En febrero de 2022 se cumplirán 8 años sin Shirley Temple, la mujer que se convirtió en la actriz más taquillera de Hollywood antes de alcanzar los seis años durante la Gran Depresión. No obstante, como adulta se transformó en una exitosa empresaria y líder política. Es una de las historias más fascinantes de la industria y aquí te contamos todo sobre ella.
Shirley nació el 23 de abril de 1928 en Santa Mónica, California y a los tres años su madre la inscribió en clases de danza en una escuela de Los Ángeles, donde llamó la atención de un cazador de talentos de la compañía Educational Pictures, quien no tardó en darle un papel en una serie de cortos titulados Baby Burlesques. En ellos, lucía atractivos disfraces y tenía que imitar a iconos del cine de la época como Marlene Dietrich, Mae West y Dolores del Río, pero muchos años después ella los definió como “una cínica explotación de nuestra inocencia infantil, que ocasionalmente rozaba lo racista y sexista”.
La familia de Shirley no estaba relacionada a la industria, ella era la menor de tres hermanos y la única niña, mientras que su madre era ama de casa y su padre trabajaba en un banco. Sin embargo, cuando Shirley firmó un contrato con Fox Film Corporation a los 6 años, su mamá se convirtió en su representante y asesora financiera.
Shirley apareció en su primer largometraje (Carolina) a los 6 años y luego tuvo una serie de papeles pequeños en otros proyectos, hasta que en 1934 se robó el show en Standupandcheer! y casi de la noche a la mañana se transformó en una sensación y en la principal fuente de ingresos del estudio cinematográfico, al que salvó de la quiebra. La niña ganaba 1250 dólares por semana y también recibía regalías por la venta de sus productos, como muñecas, ropa, libros, bolsos, partituras y jabones.
La pequeña actriz, cantante y bailarina con rizos dorados contagió a la audiencia con su alegría y se convirtió en sinónimo de éxito asegurado de taquilla. Al punto que en 1934 ganó su primer Oscar por su interpretación en la película Bright Eyes siendo, hasta hoy, la actriz más joven en recibir la estatuilla. Además, ese año también protagonizó una docena de películas, que frecuentemente estaban basadas en historias bastante tradicionales.
En 1935, sus huellas quedaron estampadas en el Paseo de la Fama y a sus 10 años sus películas seguían siendo las más lucrativas del negocio. El presidente Roosevelt incluso le atribuyó haber ayudado a elevar la moral de los estadounidenses durante el difícil período económico que siguió a la crisis de 1929, llamándola “la pequeña señorita milagro” y declarando que “mientras nuestro país tenga a Shirley Temple estaremos bien”. La cúspide de su carrera llegó en 1939 con The Little Princess, su primera filmación en technicolor.
No obstante, a partir de 1940, su estrella comenzó a apagarse. La revista People reveló que, para mantener su éxito, su madre le hacía 56 rizos perfectos en su cabello y antes de dormirse le leía el guion que tenía que aprenderse para el siguiente día, el cual ella repetía hasta quedarse dormida. Temple le dijo a People que su mamá siempre la envolvió con amor, pero que creía que cuando surgía una oportunidad no se podía desaprovechar.
Además, fue el centro de dos grandes polémicas: la primera fue cuando el escritor Graham Green publicó un artículo en el cual aseguraba que sus películas le parecían “depravadas”, ya que la niña tenía admiradores de mediana edad que se veían fascinados por su “coquetería infantil”. Fox demandó a la revista Night and Day y al propio Greene (quien la siguió insultando posteriormente) y ambos tuvieron que desembolsar 3500 dólares por daños y perjuicios a la pequeña y al estudio; la segunda polémica fue cuando se inició un rumor en la industria de que Shirley no era una niña sino una enana disfrazada, lo cual fue desmentido cuando el Vaticano envió al cura Silvio Massante, quien verificó que efectivamente era una niña.
Estos no fueron los únicos malos momentos de su corta carrera, ya que en 1939 una mujer la intentó asesinar durante una entrevista de radio porque aseguraba que le había robado el alma a su hija de 10 años y que la única forma de liberarla era matándola. Por otro lado, en sus memorias tituladas Child Star reveló que un productor de MGM se bajó los pantalones y expuso sus partes íntimas durante la primera reunión, en 1940 cuando ella tenía 12 años. Shirley simplemente se sonrió y él, enojado, la sacó de su oficina. Temple también declaró que dejó de creer en Papá Noel a los seis años, cuando su madre la llevó a verlo y él le pidió su autógrafo.
Luego de participar en 43 películas, sus padres, que habían gestionado mal su dinero (ella reconoció que su padre se había quedado con la mayor parte del dinero que ganó por sus películas), compraron lo que quedaba de su contrato y la enviaron a una exclusiva escuela para niñas. En los 40 hizo dos películas para David O. Selznick durante la Segunda Guerra Mundial, pero el interés del público no era el mismo y aunque apareció de tanto en tanto en televisión, Temple se retiró en 1950, tras haberse casado en 1945 con John Agar (con quien tuvo una hija) y separarse cuatro años después porque él era un alcohólico que llevaba varias mujeres a su casa estando ella embarazada y un día llegó tan borracho y empeñado en pegarle que Shirley tuvo que abandonar la casa para salvarse.
Temple desapareció de la escena por 20 años, se casó de nuevo con Charles Alden Black, que la introdujo en el mundo de la política y le garantizó una nueva vida alejada de los focos de Hollywood. En 1967 se unió al Partido Republicano y se postuló para el Congreso y, aunque no ganó, su campaña marcó el inicio de una larga y productiva carrera política. Tras su derrota, continuó trabajando para el partido, en 1968 viajó a Europa para respaldar la postulación de Richard Nixon, en 1972 se convirtió en una de las primeras mujeres en hablar públicamente del cáncer de seno (siguiendo su diagnóstico de la enfermedad que superó) y más adelante jugó un papel crucial en las relaciones diplomáticas internacionales de Estados Unidos.
Cuando Nixon alcanzó la presidencia, la nombró miembro de la delegación estadounidense en la ONU y se convirtió en una gran defensora del medio ambiente. Cinco años después, trabajó como la embajadora de Estados Unidos en Ghana y como embajadora en la antigua Checoslovaquia bajo la presidencia de George Bush. Su carrera la llevó a convertirse en la primera mujer jefa de Protocolo del Departamento de Estado en la Casa Blanca y más tarde en funcionaria honoraria del Servicio Exterior.
Mientras era conocida opositora de la discriminación racial y se forjaba una reputación por trabajar duro y en forma poco ortodoxa, Shirley fue reconocida por el American Film Institute ubicándole a en el puesto número 18 entre las 25 principales actrices de la historia de Hollywood. Temple mantuvo su carrera política y su matrimonio hasta 2005, cuando su marido falleció a los 86 años. Un año más tarde, comenzó a colaborar en el coloreado de sus viejas cintas y el Sindicato de Actores le concedió el más alto galardón de la organización por su trayectoria cinematográfica.
Shirley ha contado que Fox falsificó su edad para hacerla parecer menor, que en su noveno cumpleaños recibió 135 mil juguetes de todo el mundo y que entre los regalos había un canguro bebé de Australia y una vaca que le obsequiaron unos niños de escuela; y que no tomaba el cóctel sin alcohol bautizado en su honor porque tiene mucha azúcar (se compone de cinco medidas de refresco de lima-limón y un toque de granadina) y prefería el vodka.
Shirley Temple murió el 10 de febrero de 2014, a la edad de 85 años en su casa en Woodside, California, por causas naturales y rodeada de su familia, formada por tres hijos, nietos y bisnietos. En 2015, el Museo de Historia de Santa Mónica inauguró la exposición Love Shirley Temple, una muestra especial con una colección de sus recuerdos.