¿Por qué Isaac Ezban es el actual maestro del horror en México? - Spoiler Time

¿Por qué Isaac Ezban es el actual maestro del horror en México?

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¿Te fascina el terror y no conoces el trabajo de Isaac Ezban? Luis Toriz te acerca a este gran maestro mexicano del horror.

En la década de 1960 y 1970 el cine de terror mexicano tuvo un exponente que supo cómo llevar el terror a un nivel más arriba, no solamente como director sino también como autor cinematográfico. Carlos Enrique Taboada dirigió tal vez cuatro de las mejores películas de horror de ese país: Hasta el viento tiene miedo (1968), El libro de piedra (1969), Más negro que la noche (1975) y Veneno para las hadas (1989). Taboada dialogaba con un estilo específico, el gótico cinematográfico; sabía crear situaciones que llevaron al horror y terror mexicano a lugares impensados, ya que en el extranjero fue muy reconocido.

El cine de terror en México estaba muerto hasta hace poco, cuando una ola de directores comenzaron a ver en el espectador un hambre por ver películas del género. Y entonces Isaac Ezban.

Isaac Ezban es un director y escritor de cine que de casualidad conocí por el cortometraje de Cosas feas (2010). Al ver el trabajo de Ezban pude detectar un estilo que se construía por medio de situaciones, no en efectos, tampoco en sustos mal intencionados y huecos. Realmente este director se estaba preocupando por establecer una atmósfera que germinara al terror desde adentro del espectador. Los miedos eran reales.

En 2014, El incidente comenzó a cosechar premios en festivales de género alrededor del mundo, y en México fue reconocida con el Premio de la Prensa a Mejor película en el Festival de Cine Mórbido. ¿La trama? Dos grupos de personas que, después de una explosión a lo lejos, se encuentran atrapados en un extraño loop de tiempo y espacio. Sin época definida, el director lograba colocar al espectador en una situación apremiante donde se encontraba de frente con el paso del tiempo y el terror que causa verlo en nosotros mismos y su efecto en cada uno para confrontarnos con la ausencia puramente existencialista; el tiempo y el espacio llevados a una escala menor en tamaño donde confronta al espectador con su infinita pequeñez. Esto realmente daba miedo.

En el 2015, un año después de su éxito con El incidente, Ezban nos vuelve a conectar con su universo; y digo conectar porque Los parecidos y su trabajo anterior van relacionados de manera fantástica. Es ahí donde radica su genialidad para establecer un estilo que pocos directores pueden afianzar dentro del cine de terror y fantástico en México.

Con Los parecidos, el director vuelve a hacer ruido en el extranjero y gana el premio de Mejor Filme Latinoamericano en SITGES, uno de los mejores festivales de cine fantástico en el mundo, y repite el Premio de la Prensa en Festival Mórbido. Su versión de una extraña noche en una estación de autobuses cercana a la ciudad de México el 2 de octubre de 1968 y un grupo de personajes desconocidos entre sí, encerrados y detenidos por una lluvia incesante que los obliga a convivir entre ellos hasta que algo los convierte en una sola persona, volvía a estremecer las pantallas.

Los parecidos afianza un discurso fílmico que para algunos es nuevo y por eso también fascinante. Nuevamente el espectador se encuentra con sus propios miedos llevados al terreno de lo fantástico y lo increíble, pero igual de terrorífico. La premisa nos regresa a esas historias como Hitchcok presenta o La dimensión desconocida, donde el miedo viene de los instintos de supervivencia más guturales del ser humano pero detonados por lo sobrenatural y, aunque la película parece extraída precisamente de una de esas series, Isaac Ezban tiene la destreza necesaria para que el público se mantenga enganchado y salga contrariado de sus películas.

En septiembre de este 2022 estrenará su más reciente producción de la mano de Cinépolis Distribución: Mal de ojo. Una historia donde el mal toma la forma más familiar. Hace unos días lanzaron el tráiler y ya desde aquí el director advierte sus oscuras intenciones (las mismas no respetarán jerarquías familiares).

A través de los años, Ezban ha sabido crear proyectos que lo van encumbrando poco a poco como uno de los mejores en los géneros fantástico, terror y horror en la actualidad. Sus películas contienen esas pinceladas de maestros como Taboada y Buñuel gracias esas atmósferas claustrofóbicas e intrincados humanos que evocan el más puro horror cinematográfico clásico de toda una época. Sin duda se ha mantenido como una gran esperanza para el cine mexicano de terror. Ha demostrado dentro y fuera de México que la visión del terror va más allá de solamente hacer brincar en el asiento: se encarga de que realmente la gente sienta lo extraño del miedo y sus efectos emocionales al punto de no meterse en escaleras de emergencia o evitar las estaciones de autobuses en noches extrañas.

¡México tiene un maestro del terror, y hay que disfrutrarlo (o padecerlo…)!

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