La nostalgia por los videojuegos es muy poderosa en el universo del cine y las series

2017 fue un año muy importante para la nostalgia en el ambiente del espectáculo. Netflix estrenaba mundialmente la primera temporada de su exitosa serie documental The Toys That Made Us. Con episodios de 45 minutos, nos sumergimos en el genial mundo de los juguetes, pero con una premisa única: haciendo foco en aquellos que generan nostalgia en los millennials de Occidente. Las líneas de He-Man, Barbie, Hello Kitty fueron de la partida.

Todos sentimos apego sentimental a los juguetes, las películas y la música (hasta los jingles de la radio forman parte de esta partida extraña) asociado con productos de nuestra infancia. Los íconos de nuestro pasado actúan como símbolos de una época más simple, despreocupada y, en algunos casos, una en la que las personas comenzaban a desarrollar sus propios valores y comprensión de sí mismas. Afortunadamente estamos programados para conservar los buenos recuerdos por más tiempo que los malos, lo que a su vez los implanta aún más fuerte en nuestras mentes, ya que el acto de recordarlos es muy agradable.

Si bien The Toys That Made Us es un producto audiovisual exquisito, la generación que fue atravesada por la ambivalencia entre el universo de lo analógico y el tecnológico notó que algo faltó en el andar de la serie: el análisis de ejemplos de la industria videojuegos. Hasta ahora, los videojuegos han estado ausentes en cualquiera de los episodios del programa. Esta omisión es peculiar, ya que, si lo pensamos un poco, hoy día la nostalgia de los videojuegos es la más poderosa de todas.

Los videojuegos provocan nostalgia incluso con más fuerza que los juguetes porque invertimos más emociones en jugarlos: competitividad, frustración, alegría, orgullo son las marcas que dominan. Los ciclos de retroalimentación que recompensan a los jugadores por jugar videojuegos trae buenos recuerdos en segundos: cada vez que se revisita un videojuego se recuerda, inconscientemente la sensación de triunfo. Y es que los videojuegos ofrecen a los jugadores la oportunidad de sentirse heroicos y experimentar una sensación de dominio, lo cual puede ser poco común en nuestras vidas fuera de los juegos.

La palabra nostalgia proviene del griego nostos, que significa “regreso”, y algos, que significa “sufrimiento”. El término fue inventado por médicos suizos en el Siglo XVII para describir una condición que afectaba a los mercenarios suizos que añoraban su hogar mientras luchaban en guerras en el extranjero. Así, la nostalgia es una especie de añoranza por un lugar específico, un anhelo de regresar a un lugar, a un estado de ser. De esta manera los videojuegos son datos almacenados e inalterables que se burlan de la realidad con la esperanza de una posibilidad de retorno. Aunque crecemos y cambiamos, los videojuegos permanecen constantes, formando una máquina del tiempo siempre presente en la que podemos volver a entrar a voluntad.

Con todo lo anterior claro, y escribiendo para Spoiler Time, ¿cómo conectar los videojuegos con las series y el cine? Los videojuegos, las series y las películas suelen presentar referencias compartidas a la cultura pop que atraen a la misma audiencia. Por ejemplo, es posible encontrar personajes de Hollywood que hacen referencias a videojuegos. Algunos personajes icónicos trascienden sus respectivos medios y se convierten en símbolos culturales. Personajes como Mario, Lara Croft y Sonic the Hedgehog han aparecido en videojuegos, películas y programas de televisión. Su presencia en múltiples formas de entretenimiento refuerza la nostalgia asociada con estas queridas figuras, creando una sensación de continuidad.

El mejor ejemplo de lo antes explicado es la serie Castlevania de Netflix. Al igual que The Toys That Made Us, Castlevania fue estrenada en 2017. ¿Casualidades? No creo. Aclamada por la crítica, inspirada en la icónica franquicia de videojuegos de la empresa Konami, Castlevania ha logrado dar vida al rico y oscuro mundo de la saga.

La franquicia Castlevania es reconocida por su profunda historia, personajes memorables y una jugabilidad desafiante. Tiene una base de fans dedicada que abarca varias generaciones, cosa que la convierte en un excelente ejemplo de renacimiento nostálgico. Netflix reconoció este potencial y, bajo la dirección de Warren Ellis y Adi Shankar, nació.

Si bien es una nueva vista de la saga, Castlevania está llena de easter eggs, referencias y guiños. Estos detalles sutiles, incluidos nombres de armas, diseños de enemigos y ubicaciones familiares, sirven como un placer para los fanáticos. Uno de los aspectos destacables de la serie es su capacidad para conectar a generaciones de fans. Los juegos originales, que datan de la década de 1980, capturaron los corazones de los primeros jugadores y la serie de Netflix continúa cautivando a las nuevas generaciones. Al mantenerse fiel al material original y al mismo tiempo actualizar la narrativa y la animación para el público moderno, Castlevania cierra la brecha generacional y atrae a fanáticos de todas las edades.

En conclusión, la nostalgia en los videojuegos se conecta con la televisión y las películas a través de diversas experiencias compartidas, referencias a la cultura pop, adaptaciones, personajes icónicos y promoción en todos los medios. Las bases de fans superpuestas y el deseo de revivir recuerdos preciados garantizan que la nostalgia siga siendo una fuerza poderosa y unificadora que cierra la brecha entre estas diferentes formas de entretenimiento.