James Bond: el derrotero del hombre ideal para Hollywood
Desde aproximadamente 2015, las producciones audiovisuales comenzaron a mostrar de forma cada vez más notoria ciertos cuestionamientos a muchos tópicos, principalmente a lo relacionado al rol de la mujer, lo que llevó también a que en este tiempo la visión sobre las masculinidades fue cambiando.
Cuando hablamos de masculinidades y Hollywood es inevitable no pensar en James Bond, a pesar de ser un personaje completamente británico. Creado por el periodista y novelista inglés Ian Fleming en 1953, llegó a la pantalla grande en 1954.
El primer actor en representarlo fue Sean Connery, quien no sería quien es sin este personaje. No solo fue el Bond oficial de Eon Productions sino que también participó en una de las películas llamadas “no oficiales” del personaje. Algo muy característico del Bond de Connery es que es el más machista y arrogante. La época en que lo desarrolló ayudó a esa configuración: los sesenta y principios de los setenta.
Cuando Connery decide abandonar el papel le llegó el turno de George Lazenby. Lo rotularon como el “Bond romántico”. ¿Por qué? Porque en su única participación, en la cinta On Her Majesty ‘s secret service (1969), Bond contrae matrimonio. Sí: casi podríamos decir que la ecuación era Tradición, Familia y Propiedad.
Luego llegaría Roger Moore, el actor que más veces interpretó al Agente 007 en la historia. Desde 1973 a 1985 protagonizó 7 de las películas de la saga. Moore trajo una versión mucho más satírica, con una personalidad más agradable y simpática con respecto a sus versiones anteriores. Poco a poco la industria comenzaba a perder ese estereotipo del hombre sumamente parco y machista.
Esto último volvió a modificarse entre 1987 y 1989 cuando Timothy Dalton entregó a un Bond mucho más estoico, agresivo, frío, violento. Los fanáticos de las novelas de Fleming sostienen que es este actor quien logra dar una versión de Bond mucho más ligada a la pensada por el autor. La época ayudó mucho como contexto: en la década de 1980 las películas taquilleras fueron First Blood (1982), The Terminator (1984) y Die Hard (1988), entre otras, en las que el héroe de acción volvía a estar sobre el tapete como ejemplo.
En la década de 1990 llegó quien se convertiría en el galán total: Pierce Brosnan. Su versión fue una muy insolente. Lo suyo fue un aire nuevo, fresco, cosa que catapultó su éxito. En el total de cuatro películas, este fue el primer Bond que sangró, fue torturado, maltratado y secuestrado por sus enemigos. Sí: más humano. El hombre rudo e impenetrable no era lo que llamaba la atención.
Y entonces Daniel Craig. Con su primera película de 2006, este Bond es hasta el día de hoy el considerado como el perfecto, por lo menos desde un punto de vista de equilibrio, ya que une muchas de las características de sus antecesores: rudo, frío, calculador, serio, ingenioso y, sin embargo también, muy vulnerable.
Mi repaso se basó en las características y actores que interpretaron a Bond, pero algo que marcó siempre a esta saga, y que va de la mano con lo analizado, es el rol de la mujer. Pasando de “mujeres floreros” a tener roles mucho más importantes, aunque nunca protagónicos al 100%, me pregunto ¿por qué 007 no puede ser una mujer? No es descabellado: allá por los años cincuenta, antes que Connery se haga del papel, se consideró que sea una mujer la agente, Jane Bond, siendo Susan Hayward la encargada de interpretarla. El cine seguía cimentándose sobre imágenes más fuertes con respecto al hombre ideal: galán, rudo, elegante. Pero como mencioné al comienzo de este artículo, los tiempos cambian, generalmente para bien. No es necesario cambiarle el sexo a Bond, ya que existen grandes actrices que han interpretado no solo a excelentes agentes del servicio secreto sino a perfectas detectives que se volvieron icónicas como Mireille Enos en The Killing, Gillian Anderson en The Fall, Peggy Carter de Marvel’s Agent Carter y Kate Winslet en Mare of Easttown, solo por mencionar algunas.
Bond es un icono de la industria y la cultura pop al punto que el 5 de Octubre es el Día Mundial de James Bond. Más que barajar la posibilidad de verlo en una figura femenina, lo ideal sería que se construyan nuevas historias con mujeres protagonistas, no forzarlas para cumplir con un tema de agenda.
El héroe de acción, el padre proveedor, el amante sacrificado, el villano enloquecido: estas categorías van quedando cortas en la actualidad. Este es el derrotero del hombre en el cine y la TV.