El chisme de Los Tudor es muy extenso y bastante polémico. Ya hemos visto decenas de adaptaciones es de sus encuentros, crueldades, reinados y demás. Pero de vez en cuando surgen películas que llaman la atención por el acercamiento al que apuestan, incluso cuando son libros o novelas históricas.
La Reina de Fuego es la adaptación de “El juego de la Reina”. Novela histórica que aborda la anécdota familiar y matrimonial desde el punto de vista de Catherine Parr, la segunda sobreviviente de las espesas de Enrique VIII. Aunque la película por motivos mercadológicos en su campaña publicitaria la vende como: “La única sobreviviente de las esposas de Enrique VIII”, la verdad es que no. Catherine Parr fue la segunda que sobrevivió después de Anne of Cleves.
La historia suele mal juzgar a sus protagonistas humanos. Los Tudor y, más Enrique VIII, son los que pueden jactarse de la peor fama en la historia universal, en cuanto a monarquías se refiere. Enrique VIII dividió la historia de Inglaterra en dos cuando rompió relaciones con la iglesia católica romana y formó la iglesia anglicana, en la que él se declaró como representante magnánimo y supremo. La Reina de fuego tiene su lugar en esta parte de la historia cuando Catherine Parr es restringida de acercarse a los escritos bíblicos tradicionales por temor a ser acusada de alta traición contra el Rey.
La película es un adaptación decente (no he leído la novela) del libro. Debemos entender que este tipo de novelas históricas tienen su validez subjetiva cuando las cotejamos con la verdad histórica. Habrá quienes digan que es una adaptación pobre de lo que realmente sucedió y otros que digan que condensa muy bien los hechos más importantes. En realidad en este tipo de aspectos nunca sabremos la verdad.
Ahora, yo les recomiendo que La Reina de fuego la vean como un buen drama histórico que coquetea un poco con el género del terror y la tortura. Enrique VIII fue el que mandó a la decapitacion a Ana Bolena y así, a 3 esposas más. El término sobreviviente es porque se empeñaba en culparlas de actos de alta traición, sedición e indiscreción política. Para este entonces, Enrique ya sufría de una paranoia enfermiza gracias a una enfermedad mental derivada de una enfermedad de transmisión sexual no atendida.
Catherine Parra la muerte de Enrique, se convirtió en la Reina consorte y se encargó de la crianza de Elizabeth, a la que llamaron La Reina Virgen. Y es hasta aquí donde llega esta historia biográfica de una mujer que abrió el camino a una nueva forma de ver la monarquía y que fueron sus ideas las que después pernearon en la vida de Elizabeth, quien heredó el trono en su momento.
Alicia Vikander como Catherine Parr y Jude Law en la piel de Enrique VIII están imponentes. Ambos en pantalla logran una sinergia tensa y dramática en la que el espectador se ve totalmente sumergido. No obstante, a mí gusto, estamos ante la mejor actuación en la Carrera de Jude Law. Es irritante, prepotente e insoportable casi toda la película. De verdad no estamos mirando a Jude Law, el actor se mimetiza con su personaje formidablemente.
¡Ya en cines!
La película no sería lo que es sin la dirección de arte y de vestuario. La ambientación es magistral y realmente nos transporta al siglo XVI con cada vestido, traje y rincón de las cámaras reales o los jardines del castillo. ¡Es todo un logro técnico notable!
En tiempo con un terreno fértil para el fascismo ideológico, llega una película que incendia el cuarto con un personaje rebelde en la piel de Alicia Vikander como Catherine Parr “La Reina de fuego” es ideológicamente transgresora.