Family, el episodio 23 de la temporada 11 de The Walking Dead, demostró lo que podría ser una repetición del mayor error en los 12 años de historia del programa. Recordemos: en plena batalla contra las fuerzas de la Commonwealth, Pamela Milton tomó un arma y le disparó a Daryl, pero Judith interceptó el disparo.
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¿No les suena esto? Sí: pareciera que al tomar este camino The Walking Dead está indicando la voluntad de matar a la hija de Rick Grimes, una línea que el programa ya cruzó una vez en la temporada 8 cuando mató abruptamente a Carl. Matar al hijo de Rick, que era visto como el futuro de la serie fue una decisión muy arriesgada que se sintió completamente innecesaria. Al matar a otro de los hijos de Rick en su final, The Walking Dead se aventuraría a recorrer el mismo camino oscuro e invitaría a otra manifestación tremenda de indignación.
Que Judith esté al borde de la muerte no significa necesariamente que su ida esté asegurada. Ahora, es cierto que ella no estaba entre los muchos personajes que se creía que corrían el riesgo de morir en esta temporada 11, por lo que si la serie realmente quiere sorprender, matarla sería una forma de hacerlo, un movimiento demasiado audaz que está en consonancia con otras elecciones cuestionables realizadas en temporadas anteriores. Por lo que venimos viendo en los últimos episodios, es posible que el programa no tenga la intención de un final verdaderamente feliz… Sin embargo, Judith es un personaje relevante para el futuro de la franquicia.
Pero, ¿a qué futuro nos referimos? Judith tiene una gran oportunidad de regresar a la franquicia si sobrevive: puede que no acompañe a Daryl a Francia, pero podría encajar en la historia general de él de una forma u otra, ya que él es su tutor actual. También está el asunto del spin-off de Rick y Michonne. Lidiar con el CRM y reunirse con ellos pueden ser sus objetivos inmediatos en su próxima serie.
Veremos qué le depara a la pequeña Grimes el domingo que viene en el último episodio de la historia de The Walking Dead.