Las 11 muertes más tristes en The Walking Dead

Bien sabemos que ser protagonista de The Walking Dead no es un seguro de tener una larga vida en la serie de AMC.

A lo largo de las seis temporadas hemos sido testigos de la trágica desaparición de algunos de los personajes claves de la serie: simplemente se han ido y a los fans sólo nos quedó llorar por ellos.

Incluso hubo casos emblemáticos que llevaron a los seguidores del programa a reclamar el regreso de sus personajes favoritos, pero lo sentimos mucho: la muerte es definitiva en The Walking Dead.

Hoy vamos a recordar las muertes más tristes.

A nadie le caía bien Lori, pero eso no significa que su muerte pasara desapercibida: su propio hijo, Carl, tuvo que dispararle en la cabeza para evitar que resucitara como un zombie.

Su muerte, evidentemente, afectó terriblemente a Rick y Carl: un niño nunca debería matar a su madre, y mucho menos prestarse para ello.

Sophia, luego de separarse del grupo perdiéndose en el bosque, fue encontrada en un granero de la granja de Hershel ya convertida en caminante. Rick tuvo que darle el tiro de compasión…

La mayoría hemos esperado que Andrea fuera uno de los personajes clave de The Walking Dead, pero su relación con el Gobernador la ha convertido en una carga bastante insoportable.

La joven, enamorada, no pudo ver la oscuridad del fatídico villano y acabó pagando el precio más alto de todos al final de la tercera temporada, cuando fue encerrada con Milton, a punto de transformarse, y quien finalmente la muerde. Ella misma se pega un tiro para evitar convertirse en una caminante más.

Una muerte doble, digamos.

Las hermanas Lizzie y Mika fueron unos personajes muy polémicos dado su juventud. Por una parte, sentíamos respeto y ternura por estas huérfanas que vivían con un grupo de desconocidos; por otra, nadie puede negar su aspecto más psicótico y traumático reflejado en la actitud para con los zombies y la violencia. Tanto, que Lizzie acabó apuñalando a su propia hermana con total naturalidad.

Cuando se descubrió la verdad, no hubo marcha atrás: Carol, que había educado a las niñas en el duro arte de la supervivencia, fue la que ejerció de verdugo. La frase “Mira hacia las flores” pasará a la posteridad.

Bob era un alcohólico en recuperación y, por si fuera poco, había comenzado una relación con Sasha (Sonequa Martin-Green), y ya sabemos The Walking Dead no es de esas series que permite a sus personajes ser felices, por lo que Bob fue mordido por un zombie poco después.

Al mismo tiempo que mantenía su herida en secreto, Bob fue secuestrado por Gareth y sus secuaces, que cortaron su pierna y se la comieron delante de él. El resto ya nos lo podemos imaginar. Sin duda, una de las muertes más crueles.

Después de pasar desapercibida varios episodios, Beth regresó a la serie con una peculiar trama en un hospital urbano en el que era al mismo tiempo prisionera y esclava.

Debido a las esperanzas de los fans de que Beth y Daryl se reencontraran (sin duda, era una de las parejas más esperadas de la serie), nadie esperaba que Beth muriera sin despedirse como es debido. 

Desde la aparición de Hershel en la segunda temporada de la serie, este sirvió como la voz de la razón de los supervivientes de Atlanta y se convirtió en uno de los pilares del grupo a pesar de que la tristeza y la depresión pesaban sobre él (y cómo no, cuando casi todos sus familiares murieron ante sus ojos).

A la llegada a la prisión, Hershel se convirtió en la mano derecha de Rick, pero cuando el Gobernador llegó para arrasar con todo, el antiguo granjero fue una de sus primeras y más dolorosas víctimas. Su cabeza zombie todavía nos provoca escalofríos.

Su muerte ha sido la más cruel y violenta hasta la fecha, sin lugar a dudas.

Noah falleció hacia el final de la quinta temporada cuando el cobarde de Nicholas (el responsable de lo que podría haber sido la muerte de Glenn) les abandonó a él y a Glenn en unas puertas giratorias, permitiendo que una horda de zombies pudiera alcanzarlo y comérselo vivo.

Después de una breve pero impactante aparición en la primera temporada, Merle Dixon regresó a la serie en la tercera temporada. Tras haber sido abandonado en una azotea de Atlanta. Merle reaparició como la mano derecha del Gobernador, un puesto que se ganó gracias a su tenacidad y su carácter combativo.

No obstante, cuando se enteró de que su hermano Daryl seguía vivo, su lealtad fue puesta a prueba. Cuando el Gobernador capturó a Daryl obligó a los hermanos a luchar a muerte, pero afortunadamente fueron rescatados por Rick y los suyos. Tras varios intentos de integrarse en el nuevo grupo y de algunas terribles decisiones, Merle trató de redimirse al atacar directamente al Gobernador, pero acabó siendo derrotado. El propio Daryl se lo encontraría más tarde convertido en zombie y no tuvo otro remedio que acabar con su (otra) vida.

Tyreese fue mordido por un caminante y Michonne le cortó el brazo para que la infección no se propagara. Sin embargo, no pudieron lidiar con la hemorragia, pues lo mató.

Por alejarse del grupo, Dale es atacado por un walker que Carl no pudo matar.