Las aventuras de estas dos amigas parecen nunca terminar… ¿o sí?

El pasado 18 de enero Netflix estrenó la quinta temporada de una de las mejores comedias de los últimos tiempos: Grace and Frankie. Pocos días antes de este estreno, de hecho, confirmó también el retorno de este espectacular show para una sexta temporada que volverá a traernos a Jane Fonda y a Lily Tomlin en sus papeles de dos mujeres que han pasado los 70 años y se ven obligadas a comenzar de nuevo luego de que sus maridos les confiesen que son homosexuales.

Ya llevamos unas cuantas temporadas con estas dos delirantes amigas, pero pareciera que lentamente nos vamos acercando a la recta final. 

¿Por qué creemos esto? Un poco por deseo, es cierto. No queremos ver a Grace and Frankie convertirse en otra de esas comedias interminables que ya no tienen ni pies ni cabeza. La historia de estas dos mujeres y el trabajo admirable de las dos actrices no se merecen esto. Otro poco porque creemos que la historia, y la comicidad y la sorpresa de la misma, comienza a agotarse. Y, tal vez, el prematuro anuncio de la sexta temporada, nos dé el indicio de que se trate de la última.

Lo cierto es que en la quinta temporada nos encontramos con una Grace y una Frankie mucho más rígidas que en las entregas anteriores. La historia comienza con ellas en pie de guerra contra sus hijos, que las habían manipulado para internarlas en un centro para ancianos y que, mientras ellas se hallaban allí, vendieron su preciada casa en la playa. 

En esta temporada veremos a una Grace y a una Frankie intentando conquistar el mundo a pesar de su edad: tomándose su tiempo, luchando por lograr lo que quieren y cometiendo muchos errores.

Grace, por su parte, pecará de soberbia, como siempre. Cuando Brianna le pida ayuda para salvar a Say Grace, la empresa que su madre fundó, Grace terminará haciéndose cargo de todo, desplazando e incomodando a sus hijas.

Frankie encabezará varias luchas sociales, como siempre, e intentará reencontrarse con su costado más místico, pero, por supuesto, esto le traerá problemas con Grace. Además, veremos aflorar su costado más despreocupado, generando todo tipo de equívocos y desastres, de los que no se hará cargo hasta que sea demasiado tarde.

A pesar de que sigue siendo interesante ver a estas mujeres como protagonistas de una serie, lo que acabamos de decir bien podría referirse a cualquiera de las otras temporadas del show. Las risas, por supuesto, están aseguradas, y tanto Fonda como Tomlin siguen brillando al interpretar a Grace y a Frankie, pero sentimos que ya no hay mucho más para contar. Ambas han hecho las paces con lo que pueden y no pueden hacer a su edad y se han reconocido como fundamentales en la vida de cada una. Las dos grandes problemáticas que nos planteaba la serie parecen bastante resueltas. 

Por otro lado, los otros personajes tampoco parecen avanzar mucho: Sol y Robert siguen danzando alrededor de la vida de jubilado de Sol y el hobby teatral de Robert, Brianna sigue siendo Brianna, y Mallory y Coyote continúan en una nada que no sabemos si terminará en romance o qué. Bud, tal vez, es quien más ha progresado desde que consiguió a Alison: se convirtió en padre y se casó. 

La quinta temporada finaliza con un episodio delirante, en el que visualizamos lo que hubiera sido de la vida de todos si Grace y Frankie no se hubieran hecho amigas. Luego de imaginar esto, las dos protagonistas del show hacen las paces tras una de sus tantas peleas y todo parece ir viento en popa, hasta que Grace le confiesa a Frankie que se ha casado con Nick sin que nadie se entere. 

Por supuesto, todos estamos felices por Grace. Nick ha demostrado ser un gran tipo y hasta le ha dado la importancia necesaria a Frankie, respetando el vínculo entre ambas. Sin embargo, sabemos que Frankie no está lista para vivir sin Grace y, probablemente, la sexta temporada se trate de esto, de conseguir la independencia para nuestra hippie favorita. 

No sabemos cuánta más cuerda le quede al reloj de Grace and Frankie, pero lo cierto es que esta comedia sigue siendo divertidísima y continúa poniendo de relieve problemáticas interesantes relacionadas a la tercera edad y a no darnos por vencidos, no importa cuántos años tengamos. La vida sigue. ¿Lo harán también Grace and Frankie?