El inquietante thriller psicológico de Julia Roberts que homenajea al cine clásico
Cuando creíamos que habíamos visto todo lo mejor del año en materia de ficción televisiva, Amazon presenta finalmente la primera temporada de su serie protagonizada por la ganadora del Oscar, Julia Roberts,y dirigidapor Sam Esmail (Mr. Robot).
A través de 10 episodios de menos de media hora, Homecoming introduce al espectador en una historia hipnótica, que se ve enriquecida gracias a su marcado estilo visual en sintonía con la época dorada del cine de suspenso y las historias de conspiraciones.
Basada en el exitoso podcast homónimo, la serie sigue a Heidi Bergman (Roberts), una trabajadora social de la agencia secreta Homecoming Transitional Support Center, que ayuda a los soldados de guerra a readaptarse a la vida civil. Paralelamente, el relato nos muestra la vida de Heidi cuatro años después, quien ahora trabaja como camarera en un pequeño pueblo. Cuando Thomas Carrasco (Shea Whigham), un auditor del Departamento de Defensa, acude a ella para investigar el porqué dejó la instalación de Homecoming,la mujer comienza a darse cuenta de que hay otra historia detrás de la historia que se ha estado diciendo a sí misma.
Uno de los pacientes de Bergman en Homecoming es el joven Walter Cruz (Stephan James), a quien seguimos durante sus sesiones de terapia. Ambos personajes logran un vínculo muy fuerte y a medida que corren las semanas descubrimos un triste suceso que atormenta a Cruz desde sus días en el campo de batalla.
A pesar de la relación de confianza que existía entre Bergman y Cruz, la ahora camarera afirma no recordarlo. Ni a él ni a casi nada de su vida pasada, de la cual parece no haber rastros de ella por ninguna parte. ¿Qué se esconde detrás de esta encrucijada?
La historia original, adaptada del podcast por Eli Horowitz y Micah Bloomberg, utilizaba las grabaciones de las terapias que daba Heidi como elemento central para ir desentrañando el misterio. Aquí, SamEsmail se encarga de equilibrar los formidables diálogos con recursos estilísticos y planos inmersivos que, junto al diseño de producción setentista, traen a la memoria el perfume de otras épocas.
Las secuencias largas, los primeros planos de Heidi y Cruz y algunos otros trucos dentro de la instalación, como una toma de las escaleras desde arriba que obviamente recuerda a Hitchcook, incrementan la sensación de claustrofobia y desasosiego. Aquello sumado a una técnica que utiliza Esmail para escindir los acontecimientos del pasado y del presente, con la pantalla en forma vertical y a modo de Iphone que retrata la vida actual de Heidi. Esta decisión toma sentido para la trama en los últimos capítulos y una vez que el rompecabezas ha sido resuelto.
Las actuaciones son el otro gran acierto de este nuevo thriller que emerge como uno de los favoritos de la crítica especializada. Además de Roberts, quien aquí se muestra tan encandilante como siempre, Bobby Cannavale hace un excelente trabajo en la piel de Colin Belfast, el molesto jefe de Heidi en Homecoming y dueño de los momentos más bizarros del programa. Por otro lado, James logra la empatía del público como un joven sensible que arrastra culpas del pasado y que solo quiere empezar de cero. El reparto también cuenta con la querida Sissy Spacek, quiense muestra correcta en un rol secundario como la incrédula madre de Heidi, aunque se podría haber explotado mucho más en su relación con ella.
En cuanto al aspecto musical, la banda sonora es un buen punto a favor, ya que se encuentra compuesta por temas envolventes-la mayoría de ellos de Radiohead-que aportan sustancia a la atmósfera de suspenso y confusión.
A pesar de su impecable producción y dirección, Homecoming también presenta defectos y uno de ellos tiene que ver con el manejo del timing, el cual se va difuminando en mitad de la temporada. Más allá de que el misterio resulta mucho más simple y predecible de lo que imaginábamos en un principio, el último acto carece del impulso y el atractivo de los primeros episodios.
Homecoming es una thriller distinto, meticuloso en todos sus aspectos y con el sello de Sam Esmail que lo hace tan contemporáneo como clásico. Habrá que ver si el desequilibrado tramo final consigue atrapar a los espectadores para una segunda temporada ya confirmada.