La segunda temporada, ¿fue lo que esperábamos o nos quedó a deber?
A más de una semana del estreno de los 10 nuevos episodios de Sense8, ha llegado la hora de analizar a detalle la segunda temporada.
Continuando con la trama de la primera temporada y el especial de Navidad, nos encontramos de nuevo con nuestros 8 protagonistas intentando huir de su enemigo Whispers. Sin embargo, esta vez los sensates se dan cuenta del gran poder que tienen cuando están juntos. ¿Para qué huir si pueden luchar contra el enemigo?
Es en este punto que ya en los primeros episodios estamos gritando victoria cuando Will y los sensates descubren para quién trabaja Whispers. Pero, a pesar de ganar el primer round, todavía hay muchos obstáculos en su camino.
Hay que destacar que esta segunda temporada nos despeja muchas dudas sobre qué son exactamente nuestros sensates. La trama se sostiene absolutamente y de verdad creemos en la existencia de una nueva especie humana ocultada, inclusive, por el gobierno.
De nuevo tenemos los temas sociales que nos fascinaron ver en la primera temporada. Como espectadores se agradece ver una serie de ciencia ficción con personajes LGBTQ como principales y no como secundarios como ocurre en otros shows que sólo lo hacen porque los guionistas saben que es lo políticamente correcto.
En estos episodios volvemos a encontrarnos con un mundo multicultural y que está cansado de la violencia e injusticias que se viven día con día. Y eso se refleja perfectamente en la vida de cada uno de los personajes, dando como resultado una serie de ciencia ficción muy realista.
De modo que los sensates son la clara representación de las minorías que son rechazadas por ser diferentes a lo que se cree ‘normal’. Ese es el motivo por el cual la sociedad les tiene miedo y decide, antes de conocer, aniquilar a lo desconocido.
PBO empezó como una buena causa a favor de esta nueva especie, pero termina convirtiéndose en la pesadilla de los sensates de todo el mundo que viven con miedo y medicados para no convertirse en víctimas de estos locos científicos.
Realmente las hermanas Wachowski se merecen un 10 por crear una serie que mezcla perfectamente personajes entrañables con una historia que, aunque ha sido mil veces contada ya, nos sigue fascinando.
Cada personaje tiene su propio desarrollo, hay tiempo para ver qué pasa en la vida de cada uno. Inclusive podemos observar la transformación de algunos de ellos, como en el caso de Sun que decide no matar a su hermano a pesar de que tenía la oportunidad. Porque en el corazón no debe haber espacio para el odio tal como lo dice la madre de Capheus.
Así mismo conocemos más del pasado de cada uno. Esto nos da la oportunidad de apreciar más a cada personaje: los vuelve más humanos, ya que conocemos las razones que los hacen ser quienes son hoy en día.
Por otro lado, visualmente es hermosa. Los paisajes y escenarios que nos muestran reflejan muy bien la vida de cada personaje y su ciudad. Los efectos especiales tienen calidad y la música utilizada encaja perfectamente en la historia.
Además de que en las escenas en donde veíamos a los sensates desde sus respectivos países y a la vez en otro lugar nos dejaban impactados. Hay una coordinación perfecta en la edición que nos encanta. ¡Quisiéramos ser un sensates y tener nuestro propio clan!
Por último, tenemos que hablar de los últimos 15 minutos del episodio final. Sí, hay un ‘pero’ que ponerle a la temporada es su final, porque absolutamente necesitábamos ver más. El gran clímax es tan rápido que ni tiempo da de procesarlo. Un capítulo más nos hubiera encantado.
La pregunta del millón de pesos es ¿fue lo que esperábamos o nos quedó a deber?
La respuesta es simple: fue lo que esperábamos. Amamos con todo nuestro ser esta temporada, tanto que no podemos dormir pensando qué rayos pasará con nuestros sensates ahora que por fin están físicamente juntos.