Dentro de la escena hollywoodense se ha vuelto un tanto de cajón el utilizar a ex luchadores de la WWE (World Wrestling Entertainment) en papeles cómicos, incómodos y, por alguna extraña razón, mezclados con infantes que ponen a prueba su paciencia y tolerancia, creando con ellos situaciones hilarantes y un tanto extrovertidas. Teniendo como últimos casos a John Cena y el propio The Rock, quienes han demostrado estar a la altura de la situación, justo como nuestro héroe en turno, el propio Dave Bautista, un actor calado en personajes cómicos como Drax (Guardians of the Galaxy, 2014), y que gracias a su talento nato para hacer reír, le permite cargar a cuestas una historia dirigida por Peter Segal (Like a Boss, 2020), que entremezcla la diversión que conlleva el ser un agente secreto y el cuidar de una pequeña hiperactiva que llevará al límite nuestro instinto paterno, justo eso es My Spy (Grandes espías).
La historia nos habla de JJ, un operativo de la CIA que cree no tener sentimientos (Dave Bautista), pero cuando queda a merced de una niña de 9 años (Chloe Coleman) después de que se le asignase la misión de vigilar a su familia, este tendrá que entrenarla como espía a cambio de guardar el secreto. El reparto lo complementan Kristen Schaal, Ken Jeong, Parisa Fitz-Henley y Nicola Correia-Damude.
El pilar principal definitivamente es Bautista, quien se nota cómodo al momento de representar este tipo de papales que lo llevan a las situaciones raras, vergonzosas e incomodas, generando con ello su humor natural que brinda empatía y causa risas. El ex luchador y ahora actor, da todo de si para cargar a cuestas una historia que por si sola no brinda mucho material, pero que gracias a su complicidad con la pequeña Coleman, sorprende y satisface al espectador. Las virtudes enérgicas que poseen ambos, combinado con el carisma que otorga el personaje de Kristen Schaal (Bobbi), hacen que la cinta encuentre un estado propio en el que se desenvuelve de manera libre.
Aunque es una historia que hemos visto en reiteradas ocasiones, suelta cargas y fantasmas, desarrollándose de manera ligera y álgida, lo que permite disfrutar de una cinta sin tantas pretensiones o egos, ya que sabe a la perfección cuál es su cometido para con la audiencia, a quien no cuestiona ni instiga , solo le da las herramientas necesarias para reír y olvidar. Peter es un cineasta acostumbrado a este tipo de rubros, familiarizado con la comedia de estos niveles y con los personajes de estas instancias, lo que hace que externe un guión simplista con encuadres de manual y movimientos de pizarrón, pero la buena virtud es que lo combina con acción bien dirigida y expresada.
Pero...
Lo predecible de su trama y extremadamente insulso de sus situaciones hace que My Spy pierda la fuerza con la que comenzó. Encontramos el típico elemento de que el aguerrido y duro protagonista descubre su sensiblería interna y su cariñoso lado paternal, lo que la torna en un meloso filme que si bien no desencanta, tampoco brinda júbilo o asombro. Al final, es una historia creada para los más pequeños del hogar, lo que sin duda permite que la puedan contemplar, pero tal vez no salgan tan doloridos de su cara por tanto reír, y aunque posee más chistes de los que se esperaba, cumple tibiamente con su cometido.
Deambula en el rubro de las nobles intenciones medianamente bien ejecutadas.
En resumen
My Spy (Grandes Espías) da más de lo que se esperaba de ella. El encanto nato de sus dos protagonistas le da la oportunidad de destacar, pero hacia el final de su misión todo quedará resuelto como por arte de magia y se ubicará en el olvido de las comedias familiares.
