Judas and the Black Messiah muestra el ascenso Fred Hampton, uno de los principales líderes del movimiento Panteras Negras. Pero también es un retrato de una Norteamérica sumida en la crisis por la guerra de Vietnam y la violencia racista contra las clases populares.
En este artículo te contamos por qué este film dirigido por Shaka King es una interesante propuesta que, sumada a la brillante actuación de Daniel Kaluuya, se enfila a una gran racha en la próxima temporada de premios.
La historia está ambientada en 1968. Vemos a Fred Hampton (Daniel Kaluuya) erigiéndose como uno de los principales lideres del movimiento Panteras Negras. Pero en paralelo se nos presenta a O’Neal, un experto ladrón que se disfraza de agente de FBI para robar autos. Él es detenido por este caso y sometido a tortura. Es en ese momento que un oficial, interpretado por el siempre brillante Jesse Plemons, le propone descaradamente infiltrarse en el partido liderado por Hampton para desbaratar al movimiento y terminar con las revueltas sociales. El precio es la libertad y O’Neal acepta. Poco a poco se va generando una intensa amistad que esconde algo terrible: la traición.
De esta manera el film se mueve bajo los cánones del policial de espionaje, con toques de drama social y desde esa perspectiva vemos cómo cada escena, cada palabra, cada gesto es vital para lograr una fuerte tensión. Este punto es de los más altos del film ya que el espectador sabe y conoce la perspectiva de los personajes. Un bello juego de ajedrez en el que cada movimiento es determinante, sobre todo en O’Neal.
Con un retrato de época muy bien reflejado, el film se enmarca en el redescubrimiento de un Estados Unidos en crisis, donde la violencia racista y estatal fue (y sigue siendo) parte de la sociedad.
Tal vez el único pero que podamos encontrarle son algunos huecos que hacen que la narración por momentos se torne lenta para la propuesta vertiginosa que propone. Es decir: existen secuencias e intervalos que podrían no estar y la película funcionaría de igual forma. Quizás nos estamos poniendo pretenciosos…
Judas and the Black Messiah es una apuesta fuerte, determinada con grandes actuaciones que por momentos son inquietantes. Sentimos a flor de piel las vicisitudes, la crueldad, el amor por la causa y la lucha por la igualdad y la justicia de Fred Hampton. Hay que dar gran mérito a la potente actuación de Daniel Kaluuya (sin dudas lo veremos como firme candidato a alguno de los premios importantes… me arriesgo a que será candidato al Oscar).
La visión de Shaka King funciona porque no estamos en presencia de una película que nos intenta dar una lección historia ni nada por el estilo, sino que estamos ante una versión de los hechos concebida para las mas firme intención de crear cine, de ver cine, de ser cine. Es allí que Judas and the Black Messiah se torna impecable.
¿Cuál de todos estos fichajes crees que sea el más polémico?
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