La verdadera historia del caso Paulette - Spoiler Time

La verdadera historia del caso Paulette

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TODO.

La historia de Paulette Gebara Farah, Lizette Farah y Mauricio Gebara es una de las más turbias de la última década en Latinoamérica y reunió todos los condimentos como para convertirse en un asunto de vital importancia para la sociedad mexicana en 2010: misterio, familia rica, periodistas involucrados, actrices, engaños, una niña pequeña y política.

Todo comenzó el 22 de Marzo de 2010 cuando una de las niñeras de Paulette fue a su habitación para despertar a la niña de cuatro años, pero no la encontró. A partir de allí, comenzó una ardua búsqueda que involucró a la Justicia, a cientos de policías, a los medios, a las redes sociales y que generó un montón de teorías conspirativas debido a que durante la investigación hubo muchos datos que se manipularon y ocultaron.

La familia Gebara vivía en una zona exclusiva y muy adinerada del Valle de México, Interlomas, por lo que pudieron usar sus contactos para que la investigación se mueva rápido. Lo cual resultó en que una gran cantidad de nombres importantes se involucren en el caso. Esto, por supuesto, atrajo a los medios y, por consiguiente, al público. Así, la búsqueda de Paulette se volvió en algo que era cubierto las 24 horas del día en la televisión y en la radio, ocupaba la tapa de los diarios, se volvió viral en Facebook y Twitter, era un tema de conversación con cualquier persona que te encontraras en la calle.

Pero, ¿cómo se llegó a eso? ¿Qué pasó realmente con la niña? ¿Por qué hay periodistas que aún están pegados con la historia? ¿Cuáles fueron los datos que se ocultaron del público? ¿Cuál fue el papel que jugaron los padres en la muerte de su hija?

La noche del 21 de Marzo, después de un fin de semana en Valle de Bravo, Paulette es llevada al cuarto por sus nanas, Erika y Martha Casimiro Cesáreo. Esa es la última vez que sabríamos de ella. A la mañana siguiente, Erika fue a ayudarla para llevarla a la escuela, ya que la niña sufría de una discapacidad motriz y de lenguaje y ella debía asistirla en varias de sus actividades. No obstante, desapareció de manera increíble de su pieza. Su mamá, Lizette Farah, junto a las niñeras, comenzaron a buscarla por todo el Edificio 11 del Fraccionamiento Hacienda del Ciervo, en la calle, en las casas de los vecinos, pero no aparecía.

Minutos más tarde llegó el padre, Mauricio Gebara, quien también se sumó a la búsqueda y llamó a su hermana, que tenía una amiga con influencias en la Procuraduría General del Estado de México. Ella le informó a las autoridades de Huixquilucan sobre la desaparición. La casa se llenó de oficiales e investigadores, quienes no encontraron ninguna marca en la puerta que les indique que fue forzada y tampoco había ventanas rotas. Los agentes también hurgaron en los alrededores del domicilio, pero no encontraron nada. De hecho, la seguridad privada del lugar les dijo que no habían visto a nadie entrar o salir. Para colmo, las cámaras sólo servían para monitorear y no tenían registro de las imágenes.

La investigación incluyó 100 agentes de la Policía Judicial y de la Ministerial apoyados con perros adiestrados, se realizaron 23 peritajes en distintas especialidades, 6 exámenes de poligrafía, se analizaron 16 cámaras de video, se practicaron 32 entrevistas con los padres de Paulette, otras tantas con familiares y vecinos, se hicieron 66 inspecciones ministeriales y se revisaron 12 domicilios aledaños ¿Todo esto se hubiese hecho si la desaparición ocurría en uno de los barrios populares que rodean al lugar? Pues probablemente no, pero el sitio alberga a personas muy adineradas y poderosas, y los medios se interesaron en la historia. Esto forzó a la Justicia a utilizar recursos que comúnmente no despliega.

Días más tarde de la desaparición, luego de que la Procuraduría General difundió un cartel con la foto de Paulette, el caso impactó muy fuerte en las redes sociales y medios de comunicación. A partir de allí, la investigación se volvió de público conocimiento. Lo cual a veces sirve para acelerar el proceso y en otros casos, como este, se vuelve perjudicial para quienes trabajan en descifrar el misterio. De hecho, la familia recibió una llamada falsa con el supuesto responsable del rapto y la madre pidió que fuera liberada en algún lugar concurrido y aseguró por televisión nacional que no habría consecuencias para los responsables. No obstante, esto fue solo una distracción.

El subprocurador de justicia del Estado de México, Alfredo Castillo, era quien estaba a cargo del caso y lo manejó pensando que fue un secuestro. Así, puso la investigación en manos de Jose Luis, un sujeto que operaba para la Unidad Antisecuestros de la Procuraduría del Estado de México. Él iba a ser el negociador, el vínculo entre los potenciales criminales y la familia. El mismo contaba con una larga lista de personas rescatadas con éxito, por lo que era la mejor opción para esto. No obstante, pasaron varios días y nadie volvió a llamar.

Mientras esto pasaba, la repercusión del caso se expandía cada hora más. Múltiples periodistas y cámaras se abarrotaron en la entrada de la casa. La historia ya se había convertido en el tema más interesante del momento para México. Se hicieron folletos y carteles para poner alrededor de la ciudad para aportar datos. Cada nuevo detalle sobre la investigación era una placa de “último momento” en los canales de televisión, cuyos ratings aumentaban cada vez más y le dedicaban los horarios estelares a la búsqueda de Paulette.

Ante la presión de la prensa y de la opinión pública, la familia se vio forzada a realizar entrevistas para dar detalles sobre el caso. Además, creyeron que podían utilizar a los medios para intimidar o sensibilizar a los potenciales secuestradores. Es así que comienzan a verse involucrados diferentes periodistas, una de ellas, Lilly Téllez, quien le hizo una entrevista a la madre en el cuarto de la niña el 25 de Marzo. 

Esta exposición en los medios generó una guerra de declaraciones entre Lizette Farah y Mauricio Gebara​, los padres de la niña. En primera instancia, los encargados de la investigación se acercaron a Amanda de la Rosa, una actriz mexicana también conocida como La China, quien era la mejor amiga de la madre. Ella reveló que ese viaje al Valle de Bravo del que habíamos hablado en realidad fue a Los Cabos y que fueron acompañadas por el personal trainer de Lizette con el que tenía un cariño muy especial; allí se quedaron en una casa con siete amigos más. Luego, los padres de Paulette comenzaron a tirarse la culpa entre ellos: Mauricio acusó a su señora de meter un bulto a su casa y no a su hija y la amenazó con decírselo a la policía. Ella lo insultó y se enojó por las dudas de él. Al día siguiente, a petición de Castillo, ambos acudieron a ratificar sus declaraciones ante la Procuraduría. La pareja se separó después de esto.

Después de volver a interrogar a los dos, el juez tercero de lo penal de Tlalnepantla les ordenó un arraigo de 30 días, debido a inconsistencias y falsedades en sus declaraciones, junto a Érika y Marta. Los cuatro fueron trasladados a un inmueble bajo el resguardo de la Procuraduría de Justicia del Estado de México. No obstante, para el Producrador General Alberto Bazbaz, la madre era la principal sospechosa, pues una noche antes de la muerte de la menor, ella le dio su medicamento, cosa que normalmente no hacía y las niñeras no supieron qué fármaco le administró. Además, surgieron versiones sobre un trastorno de personalidad de Lizette y los medios comenzaron a exhibirla como la victimaria. No obstante, las nanas también declararon que cuando Mauricio llegó a su casa y le dijeron de la desaparición, se puso a fumar un cigarro y a buscar sin interés alguno.

El 27 de Marzo, la investigación se extendió hasta la Ciudad de México, a través de la decisión del procurador Miguel Ángel Mancera. Al día siguiente, Alberto Bazbaz descartó el secuestro de Paulette y dio una conferencia de prensa en la cual afirmó que el arraigo contra los padres no era por alguna sospecha en su contra, sino para tener contacto permanente con ellos y las dos niñeras.  Sin embargo, en el expediente publicado en el libro del periodista Martín Moreno, quien se basa en la investigación previa del caso, los policías ministeriales a cargo del caso indicaron que, durante las conversaciones, Mauricio Gebara les confesó: “yo sé dónde se encuentra Paulette, y solamente se los diré si me ayudan de forma legal, para que yo no tenga ningún problema con la justicia. Tengo miedo de ir a la cárcel”. Mientras que Lizette Farah dijo: “yo sé dónde está Paulette, y también sé quiénes la desaparecieron, fue mi esposo”.

Mientras la Procuraduría decía trabajar en las declaraciones de los padres de Paulette, éstos se encontraban en el Centro de Arraigos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, ubicado en Toluca, bajo resguardo de un fuerte dispositivo de seguridad. Al lugar acudieron sus familiares, quienes manifestaron su inconformidad con la medida aplicada y solicitaban su liberación inmediata.

Al mismo tiempo, el 31 de Marzo, en la casa de los Gebara, la Procuraduría ordenó desalojar a los medios de comunicación debido a que realizarían más pruebas periciales y no quería que se enturbiaran más las investigaciones. Por quinta ocasión, agentes ministeriales acudieron al departamento y durante el rastrillaje, alrededor de las 2 a.m, se cortó la luz. Cuando regresó, encontraron el cuerpo de Paulette a los pies de su cama, enredado entre las sábanas. Una escena sacada de una película de terror. La misma cama donde se habían hecho entrevistas, donde habían dormido Amanda de la Rosa, Lizette y Mauricio durante estos días, donde habían trabajado los policías, había sido registrada días atrás por peritos y perros especializados en investigaciones. 

La explicación que se ofreció entonces fue que Paulette rodó sobre su cama, cayó entre el espacio en esta y la pared, quedó atrapada entre las sabanas y falleció. Luego de la autopsia, Alberto Bazbaz confirmó que murió por asfixia mecánica por obstrucción de fosas nasales y compresión toracobdominal. “No existen lesiones u otros indicios que indiquen maniobras de defensa por resistencia previas al fallecimiento, ni evidencias de que la oclusión nasal fuera producida por otra persona”, anunció el procurador en su momento. Los investigadores tampoco encontraron rastros de fármacos o sustancias tóxicas en el cuerpo que pudieran haber afectado el estado de la menor. Además, se afirmó que el deceso ocurrió entre la noche del 21 de Marzo y las primeras horas de la madrugada del 22. Bazbaz también señaló que el cuerpo no fue manipulado después de su muerte.

El 6 de Abril enterraron el cuerpo de Paulette en el Panteón Francés de Legaria en la Ciudad de México. La familia Gebara no estuvo presente por un acuerdo con los miembros Farah. Semanas más tarde, el 21 de Mayo, a dos meses de la desaparición, Bazbaz dictaminó que todo se trató de un accidente y concluyó la investigación sin ejercer acción penal contra alguna persona. Cinco días después, el Procurador General de Justicia del Estado de México renunció a su cargo y aseguró que la procaduría había perdido eficacia y confianza tras los dictámenes del caso. Lo sucedió Alfredo Castillo. Por último, el 3 de Mayo de 2017 el cadáver de la menor fue cremado, ya que las autoridades consideraron que sus restos ya no serían objeto de prueba contundente.

El caso está cerrado, pero hasta ahora no se han podido aclarar las incongruencias del mismo y las inconsistencias en las declaraciones de los padres y las nanas. La investigación sigue siendo un enigma. ¿Cómo es posible que los peritos registraran la casa sin encontrarla? ¿Los padres y las niñeras tampoco la vieron a pesar de que dijeron haberla buscado por todas partes? ¿De la Rosa, los periodistas, camarógrafos y productores tampoco se percataron? ¿Por qué no sucedió nada con los padres luego de haber dicho que sabían lo que había pasado con Paulette? ¿Qué pasó en ese corte de luz antes de que apareciera el cuerpo? ¿Los contactos políticos y empresarios que vivían en la zona presionaron a la Justicia para que no los lleven presos? ¿Habrá sido todo un accidente que las nanas, Mauricio y Lizette no supieron reconocer porque les daba culpa o vergüenza?

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