Hollywood bajo una mirada feminista - Spoiler Time

Hollywood bajo una mirada feminista

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Reflexionamos acerca de la desigualdad de género dentro de la industria más grande del cine.

Feud fue una de las series estreno del año que impactó a la crítica por sus magistrales actuaciones y la excelente recreación del mundo de las estrellas del cine a principios de los ‘60. Creada por Ryan Murphy (American Horror Story; American Crime Story), la primera temporada de esta antología se propuso adentrarse en la rivalidad de dos actrices legendarias de la edad dorada de Hollywood, como fueron Joan Crawford y Bette Davis.

Tras haber atravesado ambas la barrera de los 50 años y no recibir ninguna oferta de parte de los grandes estudios que sólo buscaban caras bonitas, Joan y Bette (interpretadas por Jessica Lange y Susan Sarandon respectivamente) decidieron buscar una nueva alternativa. Bajo la hipótesis de que ningún ejecutivo podría negarse a financiar un filme protagonizado por dos actrices icónicas, y alentadas por el cambio de paradigma que significó Psicosis (1960), las figuras unieron sus fuerzas para rodar el thriller psicológico What Ever Happened to Baby Jane? (¿Qué pasó con Baby Jane?; 1962). Durante sus ocho episodios, Feud explora las discordias surgidas en medio del rodaje de la misma y la posterior crisis que desató la gala de los Premios Oscars de 1963, como así también la posibilidad de una segunda película juntas que finalmente nunca se logró.

“¿Te las follarías?”, le pregunta Jack Warner, el entonces presidente de la Warner Bros, al director Robert Aldrich cuando éste llega a su oficina para ofrecerle distribuir la película. Es que, para quienes movían los hilos dentro de la meca del cine, era inconcebible que dos mujeres maduras pudieran llamar la atención del público. Su destino no podía ser otro que el rol secundario de madre o abuela de alguna jovencita hermosa como Marilyn Monroe. Más de medio siglo después, resulta lamentable tener que reconocer cómo la mujer de determinada edad sigue siendo discriminada por la industria, mientras que los actores masculinos veteranos continúan interpretando papeles de héroes aun pasados los 70 años.

Jack Warner

Joan Crawford y Bette Davis nunca habían tenido una buena relación y gran parte de esa rivalidad era promovida por la alianza entre los medios y los estudios cinematográficos. En su juventud, Crawford había gozado de una gran belleza, pero aquello siempre le había parecido insuficiente, dado que la crítica no valoraba de igual manera su talento. Caso contrario era el de Davis, ganadora de dos Oscars a Mejor Actriz, que a pesar de ser reconocida como una de las mejores intérpretes de su época, era despreciada por la industria al no detentar un físico acorde con los cánones de belleza impuestos.

Joan Crawford y Bette Davis en "¿Qué pasó con Baby Jane?"

Tanto Joan como Bette necesitaban realizar una película que las devolviese a la pantalla grande y para ello estaban dispuestas a dejar de lado sus diferencias personales. Sin embargo, el director del filme (aconsejado por el jefe de la Warner) se encargó de romper el acuerdo entre ambas figuras, generando celos y rumores falsos para avivar la llama de la discordia. No había mejor promoción para una película sobre dos hermanas y ex estrellas enfrentadas que transpolar aquella situación a la vida real y en pleno rodaje. Sin saberlo, las actrices terminaron siendo las marionetas de un mundo hostil liderado por hombres.

Alfred Molina como Robert Aldrich.

El momento de no retorno de aquella enemistad sucedió un tiempo después de estrenada la película, precisamente en la entrega de los Oscars de 1963. La Academia había nominado a Bette Davis en la categoría de Mejor Actriz por su papel de Jane, mientras que su coprotagonista brillaba por su ausencia. Semanas antes de la gala, Joan telefoneó a algunos votantes para inducirlos a elegir a otras de las nominadas. Incluso, se propuso subir a recibir ella el premio en caso de que resultaran ganadoras Geraldine Page o Anne Bancroft. En el episodio en que Crawford llama a la joven Page para convencerla de tomar su Oscar, ésta termina accediendo y reflexiona: Deberían obligar a Hollywood a ver lo que le han hecho. Finalmente, Bancroft fue la premiada y Joan se presentó en el escenario para aceptar el galardón en su lugar.

Video
Joan Crawford durante la 35° entrega de los Premios Oscars y la recreación de la serie.
https://www.youtube.com/watch?v=6KxpClmY4_0

La serie de Murphy también refleja los impedimentos de las mujeres que deseaban trabajar detrás de cámara como productoras o directoras. Esta situación se expresa cuando Pauline Jameson, una de las ayudantes de la productora de Robert Aldrich, le ofrece un guión a Joan Crawford para ser parte de su primera película como directora. Joan lo rechaza sin siquiera leerlo, dado que asume que ningún estudio se arriesgaría a financiar una película hecha por una mujer. Pauline termina desistiendo ante el rechazo de los demás y años después se hace un pequeño lugar dentro del cine documental.

Alison Wright como Pauline Jameson.

Feud: Bette and Joan no se limitó a representar de forma banal la rivalidad entre dos de las mejores actrices de todos los tiempos, sino que ha sido denunciante de las múltiples formas de manipulación y discriminación. La solidaridad de género y de clase, es una de las herramientas que las mujeres tenemos para combatir la opresión de un sistema cuya desigualdad es reproducida en todas las expresiones culturales.

¿Quieres decir que todo este tiempo podríamos haber sido amigas?”, le pregunta el personaje de Davis al de Crawford en el final de ¿Qué pasó con Baby Jane? Tal vez, si en la vida real el entorno no las hubiera condicionado, hoy podríamos estar hablando de otra historia.

Hollywood hoy

En la actualidad, muchas son las actrices que han devenido en productoras y directoras de sus propios proyectos, tanto en la TV, como en la gran pantalla. También es notable el surgimiento de series con ideología feminista y la inclusión de actores y personajes pertenecientes al colectivo LGBT. Pero más allá de estos alentadores avances, la industria del entretenimiento sigue demostrando ser desigual en muchos aspectos.

Además de la discriminación por edad, el salario es otro de los temas recurrentes que las actrices no han temido salir a denunciar. En 2015, Jennifer Lawrence escribió una carta en la que mostraba su enfado por haber cobrado menos que sus compañeros hombres en la película American Hustle. Mientras que en aquel momento Lawrence era la mujer mejor paga de Hollywood con una ganancia de 52 millones de dólares, el actor mejor pago, Robert Downey Jr., cobraba cerca de 80 millones. Figuras del espectáculo como Patricia Arquette, Meryl Streep y Natalie Portman también unieron sus voces a favor de una equidad salarial.

La participación también es un problema para destacar. Este año, la Universidad del Sur de California divulgó los resultados de un estudio que determina la diversidad de participación en las películas más exitosas de 2016. De las 100 películas seleccionadas, sólo 34 contaron con protagonistas o coprotagonistas mujeres. En aquellas pertenecientes al género acción, los roles femeninos abarcaron el pequeño porcentaje de 23,4% sobre el total. Además, de los 120 directores sólo 5 fueron mujeres. El estudio, que también tuvo en cuenta características raciales y de orientación sexual de los personajes en el cine, llegó a la conclusión de que el hombre blanco heterosexual continúa dominando los filmes hollywoodenses.

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