I-Sat, la revolución de los canales para adultos

Hoy día, gracias a internet, tenemos más ofertas de servicios: cadenas que llegan con sus producciones como Disney Plus y su versión para adultos Star Plus, HBO Max, Netflix, etc. Pero al mismo tiempo estas plataformas conviven con otras que son más específicas o incluso que representan a cadenas más pequeñas y también algunos países, como Argentina, tienen plataformas que promueven las producciones locales.

Antes de esto, los consumos de contenidos audiovisuales, a excepción del cine, se centraban en las ofertas que había televisivamente. Y muchas veces las producciones que llegaron a Latinoamérica estaban relacionadas con el éxito que habían tenido en su país de origen, que en su mayoría, era Estados Unidos. En este punto es que debemos destacar a un canal de televisión paga (también llamada por suscripción) que desde su lanzamiento se convirtió en uno con una programación completamente alternativa, una oferta impensada para esa época. Fue en la década de 1990 que apareció I-Sat.

I-Sat fue lanzado en Abril de 1993, creado por el empresario argentino Alberto González. Su nombre es el acrónimo de la empresa que lo creó, Imagen Satelital. En la actualidad es parte del grupo que engloba a Space, TNT, TCM, Warner Channel, TBS y Cinemax ya que son parte de Turner Broadcasting System, Inc.

Más allá de la historia administrativa del canal vayamos al meollo de la cuestión: ¿por qué I-Sat es la revolución de los canales para adultos? Desde un primer momento se destacó por dejar en claro que su contenido apuntaba a un público de jóvenes adultos trayendo muchísimas series y películas que eran producciones independientes y de muchas partes del mundo, como también cine B, documentales, etc., como Kids (1995) o The Acid House (1998) por mencionar algunas.

I-Sat fue una especie de medio democratizador de consumos audiovisuales, era el primer acercamiento a esas producciones que se destacaban por fuera del mainstream que era predominante en toda la televisión.

I-Sat impulsaba al debate con rupturas en ciertas temáticas que los canales abiertos de los diferentes países ni se animaban a proponer. El mejor ejemplo es que fue el primer canal en ofrecer contenido que representaba a las diversidades y al colectivo LGBTQ+ como Queer as Folk (1999) y Sugar Rush (2005) cuando no era algo que predominaba en los contenidos mayoritarios.

Otro punto fuerte fue cuando comenzó a incluir el humor en su programación. Es así como además de tener producciones argentinas, que hoy por hoy se han vuelto de culto como Cha Cha Chá, I-Sat también se convertía en la posibilidad de ver opciones como MADtv y más adelante Adult Swim, volviéndose de esta manera en un icono y uno de los mayores proveedores de animaciones para adultos.

El diferencial lo hacía desde el lado del respeto al arte. Por eso también se debe recalcar una de sus campañas que seguía el lema “no al doblaje, sí al idioma original”. De esa manera el contenido independiente de todas partes del mundo se hacía presente sin ningún tipo de manoseo.

I-Sat fue uno de los pilares fundamentales para el amor al mundo cinéfilo y seriéfilo, trayéndonos contenidos transgresores más si nos situamos en una época que, principalmente en Latinoamérica, estaba cargada por el conservadurismo y una fuerte presencia de contenidos mainstream.