Judgment Night terminó con la era de los héroes musculosos e invencibles de Hollywood - Spoiler Time

Judgment Night terminó con la era de los héroes musculosos e invencibles de Hollywood

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Una película de culto que hizo escuela.

Jóvenes lectores, jóvenes lectoras, no se crean lo que los medios les venden: la conciencia social y la baja de héroes a pura testosterona en el cine no es algo de ahora. The People Under the Stairs (1991) de Wes Craven y la gloriosa Candyman (1992) son claros ejemplos. Sin embargo, en 1993 apareció una película que rompió con muchos estereotipos. Con ustedes, Judgement Night.

Frank (Emilio Estévez) es recogido de su casa ubicada en los suburbios de clase media por sus amigos de la infancia Mike (Cuba Gooding Jr) y Ray (Jeremy Piven); su hermano pequeño John (Stephen Dorff) se une a ellos. La intención de este grupo es pasar la noche viendo, en vivo y en directo, un combate de boxeo. Debido al tráfico de Chicago, los jóvenes, que se desplazan en una casa rodante que maneja Ray, van a llegar tarde a la pelea y el conductor se desvía de la autopista hacia las áreas más oscuras de la ciudad. Luego de unos minutos, sucede un accidente: los jóvenes golpean con la casa rodante a alguien que parece haber recibido un disparo. Posteriormente, los cuatro amigos son testigos de un asesinato llevado a cabo por el mafioso local Fallon (Denis Leary). Luego se ven obligados a huir para salvar sus vidas a través de un vecindario que previamente habían pretendido que no existía y donde la policía ni siquiera se molesta en aparecer.

Si bien el título es un poco tonto, sus diálogos son de los peores de las películas de principios de la década de 1990 y los personajes nunca terminan de generar la empatía que deberían, Judgement Night es una gran película. Y es que allá por 1993 la cinta estaba haciendo cosas que ninguna película de acción había hecho hasta el momento: generar tensión a cada segundo. Las películas de ese género, tanto en la década de 1980 como los principios de la de 1990, todavía estaban dominadas por héroes musculosos de mandíbula cuadrada que derribaban cantidades infinitas de villanos con una ametralladora. Ok, Bruce Willis había levantado la bandera del héroe desaliñado con Die Hard y Die Hard II (1988 y 1990, respectivamente), pero para 1993 había desaparecido de la pantalla grande tras algunos grandes fracasos.

No es casual que Judgement Night se estrenó una semana después de Demolition Man de Sylvester Stallone y 4 meses después del gran éxito anterior de Stallone, Cliffhanger. Ambas películas fueron éxitos sólidos, y aunque Arnold Schwarzenegger había fallado con Last Action Hero el mismo año, todavía era en gran medida la era de los músculos grandes y, por lo tanto, los grandes salarios para ellos.

Dejando a un lado los malos diálogos, haberle dado exposición como héroes a cuatro actores de aspecto normal para interpretar a los habitantes de los suburbios de clase media fue una genialidad, un verdadero golpe maestro, un verdadero acto revolucionario. Fue como si Judgement Night pisara la hasta ese momento tendencia de tener una gran estrella en el título: se enfrentó a ese Hollywood que todavía dependía del poder de las figuras para el éxito.

Un año después del estreno de Judgment Night las películas de acción cambiaron para siempre. Después del estreno de Speed (1994), la cual convirtió a Keanu Reeves en un héroe de acción, todos los actores estaban en la lista de posibles protagonistas: Johnny Depp, Christian Slater, Nicolas Cage y más jóvenes lo intentaron.

Hasta ese momento, Stephen Hopkins, el director de Judgement Night, había realizado películas bastante polémicas por su bajo contenido de calidad como Pesadilla en Elm Street 5 (1989) y Predator 2 (1990). Pero algo hay que reconocerle: siempre tuvo cierta habilidad con los actores: en la cinta que nos une Stephen Dorff y Cuba Gooding Jr tienen algunos momentos épicos al transmitir el trauma acumulado en sus rostros cuando tienen que admitir que tienen miedo; Denis Leary sobresale como villano, haciendo gala de lo que perpetuó en su memorable personaje de stand-up; para Jeremy Piven todo comenzó aquí.

Algunas de las escenas son fantásticas. Desde el paso de terraza a terraza a través de una escalera desvencijada, pasando por la breve carrera por las alcantarillas que no termina bien, destacándose el momento en que los héroes se ven atrapados en un vagón de tren lleno de vagabundos perturbados mientras los villanos los acechan: en cada uno de estos momentos te pones en su lugar y te preguntas qué harías. La dirección y la edición de Hopkins es excelsa y hace que estas escenas funcionen absolutamente de una manera que pocos lo hicieron en ese entonces.

En 1993 el mundo no estaba preparado. Judgement Night terminó siendo una decepción de taquilla, yendo directo a video en muchos países. Con tal vez la mejor banda sonora de la historia del cine, esta fue una película de transición que se adelantó a su época y por eso pasó sin pena ni gloria; un recordatorio del thriller de presupuesto medio que Hollywood olvidó cómo hacer. Ahora es una película de culto que todavía muy poca gente conoce.

La era del héroe musculoso e invencibles había terminado.

Video
https://www.youtube.com/watch?v=739CGEikpYQ

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