Gustavo Santaolalla: el genio argentino detrás de la música de The Last of Us
«Un día si alguien se conecta de una manera emocional, más allá del combate y el survival, si se conecta con algo profundamente emocional y motivo va a cambiar todo, va a ser historia», es lo que pensaba Santaolalla antes del videojuego The Last of Us.
En 2013, cuando The Last of Us vio la luz, una de sus grandes virtudes fue el cambio que significó en cómo se podía contar una historia dentro del mundo de los videojuegos, combinando la acción, la aventura y el entretenimiento con la parte emocional de saber que aquel título era algo más. Gran parte de esta característica se debió a la música que acompañaba la historia de Joel y Ellie, dos personajes inmersos en un mundo postapocalíptico con el único objetivo de sobrevivir y la esperanza de un mundo mejor.
El responsable de ello: Gustavo Santaolalla, el músico argentino que había conquistado al mundo con su trabajo en Brokeback Mountain y Babel, por los cuales recibió el premio Óscar en la categoría de mejor banda sonora original. Su estilo único que combina instrumentos únicos, muchos de ellos propios de la región andina, fueron lo que le valió la admiración de Neil Druckmann, creador del juego, para sumarlo al equipo creativo.
Diez años después del lanzamiento del primer título, Santaolalla volvió a colaborar con Druckmann y el co-creador Craig Mazin para la realización de la música que acompaña la adaptación en serie que domingo a domingo nos presenta HBO, y con el cual pude charlar hace unos días en donde habló de cómo ha sido el proceso creativo desde su inclusión en el juego hasta la versión televisiva.
Crédito: Lucía Peraza
“Siempre me interesaron los distintos medios en donde yo pueda expresarme como artista, en donde expresar mi creatividad de acuerdo a lo que se necesita en cada una de esas intervenciones”, señaló Gustavo Santaolalla. “Cuando comencé a trabajar en The Last of Us, mi hijo, que tenía unos quince años, era un ávido y excelente jugador. A mí me gustaba mucho verlo jugar y siempre pensaba: ‘Un día si alguien se conecta de una manera emocional, más allá del combate y el survival, si se conecta con algo profundamente emocional y motivo va a cambiar todo, va a ser historia’.“.
Tras los dos Óscar consecutivos que recibió, las puertas de Hollywood y de cualquier industria se abrieron para Santaolalla, quien para ese entonces ya buscaba alguna oportunidad para expresar su arte en el mundo de los videojuegos. Si bien las ofertas no faltaban, había algo que no terminaba de conectarlo a los proyectos, hasta que llegó Neil Druckmann, que tras contarle la historia de The Last of Us, Gustavo supo que se trataba del concepto emotivo que él tanto había esperado.
“La música responde a esa profundidad y espiritualidad que vienen a partir de estar confrontados con la muerte o con un evento apocalíptico, como puede ser una infección en masa. El juego tiene lo de matar, pero tiene también la profundidad de confrontar la muerte como parte de la vida, y de ver el deterioro de la sociedad y lo que puede producir una enfermedad masiva, que también es metafórico, no solo se traduce al Cordyceps, hay otras maneras de infectar a la sociedad”.
Crédito: HBO
Pero la música no se trataba de un elemento más, está era fundamental para el juego y Gustavo tenía que conseguir tocar a la gente con unas “simples” notas. “Es muy difícil expresar lo que uno siente con con la música. Tengo mis protocolos y formas de hacer las cosas que no son ni siquiera siempre las mismas. Yo trabajo mucho con el error, con el espacio, con el silencio. Pero cuando encontrás algo, cuando decidís algo, es porque realmente es algo que te tocó, que te inmovilizó, y pensás que si te movilizó a vos lo va a movilizar a otro también. Entonces, es obviamente algo muy gratificante cuando ves que eso que te movilizó a vos lo está movilizando a otra persona también”.
Y si en el videojuego ya era importante, cuando comenzó el desarrollo de la serie, Craig Mazin y Neil Druckmann no dudaron en volverlo a convocar, dándole una precisa instrucción: “La música es parte del ADN de The Last of Us y es un personaje más como lo es Joe o Ellie“, por lo cual Gustavo no dudó en seguir explorando a la humanidad y su reacción a elementos externos que muestran la fragilidad que hay en cada uno, como él lo dice. “Es una historia donde está tan presente la fragilidad del ser humano frente a elementos externos que te pueden atacar y que de pronto lo pueden convertir en una cosa masiva y el cómo eso te confronta con tu muerte y con la muerte de una sociedad como la conocemos, son inspiraciones muy fuertes”.
Aunque la música de Gustavo Santaolalla es mundialmente reconocida, él sabe que su trabajo en Brokeback Mountain y Babel fuese la clave para tener una hoja en blanco para desarrollar su talento e inspiración, ya que su lenguaje musical ya estaba aceptado y no había problema en explicar la forma en que él hace música donde los silencios son parte fundamental de su quehacer.
“Me di cuenta que en esos silencios, donde queda en el aire, donde estás esperando a ver que sigue, como que te chupa a la pantalla, te hace irte para adelante en la butaca. Hay algo en ese silencio que produce anhelo de cómo sigue, tiene esa atracción el silencio utilizado bien. Para mí es un elemento importante”.
Pese a toda su trayectoria, Gustavo Santaolalla está muy consciente que la ventana que le da una serie tan masiva como lo está siendo The Last of Us será la puerta de entrada para muchos nuevos seguidores a los cuales él le gustaría que descubran todas sus facetas musicales desde sus inicios con Arcoíris hasta lo que hace en la actualidad con su banda Bajofondo, o las diferentes colaboraciones que ha hecho con otros artistas.
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