Las cámaras apuntan hacia arriba: el cine y la televisión siempre miraron al espacio - Spoiler Time
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Las cámaras apuntan hacia arriba: el cine y la televisión siempre miraron al espacio

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Lo enorme e inabarcable del espacio hace que nuestros cerebros den rienda suelta a todo tipo de fantasías.

¿Quién no se ha tumbado una noche de cielo despejado a mirar las estrellas? ¿Quién no se ha preguntado alguna vez qué habrá más allá de este, el planeta que habitamos? ¿Quién no fantaseó y/o temió la llegada de visitantes alienígenas? Para la humanidad, el vasto universo ha sido siempre un terreno fértil de preguntas, imaginaciones y temores. Y como tal, desde que el cine ha comenzado y, luego, la televisión, también se ha convertido en material exquisito para contar historias.

Desde los comienzos del cine, el espacio y nuestras ideas sobre él estuvieron presentes. Ya en 1902, una de las primeras películas creadas (y también una de las más célebres), ponía su foco en el cielo, más precisamente en la luna. Me refiero, obviamente, a Viaje a la luna, de Georges Méliès. Este filme mudo mostraba a un grupo de hombres viajando a la Luna en un cohete donde, una vez aterrizados, se encontraban con criaturas extrañas con las que debían luchar por su supervivencia.

Si bien las limitaciones tecnológicas eran muchas, la combinación de proyecciones de imágenes estáticas y decorados pintados lograban que la idea de visitar el espacio se hiciera presente, gracias a la magia del cine.

Otro ejemplo de la época es A Trip to Mars, de Holger-Madsen, que se estrenó en 1918. Como en el clásico de Méliès, aquí también se presentaba a un grupo de viajeros interestelares que, en lugar de ir a la Luna, iban a Marte, descubriendo también allí una civilización de avanzada con la que enfrentarse.

Tuvieron que pasar algunas décadas más para que la ciencia ficción, específicamente aquella relacionada con los viajes al espacio, se desarrollara aún más, con historias todavía más complejas y que proponían cierto grado de reflexión a los espectadores.

Así, en la década de los 50 comenzaron a sembrarse las semillas de lo que luego fueron los grandes éxitos como Star Wars o Star Trek con filmes como Destination Moon, de Irving Pichel, que se considera el primer filme que se planteó realmente las dificultades y vicisitudes científicas de realizar un viaje a la Luna.

También por esa época se estrenó The Day the Earth Stood Still, de Robert Wise, basada en el cuento de Harry Bates Farewell to the Master. En este filme, que se estrenó en pleno contexto de la Guerra Fría, la humanidad recibe la visita de un alienígena que viene a alertarlos sobre los peligros de la guerra.

Video
https://www.youtube.com/watch?v=51JoEE_znyI

Ya para fines de la década de los 60 y entrada la de los 70 podemos hablar del cine del espacio tal y como todos lo conocemos, con clásicos que la mayoría de nosotros hemos visto hasta el hartazgo: empezando con 2001: Una odisea en el espacio, de Stanley Kubrick, pasando por Star Wars y hasta Alien, de Ridley Scott.

En televisión, el espacio también comenzaba a aparecer: es la época de series como Star Trek y Lost in Space, entre otras, semilleros de series más modernas como Babylon 5 y hasta la más reciente The Expanse.

Video
https://www.youtube.com/watch?v=nrC_QzwyQco

Ahora, ¿por qué nos apasionan tanto las historias que apuntan al espacio? Un poco, quizás, por lo que decía al comienzo: lo enorme e inabarcable del espacio hace que nuestros cerebros den rienda suelta a todo tipo de fantasías que nos encanta ver representadas en las pantallas donde consumimos nuestras películas y series favoritas.

Por otro lado, las infinitas posibilidades que brinda el misterio del espacio les da el lugar a los realizadores tanto de cine y televisión para conversar sobre tópicos muy humanos de forma original: es así que podemos encontrarnos, por ejemplo, en cada episodio de Star Trek, la excusa perfecta para hablar de diversidad y tolerancia, o en cada película de Star Wars de política y democracia.

Si a estas innumerables posibilidades le sumamos el avance de la ciencia, ya sea con exploraciones cada vez más profundas en ese vasto espacio que se abre sobre nuestras cabezas, así como también de los efectos especiales, las historias que se pueden contar tanto en pantalla grande como en pantalla chica se vuelven infinitas. Infinitas, sí, como el espacio, ese que tanto nos obsesiona.

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