“Las vidas de Sing Sing” es la historia del poder: el poder humano, el poder del perdón, del cambio, de la ganas de ser alguien más que se dejó de ser hace mucho tiempo, del poder regresar a casa, de la cual se salió sin saber si se iba a volver a probar el sazón de mamá o escuchar los gritos de los niños. Ese poder que dan las ganas de vivir. El poder de ser quien tú quieras por medio del arte y ahí expiar las culpas. ¡Majestuosamente reformadora!
En el 2013 el director italiano Paolo Taviani estrenó un documental llamado: “César debe morir”. Taviani escuchó de un programa de teatro en una cárcel e invitó Vittorio Taviani a dirigir un documental sobre hacer actuar Shakespeare a esos reos de alta de seguridad. El experimento parece sencillo, para algunos un poco ridículo, no obstante el poder del arte, de las palabras, de la magia de ser alguien que no se es, resulta en algo reformador, sanador y poderosamente expiatorio. Por eso “Las vidas de Sing Sing”.
“Sing Sing” está nominada a 3 Oscar como mejor canción, mejor guion adaptado y mejor actor al poderoso Colman Domingo como Divine G. Una adaptación del libro “The Sing Sing follies” de John H. Richardson. Todo lo anterior es lo de menos cuando te das cuenta del poder que reside en su interior como un testimonio viviente de la magia del querer, del ser, del estar y del cambiar. Es un poema al esfuerzo y elempoderamiento humano por medio del cambio, del tocar fondo y querer levantarse.
Paolo Taviani, director de César debe morir, vio nominado al Oscar en 2013 su documental. Recientemente ha muerto y cuando yo vi ese documental me impactó tanto la fuerza de la creatividad en esos internos de alta seguridad que yo decidí estudiar teatro. Once años después de su poderosa historia de esos reos actuando William Shakespeare, estrena la película de Greg Kwedar y, aunque es una adaptación de un libro basado en testimonios reales, parece una adaptación de ese documental. Eso no es lo hermoso y relevante de esta coincidencia, sino que demuestra, desde otra latitud, con otras caras, otras vidas, delitos en la espalda y manos ensangrentadas y arrepentidas, que el arte transforma y saca de la más tremenda oscuridad.
Colman Domingo, es fabuloso y la nominación está más que justificada. El poder que transmite a través de las palabras trastoca las fibras más duras, porque como dice su personaje: “el cambio viene desde la honestidad con uno mismo” y eso lo transmite a sus colegas quese interpretan a sí mismos dentro de la historia.
Algunos de ellos salieron de Sing Sing, pero toda la película está dedicada a esa fortaleza humana que proporciona la creatividad para cambiar, para ser mejor, para perdonarse a uno mismo y también, a esos que siguen dentro, que siguen llegando y probablemente algunos nunca podrán salir.
“Las vidas de Sing Sing” es la historia del poder: el poder humano, el poder del perdón, del cambio, de la ganas de ser alguien más que se dejó de ser hace mucho tiempo, del poder regresar a casa, de la cual se salió sin saber si se iba a volver a probar el sazón de mamá o escuchar los gritos de los niños. Ese poder que dan las ganas de vivir. El poder de ser quien tú quieras por medio del arte y ahí expiar las culpas. ¡Majestuosamente reformadora!