La temporada que no fue y un series finale que no conforma

El pasado 6 de mayo el último episodio de Into The Badlands vio la luz, cancelada por AMC hace aproximadamente dos meses. La serie, que tenía planeada por lo menos una temporada más, se despidió con un final tan abierto que nos deja un gusto amargo.

En esta segunda mitad de su tercera temporada, el show estaba comenzando a explorar la identidad de Sunny, su protagonista, antes de convertirse en el mítico clipper capaz de vencer a cualquiera. La llegada de Pilgrim y su gente, intentando hacer renacer a la ciudad de Azra, fue la llave para que Sunny empezara a comprender quién era. 

En los episodios finales, Pilgrim comenzó a repartir el don entre sus seguidores, apoyado por M. K., quien pasó de ser uno de los personajes más queridos a uno de los más odiados, mientras que Sunny unió fuerzas con The Widow, Nathaniel Moon, Tilda, Gaius, Bajie (por supuesto) y su reencontrada hermana y los Black Lotus. El objetivo: detener a Pilgrim en su idea de arrasar con las Badlands para fundar esa nueva Azra, que solo traería más sangre.

La historia demuestra que a veces hace falta un enemigo común para hacer aliados impensados, y eso fue Pilgrim; su violencia y su despotismo lo convirtieron en el blanco para todos, consiguiendo que aquellos que no podían perdonarse dejaran sus diferencias de lado para pelear codo a codo. Y la pelea valió la pena: como nos tenía acostumbrados Into The Badlands, todo fue espectacular. El episodio, titulado Seven Strikes as One, mostró la fuerza de estos siete guerreros (Sunny, su hermana, Bajie, The Widow, Gaius, Tilda y Nathaniel), que arrasaron como un único vendaval los planes de Pilgrim. Peleaban por el futuro, un futuro sin el don corrompiéndolo todo, unas Badlands donde el hijo de Sunny y el de The Widow y Gaius pudieran crecer sin miedo. 

Into The Badlands estaba preparada par dar el salto cuando fue cancelada. Su tercera temporada finaliza con el arco de Azra cerrado, un Pilgrim derrotado gracias al esfuerzo común, M. K. muerto (por fin) tras haber atacado a la única persona que siempre lo quiso, Tilda, y la cámara maldita capaz de convertir a cualquiera en dueño del don, volada por los aires. 

Sunny, tras haberse reencontrado con su hermana, empezaba a recordar la participación de su familia en la historia de Azra. Sin embargo, la batalla final la pagó con su vida. En el espacio entre la vida y la muerte se encuentra con The Master, quien le dice que tiene una nueva misión por delante, todavía más importante y más difícil. Es decir que, a pesar de que ya estaban despidiéndose de él, las chances de que Sunny volviera a la vida, todavía más poderoso que antes, eran altísimas. 

¿Y para qué? Into The Badlands siempre nos planteó un futuro distópico en el que la humanidad parecía haber dejado atrás la sociedad tal y como la conocemos, con la pérdida de las armas de fuego. Con la explosión de la Cámara Meridiana de Pilgrim, los secretos se desenterraron y uno de sus más fieles seguidores descubrió aquello que tantos problemas nos trae: un revólver. La guerra entraría en otro nivel completamente distinto con este descubrimiento.

El final de Into The Badlands tiene gusto a poco. La historia parecía estar abriendo la puerta a nuevas aventuras, con un grupo de guerreros mucho más fuerte, unidos por el futuro, y con un Sunny al borde de descubrir su verdadera misión en el mundo. 

Por fin, nosotros, los espectadores, íbamos a saber cómo cayó la sociedad y porqué el mundo llegó a convertirse en las Badlands. Las peleas entre los artistas marciales y, probablemente, un ejército armado, hubieran sido espectaculares. Lamentablemente, tras la cancelación, nunca las veremos.