Jodie Foster el FBI y un stalker: estaba destinada a ser parte de El silencio de los inocentes
Cuando pensamos en El silencio de los inocentes, es inevitable recordar a Jodie Foster en el papel de la agente Clarice Starling. Fue el rol que le valió un Oscar, pero lo que muchos no saben es el esfuerzo que Jodie Foster tuvo que hacer para conseguir el rol. Un papel que pudo haber caído en manos de figuras como Michelle Pfeiffer, Laura Dern y Meg Ryan.
Pero la que más ganas tenía de hacer el papel desde el principio era Jodie Foster. La actriz de True Detective estaba decidida a interpretar a Clarice y por eso contactó a los guionistas y productores de la película para asegurarse de que el personaje fuera suyo. De hecho, mientras Ted Tally, el guionista, apenas comenzaba a escribir la adaptación del libro de Thomas Harris, recibió una llamada sorpresa de Jodie Foster preguntando si estaba creando un buen papel para ella.
Y su preparación para la película no fue menos intensa. Jodie Foster trabajó de la mano con el FBI, recibiendo entrenamiento en armas de fuego y participando en clases para agentes en formación en Quantico. Quería saber realmente cómo era el mundo de los agentes para interpretarlo a la perfección. Sin embargo, a pesar de esto, su llegada tuvo bastante trabas y la que más cerca estuvo de quedarse con el papel fue Michelle Pfeiffer, que terminó rechazándolo porque no quería ser parte de un film tan violento.
Finalmente, fue Jodie Foster la que se sacó las ganas de interpretar a un personaje femenino con mucha fuerza (una de las razones que la motivó originalmente), pero hay un detalle más de su vida privada, que aunque no tiene conexión directa pudo haber sido parte de lo que la empujó a ser Clarice Starling…
John Hinckley, el acosador de Jodie Foster
Muchos saben que uno de los papeles que le cambió la vida a Jodie Foster fue el de Taxi Driver, cuando interpretó a Iris Steensma, la joven que era rescatada por Travis Bickle (Robert De Niro) hacia el final de la película. Pero lo que no todo el mundo sabe es que con ese cambió también vino una de sus peores pesadillas: un acosador. Podríamos decir que Jodie Foster sabía muy bien dónde se metía en El silencio de los inocentes…
Después de ver Taxi Driver, John Hinckley Jr. se obsesionó con Jodie Foster y comenzó a seguirla y enviarle cartas de amor mientras ella estudiaba en Yale. Por supuesto, la actriz jamás le dio ni el mínimo espacio para que él hiciera estos avances pero ni así logró detenerlo. Porque a medida que Foster ignoraba sus avances, Hinckley se desesperaba más. Al punto de intentar un atentado.
Según se supo, intentó asesinar al presidente Ronald Reagan en 1981, con la esperanza de “impresionar” a Jodie Foster. Y estuvo muy cerca porque en las inmediaciones del Washington Hilton Hotel efectuó seis disparos contra la comitiva presidencial, y si bien ningún impacto dio directamente en Reagan, una bala rebotó en la limusina que lo transportaba y perforó su pulmón. Además de Ronald Reagan, tres personas más resultaron heridas: el secretario de prensa James Brady, quien sufrió una lesión grave en la cabeza que lo dejó permanentemente discapacitado; el agente del Servicio Secreto Tim McCarthy; y el oficial de policía Thomas Delahanty.
Inmediatamente después de efectuar los disparos, John Hinckley Jr. fue detenido pero no terminó en prisión. Fue sometido a juicio, donde fue declarado “no culpable por razones de demencia” y terminó internado en un hospital psiquiátrico hasta 2016, cuando se le dio libertad condicional.