#FICM2022: El elenco de La Caída habla de la importancia de contar estas historias desde la ficción
Karla Souza habló de cómo fue trabajar con Lucía Puenzo en La Caída, una película sobre el abuso.
En el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia 2022, Prime Video presentó la nueva película de la directora argentina Lucía Puenzo que lleva por título La Caída, que está inspirada en una historia real sobre el abuso en el mundo del deportivo.
Tras haber podido disfrutar del trabajo de Puenzo y todo su equipo, tuve la oportunidad de sentarme junto a su protagonista y productora Karla Souza, y parte del elenco formado por la debutante Dèja Ebergenyi, Hernán Mendoza (La 4a compañía) y María Renée Prudencio, quien además es guionistas de esta historia, para hablar sobre su labor al retratar esta historia llena de emociones a partir de un tema tan delicado como el abuso sistemático.
A continuación la entrevista que realicé:
¿Cómo se prepararon mentalmente para actuar esta historia tan poderosa y cómo logran salirse del papel para continuar con sus vidas?
Karla Souza: Mentalmente es interesante. Tuve mucha terapia para entender desde afuera lo que vive el personaje. Lo que mí para mí fue el reto más grande es que llevaba seis años trabajando el guion y entrar ahí es muy diferente. Entonces, yo acudí a un coach actoral que me ayudará a entrar porque es una puerta a la que obviamente, si me preguntas, yo no quiero abrir. Ya con Lucía, me daba cuenta, que, aunque estaba congelada, a las 4 de la mañana mojada con el traje de baño, con una neumonía, le decía “ya no quiero más” y me decía “te voy a dar una más, sé que ya estás muy cansada Karla y que llevamos toda una filmación”. Es un poco la dedicación actoral, todo el trabajo que conllevó tener esta historia, esta escena, me forcé a que todas las escenas yo estaba ahí, no falsee ninguna nota. Y siempre a la hora de finalizar la filmación, era quitarse un peso encima, una catarsis, una cosa muy emotiva, muy sanadora, pero a la vez difícil, porque te abriste y ahora qué. Necesité mucha ayuda de gente cercana, de mi familia, de las mismas amistades que hicimos con clavadistas y demás. La historia no acababa a la hora de finalizar la filmación, sino que las emociones podían seguir más allá del último día.
Dèja Ebergenyi: Para mí no fue tan fácil, porque es mi primer proyecto y no sabía cómo funcionaba. Se me hacía tan difícil interpretarlo y más porque es un tema tan fuerte, que me era difícil adentrarme al personaje y entenderlo. No sabía cómo era esto de entender lo que trataba de expresar el personaje. Yo he vivido este tema de abuso sexual, también personas cercanas de mi familia, amigos. Soy porrista de donde conozco compañeras que han vivido lo mismo y se quedan calladas, no quieren alzar la voz por miedo a que las juzguen o porque no saben que les vayan a decir.
Crédito: Prime Video
Quisiera que nos platicaran un poco sobre el trabajo con Lucía Puenzo. ¿Cómo fue su acercamiento con ella y si estaba a la altura de las expectativas que tenían?
María Renée Prudencio:Lucía aborda el trabajo de creación desde la absoluta palestra de los personajes más que de la de la historia, más que de la trama, le importa muchísimo la construcción de personajes complejos y que tengan un poder narrativo que mueva la historia. Entonces el trabajo específicamente en esta película fue lograr escribir una perspectiva creíble. Es una película que está afincada absolutamente en la perspectiva de un personaje, en la subjetividad de un personaje y ese era como el mandato. No es una película racional, no es una película sobre las opiniones de los demás, es un viaje absolutamente íntimo y subjetivo de una mujer que se da cuenta de su abuso y que se da cuenta que ese abuso va a seguir sucediendo en otros ámbitos y con otras personas si ella no toma el paso de denunciarlo. Entonces el trabajo fue microscópico sobre la emotividad de ese personaje.
KS: Lo interesante fue que Lucía nunca tuvo que abusar de mis emociones para que yo llegara a ningún lugar. Ella me respeto plenamente, nunca indago en mi vida, nunca trato de sorprenderme, siempre confiaba plenamente en mi trabajo. Y literal, creo que son dos notas las que me dio como puntuales para justamente ayudar al viaje emocional de la película, pero realmente el guion estaba muy bien hecho. La forma en donde ella ponía la cámara y momentos donde mi cuerpo no quería abrirse en ese momento, y lo más impresionante es que si ella veía que yo no lograba ese momento nunca me forzó a hacer una escena, cuando ella veía que mi cuerpo, mi alma, no querían, ella decía “ya quedó” y entonces yo llegaba y decía “hay que hacerlo otra vez”. Es la primera vez que estuve con un director… directora, en este caso, que no abusaba de su poder y que no le habla mal a la gente, que no se frustrara y de repente soltara comentarios y fuese prepotente. Para mí fue la lección más grande ver cómo alguien puede usar el poder para fomentar el que todos nos sintamos seguros y empoderados para hacer nuestro mejor trabajo. Era impresionante eso, como que nunca me violento emocionalmente. No es necesario hacer eso con la gente para que saquen algo, o sea realmente no, no lo es. Yo eso sí, hice mi trabajo para prepararme para la película y ella lo sabía. Tuvimos súper poquito tiempo, nunca ha tenido menos tiempo para ensayar una película. Tuvimos cuatro días para hacer pruebas de vestuario, llegar, probar todo, conocer a los actores y creo que no lo parece.
Crédito: Prime Video
Existen muchos documentales sobre este tema, ¿pero creen que exista una necesidad de contar estas historias desde la ficción?
KS: Yo creo que es sumamente importante que nos demos cuenta del poder de la pantalla y nosotros no queríamos darle material a alguien que pudiera ver a una niña en una situación vulnerable. Al realizar una historia de violencia doméstica, hay mercados negros de gente que agarra esas escenas y las usa para su propia fantasía. Cuando empecé a darme cuenta de eso, entendí que uno como cineasta puede ser responsable de no darles ese material. Para Lucía también era muy importante, a ella le pesaba que a veces el cine latinoamericano, nada más usa eso para el shock. Como artista lo que me mueve es no propagar la violencia visual o emotiva que puede llegar a tener una historia de esta índole.
Crédito: Amazon Studios
Hemos hablado de las emociones que comparte la película, de la hechura de la película, pero hablando particularmente del guion, ¿hay alguna forma de saber si este es bueno y si va a funcionar?
Hernán Mendoza: Claro que tú, cuando lees un guion, puedes detectar que te gusta, que es algo que quieres contar y en el cual quieres participar porque te parece inteligente, muy bien escrito, muy bien dialogado. Si va a tener éxito o no, eso nadie lo puede saber. Lo que sí, es que bueno, depende como midas el éxito. Porque hacerla, tener la oportunidad de hacer una película de estas, ya es éxito. Si al público le gusta y paga por verla, bueno, pues gracias. Uno no puede hacer arte pensando que, si va a ser comercial, si va a poder funcionar económicamente. Tienes que hacerlo porque te llama, porque crees en él, porque crees que tú como participante vas a poder aportar algo a este proyecto y para que quede algo increíble, aunque nadie lo vea, pero que para ti sea un éxito.
KS: Sí, para mí estaba en juego mi dignidad como sobreviviente, por eso era muy importante encontrar a la persona correcta. Cuando leí el guion te hablé llorando, te dije que es el mejor guion que había leído en mi vida [se dirige a María Renée Prudencio]. Yo llevaba como nueve o diez intentos de escribir el primer argumento por manos de mucha gente, pero no terminaba por funcionar. Ahí estaba toda la investigación, pero eso no significaba que el guion iba a ser bueno. Fue la trayectoria que tenía María Renée, no solo como guionista, también como actriz, ayudó mucho a la visión de lo que es actuar una escena. Porque una cosa es escribirla y otra es hacerla que funcione en la realidad.
MRP: Quiero retomar las dos últimas preguntas, ya que en los documentales la historia está cerrada en una persona, en una visión, la experiencia en una vida en particular. Pero la bondad de la ficción es que puedes construir un personaje absolutamente tridimensional, creíble, pero es un vehículo para las emociones del público. Es un vehículo para las mujeres que se sientan a ver esa película, que pueden sentirse vistas que pueden sentirse reflejadas, que pueden sentir su dolor reparado y que pueden utilizarlo, no solo las mujeres, sino todos los que están sentados en esa sala como un vehículo de desnaturalización. O sea, te puedes proyectar, puedes verlo afuera de ti, puedes darte cuenta. Es un poco lo que le pasa al personaje, Mariel (Souza) es capaz de ver su abuso cuando lo ve en otra. Entonces creo que ese es el gran mecanismo de la ficción, te das cuenta de lo que te está sucediendo cuando lo ves en otro porque adquieres distancia. En ese sentido a mí me conmovía muchísimo cada vez que me encontraba con otra mujer más de este equipo porque leían las escenas, platicaban del personaje, y decían “Ay, claro, claro, es así”. “Él me habló así”. “Cuando a mi amiga le sucedió esto, yo vi que se comporta de esta manera”. Entonces yo me daba cuenta, y el equipo de escritoras nos dábamos cuenta de que estábamos llegando a una verdad porque había un eco. Hay muchas mujeres en este equipo que hemos sufrido abuso y al reconocernos, al vernos, al ver que esta película propiciaba que habláramos de esto sin vergüenza y con sororidad, ya con eso. No sé si la película vaya a ser un éxito en taquilla, pero fue un éxito a nivel de equipo y humano porque nos vimos y las que estamos acá ya sanamos algo. Espero que eso suceda con las compañeras que vayan a la sala.
La Caída llegará a la plataforma de Prime Video el próximo viernes 11 de noviembre.
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