar de la cuarta temporada de The Good Place, y en específico de su final, ha sido un tanto difícil para mí. Durante casi 4 años, esta serie de NBC se convirtió en una de mis favoritas. Su humor retorcido más una premisa sobre el qué pasa más allá de la muerte me cautivó desde un principio, incluso mucho antes que la serie llegara a Netflix.
Fue así que desde que se anunció el final definitivo de la serie comenzó un proceso de duelo y de asimilar que no habría más de esta serie creada por Michael Schur. Pero lo peor no fue ahí: cuando esta comenzó transmisiones el pasado Septiembre de 2019 jamás imaginé ni estaba preparado para el viaje emocional al que me sometería en esta historia que terminó con un final que no dejó solo un par de lágrimas en los ojos.
Desde su temporada debut, The Good Place fue una comedia arriesgada que decidió tomar un tema tan natural como la muerte para cuestionar al ser humano y las acciones/decisiones que cada uno toma en la vida. La ética fue fundamental para juzgar el sistema social y la conducta moral que cada burbuja social impone.
Si bien la frescura de su primera entrega no logró mantenerse hasta su final definitivo, su mayor proeza para seguir manteniéndose en el gusto del público fue echar mano del carismático elenco que se robó los corazones de la audiencia con los alocados personajes presentados, empezando por los más reconocidos Kristen Bell (Eleanor) y Ted Danson (Michael); seguidos de William Jackson Harper (Chidi), Jameela Jamil (Tahani), Manny Jacinto (Jason) y, por supuesto, la inolvidable Janet, encarnada por D’Arcy Carden.
Hablando en específico de la temporada final, la historia nos presentó la etapa final de deconstrucción a la que se sometieron los personajes desde que conocieron el verdadero origen del Buen Lugar; su viaje los llevó a luchar por un sistema más justo por demostrar que el ser humano puede ser bueno, o si su cualidad de imperfección es lo que lo hace diferente a los demás.
Con una aparente resolución a todos los problemas que los había llevado hasta el Buen Lugar, los últimos episodios fueron tomados para destruirnos el corazón y hablarnos sobre la “muerte final”. La trama explora de manera excepcional el sentido de la vida que se basa en la idea del amor, y cómo este mismo sentimiento es fundamental para estar en paz cuando el momento de despedirse llegue.
El último episodio titulado Whenever You’re Ready entrega el final de los 6 protagonistas, siendo cada despedida más dolorosa que la anterior, pero con el mismo mensaje de siempre: el amor trascenderá hasta el más allá.
En conclusión, The Good Place se supo reinventar aún en su último tramo y convirtió las constantes risas y guiones inteligentes en un mar de emociones que dejaron en segundo término el lado racional para centrarse en el corazón de la historia a través de los sentimientos y la emoción de una historia que todo ser humano debería ver para ser una mejor persona.
