La venganza no es buena mata el alma y la envenena escuchamos todos aquellos que crecimos viendo El Chavo del 8, serie prácticamente atemporal si las hubo y hay. Por eso me pregunto, ¿la venganza en las producciones infantiles es sinónimo de maldad?
¿Es la venganza en los filmes infantiles un claro sinónimo de la maldad?
Antes de profundizar en el tema, no podemos ignorar el peso de estas producciones en la sociedad. ¿A qué me refiero? Al hecho de que cada producción podemos ver reflejados ciertos parámetros de la época en que fueron realizadas. Pensemos en los Hermanos Grimm, quienes escribieron cuentos en el Siglo XIX, los cuales muchos fueron adaptados y a la vez suavizados ya que el contexto no apremiaba que se adaptaran tal cual. En realidad que sean adaptaciones infantiles no ayudaban.
Ahora sí. Analizando a los villanos a lo largo del tiempo veremos que en su mayoría siempre están vinculados a sentimientos negativos y actitudes repudiables. El primer y muy claro ejemplo es La Reina Malvada de Blancanieves y los siete enanitos (1937) cuyo motor es la envidia hacia la belleza de la joven protagonista. Pensemos en Úrsula de La Sirenita (1989) cuyo motor es vengarse de Tritón, el padre de Ariel. Sí: Disney es un fiel representante de casos y más casos de venganzas que vienen justamente por parte de los villanos de las historias. Pero momento: poco a poco se fue modificando, como sucede con Maléfica en sus live action en los que se profundizó en demostrar lo que la impulsaba a ser como es. Otro punto de vista de los villanos.
Cuando nos referimos a films infantiles y la venganza, es inevitable no tomarlo como una característica vinculada a la maldad. Por algo, en un gran éxito infantil y multigeneracional como El Chavo del 8 “la venganza no es buena, mata el alma y la envenena” es una muletilla: en las producciones adultas el abordaje hacia la venganza no está necesariamente vinculado a un sentimiento negativo, sino que hasta muchas veces significa justicia.