La verdadera historia de Betty Broderick - Spoiler Time

La verdadera historia de Betty Broderick

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Cuando Elisabeth Anne Bisceglia mató a tiros a su ex esposo y a su mujer en 1989, sus acciones se convirtieron en un debate social. Esta es la historia de un divorcio de gente rica que incluyó un auto estrellado en una puerta, engaños, mentiras, ropa quemada, una boda con chaleco anti balas, Oprah, champán y una torta de crema.

Los Broderick parecían perfectos. Ella parecía salida de un episodio de Big Little Lies y él era un muy exitosos abogado. Eran una pareja de ricos que vivían en la lujosa mansión de La Jolla, California. Pertenecían a clubes de campo, conducían autos deportivos, eran dueños de un bote, compraron un condominio de esquí en Colorado, su hijos iban a prestigiosas escuelas privadas; pero se peleaban constantemente, a veces de forma demasiado violenta.

Veamos de qué se trata todo este caso con detalles, declaraciones, rumores y todo lo que necesitas saber.

Elisabeth (Betty) conoció a Daniel T. Broderick III por primera vez en 1965 cuando fue con un amigo a una fiesta en la Universidad de Notre Dame en Indiana. Él estaba en el último año de la universidad; ella acababa de comenzar en Mount Saint Vincent, una escuela católica para niñas en el Bronx, y todavía vivía con sus padres. Daniel se mantuvo en contacto por medio de cartas y telegramas, antes de mudarse a Manhattan para comenzar en Cornell, una escuela de medicina. La pareja se casó el 12 de Abril de 1969 en la Iglesia de la Inmaculada Concepción en Wenchester, Nueva York, y pasaron la luna de miel en el Caribe, donde las cosas comenzaron a ponerse tensas: Dan le dejó en claro que esperaba que su nueva novia hiciera todo el trabajo de la casa, algo que ella no esperaba e incluso amenazó con dejarlo, pero cambió de opinión cuando descubrió que estaba embarazada. Su primera hija, Kimberly, nació en enero de 1970 cuando Betty había comenzado a enseñar en tercer grado.

Por esa misma época, Dan decidió cambiar de carrera y se postuló en la Facultad de Derecho de Harvard. Mientras tanto, Betty seguía trabajando a tiempo parcial dividiendo su tiempo entre los niños y vendiendo productos de Avon o Tupperware. Luego de que se embarazara de su segundo hija, se mudaron a Massachusetts, y dio a luz a Lee en 1971. Dos años después y recién recibido, Daniel fue contratado por una empresa en San Diego, California, y se mudaron a La Jolla, la comunidad costera conocida por sus grandes casas frente al mar y campos de golf, además de ser el hogar del famoso Instituto Salk y el centro médico Scripps Research. Broderick fue contratado por un bufete de abogados y fue subiendo de rango hasta comenzar su propia firma en 1978.

A medida que la vida social de Dan florecía mediante status en la escena legal, la de Betty disminuía. Estaba ocupada 24/7 a la crianza de sus hijas y las esposas de los amigos de Broderick eran su vínculo social más estable. En el 73 tuvieron su tercer hijo, pero murió dos días después. Un año más tarde, ella volvió a quedar embarazada, pero decidió abortar. Daniel, su cuarto hijo, finalmente nació en 1976 y Rhett llegó en 1979.

En 1983, Dan contrató a Linda Kolkena, de 22 años, como su asistente legal personal, unos meses después que ella se uniera a su firma como recepcionista. Betty no tardó mucho en sospechar que su marido estaba teniendo una aventura con esta ex azafata. A pesar de que él lo negó, en su cumpleaños 39, Elisabeth fue a sorprenderlo a su oficina: cuando llegó vio botellas de champán y restos de una fiesta. La recepcionista le dijo que Dan y Linda habían estado ausentes la mayor parte del día, así que fue a su casa y procedió a encender una fogata usando la ropa de su esposo en el patio trasero. Luego le dijo que se fuera de la casa, pero él no lo hizo.

En Septiembre de 1984, la familia se mudó a una casa de alquiler después que descubrieran una grieta que requería reparaciones extensas en su casa de Coral Reef. Cinco meses más tarde, Dan regresó al domicilio para vivir solo, pero su esposa no le creyó. En Semana Santa, Betty dejó a Kim en la casa de Broderick, donde la niña de 15 años esperó unas horas para que su padre volviera. Unos días después, llevó a Danny. Un mes más tarde, a Rhett y, finalmente, también a Lee. En Septiembre de 1985, solicitó el divorcio. “En un viaje a Nueva York, me dijo que ya no me amaba, de hecho, me odiaba”, recordó Elisabeth en declaraciones a Los Ángeles Times.

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En el transcurso de casi cinco años, el divorcio de los Broderick se convertiría en uno de los casos más replicados en las noticias, sobre todo por los diferentes trapos sucios que fueron saliendo a la luz. Por ejemplo, que Betty pagó los gastos familiares durante mucho tiempo mientras Dan terminaba de estudiar su título de abogado. La separación se oficializó en 1989, cuatro años después de comenzar los trámites de divorcio, pero no de forma cordial y civil. Para entonces Betty tuvo varias órdenes de alejamiento que, por cierto, incumplió en repetidas ocasiones. Además, destrozó la casa de Coral Reef rompiendo puertas de vidrio, refregando una tarta de crema en la cama de la pareja y pintando el cuarto con aerosol. Ella alegó que él había vendido la casa de Coral Reef sin su conocimiento en Febrero de 1986 usando un truco legal y rápidamente condujo su auto hacia la puerta de su nueva casa y lo estrelló. En él estaban sus dos hijos y tenía un cuchillo de carnicero debajo de su asiento delantero. A raíz de esto, pasó tres días en el Hospital de Salud Mental del Condado de San Diego. Dan dijo que tomó medidas después de que ella se negó a firmar los documentos de venta, dos veces.

Dan terminó con la custodia exclusiva de sus hijos, usando el último episodio como prueba de que ella no estaba preparada. Su divorcio se conoció como el peor caso de divorcio en el condado de San Diego. El caso finalizó en julio, sin derechos de visita para Betty. Ella afirmó que ni siquiera hubo una audiencia, que Broderick llegó a un acuerdo con el juez. Bisceglia se mudó a una casa con vista al mar en La Jolla Shores que su ex marido le compró, además de recibir una pensión de 9 mil dólares por mes de parte de él. Betty en ese entonces tenía un novio, dos autos, poseía su licencia de bienes raíces y una credencial docente.

A pesar de esto, la animosidad corría en ambos sentidos. Dan retuvo grandes cantidades de manutención de los hijos dependiendo de lo ofensivo que sintiera el comportamiento de su ex y obtuvo una orden de restricción temporal para mantenerla alejada de su casa. Según el LA Times, en este tiempo alguien le envió a Betty una foto de Dan y Linda por correo con una nota que decía: “¡Eat your heart out, bitch!”. Ella comenzó a dejar mensajes obscenos en el contestador automático de la pareja, él amenazó con presentar una denuncia penal si no frenaba e incluso hizo que la encarcelaran tres veces y la obligó a comprometerse a un hospital psiquiátrico durante tres días. “Ella era la madre de sus hijos, y él realmente no tomó las fuertes medidas que podría haber tomado. No quería la culpa de ser punitivo hacia ella. Así que la dejó escapar con muchos actos atroces”, dijo Ned Huntington, un amigo de Dan, al LA Times. La pareja se comprometió en 1988 y se casó el 22 de Abril de 1989, cuatro meses después del divorcio. Temeroso de lo que Betty pudiera hacer, su ex esposo contrató guardias de seguridad para su boda y le imploró a su novia que usara un chaleco antibalas, pero ella se negó.

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En las primeras horas de la mañana del 5 de noviembre, antes del amanecer, Betty se subió a su automóvil, condujo a la casa de Dan y Linda, entró con la llave de su hija Kim y subió a la habitación principal. Parada al lado de la cama vació su revólver Smith & Wesson de calibre 38 de cinco cámaras. Tres balas alcanzaron a la pareja que dormía, golpeando a Linda en el pecho y el cuello, y a Dan en la espalda. Ella murió al instante y Broderick agonizó unos minutos. De hecho intentó alcanzar el teléfono en su mesita de noche, pero su ex esposa rápidamente sacó el cable de la pared. Tenían 44 y 28 años.

El día antes de los asesinatos, Betty había recibido un nuevo lote de documentos legales de Dan que amenazaban con cargos criminales si no dejaba de llamarlo y referirse a él a través de mensajes obscenos. Estaba agotada por años de batallas legales, todo el desorden, las manipulaciones, y ya había tenido suficiente. “Estaba parada en la cocina diciendo: ‘Jesucristo, estoy cumpliendo 42 años y estuve en esta mierda desde que tenía 35‘. Siete años de mi vida se perdieron. Era un desastre. Todo se me vino encima y no pude soportarlo ni un minuto más”, dijo Betty a la corte en su juicio por asesinato. Además, confesó que no recordaba haber disparado su arma: había planeado ir a la casa para hablar con ellos, pero antes de darse cuenta, había cometido un doble homicidio.

Ella había dedicado su vida a ser una buena esposa y madre, solo para ser dejada de lado por una mujer más joven. Él se había llevado a sus hijos, su hogar, y la había llevado al límite usando sus conexiones legales para despojarla de sus bienes, dignidad, poder y convertirla en una loca ex esposa, eso era lo que veían cientos de mujeres que le escribieron para expresarle su simpatía; aunque no aprobaron el asesinato, entendieron lo que ella debía haber estado sintiendo. “Creo cada palabra que dice Betty, porque he estado allí”, escribió una mujer, según el LA Times. “Los abogados y jueces simplemente se niegan a proteger a las madres contra este tipo de terrorismo emocional”, señaló otra.

Betty Broderick se convirtió en sinónimo de venganza, algo similar a lo que sucedió con Lorena Bobbit en su momento. Es curioso que solo los nombres de las mujeres asesinas se integren al vocabulario de esa manera y no el de los femicidas ¿no? pero bueno, eso lo dejamos para otro artículo. Después de cometer el doble asesinato, llamó a su hija Lee y se entregó a la policía local. Rhett, que tenía alrededor de 10 años, recordó haberse despertado en la casa de su madre esa mañana cuando la policía apareció: “Sospeché que mi madre se estaba metiendo en problemas. Cada vez que iba a la casa de mi padre, él llamaba inmediatamente a la policía porque violaba su orden de restricción. Así que eso es lo que supuse que había sucedido”, le dijo a Oprah Winfrey en 1992.

La popular conductora hizo mucho más famoso el caso tras denominarlo como “uno de los divorcios más sucios de América. Además, fue la primera en conseguir una entrevista con una de sus hijas: “A todos aquí les agradaría mi madre… si hablaran con ella sobre cualquier tema que no sea mi padre. Mantenerla en prisión no la está ayudando realmente. No es un peligro para la sociedad, las únicas dos personas para las que era un peligro están muertas”, dijo Rhett. “En varias ocasiones mi hermano y yo fuimos con mi padre y le dijimos que queríamos vivir con mi madre,  que no tener a sus hijos la estaba volviendo loca, que ella podría hacer algo extremadamente irracional si no nos tenía”, agregó.

Otro de los hijos de la pareja, Kim, comentó al LA Times: “Mamá siempre fue un poco rara, se enojaba con papá todo el tiempo. Una vez levantó el estéreo y se lo tiró. Además, lo encerraba constantemente. Él se acercaba a mi ventana y susurraba: ‘Kim, déjame entrar’. Siempre me decía que se iban a divorciar y me preguntaba ‘¿con quién vas a vivir?’ Me moría de ganas de que papá se divorciara de ella. Yo le decía a papá: ‘Solo tómame el día que te vayas’.

Betty ha estado tras las rejas desde su arresto el 5 de Noviembre. La defensa, encabezada por el abogado Jack Early, sostuvo que ella había sido una esposa maltratada psicológicamente, que vivía con miedo y que el asesinato fue un acto desesperado en defensa propia. La fiscal Kerry Wells argumentó que había estado viviendo una vida cómoda y que simplemente estaba enojada, humillada, y eso la impulsó a vengarse.

El primer juicio quedó nulo, ya que el jurado no pudo poner de acuerdo. Dos miembros pensaron que debería ser condenada por homicidio involuntario en lugar de asesinato, creyendo que los asesinatos no fueron premeditados, pero la fiscalía obtuvo veredictos de culpabilidad por dos cargos de asesinato en el nuevo juicio en 1991, y Betty fue sentenciada a 32 años a cadena perpetua: 15 años por cada víctima, más 2 años por uso ilegal de un arma de fuego.

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Betty le dijo a Los Angeles Times tres semanas después de los asesinatos que, si Dan no hubiera actuado como lo hizo mientras se divorciaban, habría estado bien.

“Hubiera tenido mi casa, mis hijos. Yo todavía estaría usando una talla 6. Nunca he tenido un trastorno emocional o una enfermedad mental, excepto cuando él los provocó. Mis ‘arrebatos emocionales’ fueron solo una respuesta a su forma de ser, calculadora y odiosa, durante nuestro divorcio. Me estaba diciendo a mí y a todos los demás que estaba loca… ¿Cuánto tiempo puedes vivir así?

Él era muy ambicioso, inteligente y divertido, y yo soy esas tres cosas. Ambos queríamos las mismas cosas en el futuro. Dan me prometió la luna, me pidió que me casara con él todos los días durante tres años”. No obstante, en la entrevista agregó: “Él me robó toda la vida. Este fue un acto desesperado de autodefensa”. Por último, en una sinopsis de 90 páginas de su matrimonio obtenida por LA Times, escribió: “Pasé de ser exitosa, estar bien conectada y libre, a aislarme de mi familia y amigos… y quedarme atrapada con dos hijos de los cuales era 100% responsable. La gente que me conocía antes de 1983, conocía a mi verdadera persona”.

La defensa trató de conseguir la libertad condicional en 2010, pero no lo lograron. “Todavía no ha desarrollado una visión adecuada o remordimiento por estos horripilantes asesinatos, que cometió con un desprecio cruel por el sufrimiento humano. Betty Broderick sigue siendo un riesgo gigante para la sociedad” sostuvo la fiscal de distrito Bonnie Duman hace tres años, cuando se le volvió a negar, y no volverá a ser elegible hasta 2032. Actualmente cumple condena por doble asesinato en el Instituto de California para la Mujer y tiene 72 años.

La historia de Betty y Dan fue llevada a la pantalla chica a través de Law & Order, con ella siendo interpretada por Shirley Knight e incluso siendo nominada para un Emmy. En 1992, Meredith Baxter-Birney también fue nominada para el mismo premio por su actuación como Betty en la película de televisión A Woman Scorned: The Betty Broderick Story, seguida de Her Final Fury: Betty Broderick, the Last Chapter.

Ahora, Dirty John: The Betty Broderick Story cuenta con 8 episodios y llega a Netflix el 14 de Agosto tras una emisión muy elogiada en USA Network.

Seguramente te atrapará. No te la puedes perder.

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