El próximo mes se cumplen 26 años del estreno de una película que se ha hecho conocida, no solo por ser la adaptación de un libro mega exitoso, sino porque también cuenta con una de las historias detrás de escena más locas en la historia de Hollywood.
Con Val Kilmer y Marlon Brando como protagonistas y Richard Stanley cómo director, el rodaje de La Isla del Dr. Moreau fue uno de los más infames de las últimas décadas. Estrenada el 23 de agosto de 1996 y adaptada del libro de HG Wells, el film cuenta la historia de un científico loco que realiza experimentos biológicos secretos para crear híbridos humano-animal. Hasta ahora, todo más o menos normal. El problema llega cuando entramos al ser de filmación.
La adaptación fue un proyecto de bajo presupuesto que se convirtió en un lío lleno de egos, todo lo que podía salir mal salió mal. Brando había sufrido una grave pérdida familiar antes de la película (su hermana se suicidó), nunca leyó el guión y cuando llegó al set, comenzó a chocar repetidamente con Kilmer. Además, el set principal al aire libre fue arrastrado por una tormenta y una araña venenosa mordió a un asistente, entre otras cosas.
El guión, especialmente con las adiciones no deseadas de Brando, rápidamente se salió de control. Cuando los actores reciben el guión de una película, aparecen estas páginas rosas que son revisiones. Pero en la película tenían páginas azules, amarillas, lila, etc. A nadie le gustaba Frankenheimer y Kilmer era un problema en sí mismo, permaneciendo distante del resto del elenco y el equipo. Su “amistad” con Brando no llegó muy lejos y un día en particular, se informó al equipo que Marlon no saldría de su tráiler hasta que Val lo hiciera y viceversa. Y obviamente nadie hizo nada ese día.
Por otro lado, La Isla fue la primera película importante que se presentó en Cairns, por lo que fue un ambiente de carnaval en la ciudad. El hotel estaba lleno de gente sin nada que hacer, a la que le pagaban bien, así que se la pasaban de fiesta o comprando cosas innecesarias. Brando no tuvo miedo de entrar en acción, y organizaba fiestas increíbles, incluso si después no participaba, ya que estaba más interesado en pasar tiempo con los artistas indígenas locales y su cultura.
El escándalo en el rodaje y el mal comportamiento de los protagonistas resultó en el despido de Stanley y el estudio lo reemplazó con el rudo John Frankenheimer. Mientras que el protagonista original, Rob Morrow, renunció y fue sustituido en el último minuto por David Thewlis. El propio Morrow había sido una elección tardía después de que Kilmer, que inicialmente era el héroe, decidió al azar cambiar los roles para interpretar al asistente drogadicto de Moreau.
Luego de ser relegado, Stanley terminó escabulléndose en el set disfrazado de un personaje mitad hombre, mitad perro. Nada marchaba bien y tanto el elenco como el equipo se sorprendieron al verse atrapados en la locura, con el estudio decidido a terminar la producción y llevar algo a los cines. Una noche en el medio de la jungla de Queensland, todos fueron llamados al set, Frankenheimer los sentó y admitió que estaba atascado y quería su opinión sobre cómo podrían completar una película coherente.
De alguna manera, Frankenheimer logró terminar la película con un presupuesto de 30 millones de libras esterlinas y se estrenó ante la indiferencia mundial, recaudando solo 37 millones de libras en taquilla. Brando nunca volvió a protagonizar una película decente, la carrera de actor principal de Kilmer comenzó a decaer poco después y Richard Stanley se convirtió en persona non grata en Hollywood.
