Lo mejor y lo peor de la tercera temporada

La última entrega de Big Mouth debutó hace algunas semanas en Netflix y nos trajo nuevos conflictos, personajes, musicales, cameos y mucho más.

Teniendo en cuenta el nivel de las temporadas anteriores y lo que esperamos del show a futuro, estos son nuestros puntos claves respecto de la tercera temporada.

En la temporada 3, Nick Kroll y compañía decidieron profundizar mucho más en este tema. Los 11 episodios tratan de alguna u otra manera sobre eso. Algo que no había sido así anteriormente.

Esta apuesta le trajo algunos problemas al show, ya que algunos chistes y escenas fueron mal entendidos o mal explicados, con lo cual eso repercutió negativamente en las redes. No obstante, en general, el tema fue tratado con mucha delicadeza y supieron combinar bien el humor con el mensaje social.

Para no volver a tener los problemas mencionados anteriormente, sería bueno que los creadores y guionistas del programa estén mejor asesorados en el tema de diversidad y género para las siguientes temporadas, ya que uno no duda de la buena intención de ellos, si no que fue debido a una falta de información.

El episodio donde los Fab 5 de Queer Eye hacen su aparición en el show está entre los 5 más divertidos del programa en su totalidad, por lo cual sería bueno que esto siga sucediendo.

En las ediciones anteriores tuvimos cameos de famosos, pero ninguno de ellos participó activamente del programa como los Fab 5, quienes pusieron sus voces a disposición. Puede parecer algo mínimo, pero le agrega un condimento muy necesario al capítulo y lo hace más entretenido.

Si la idea es seguir haciendo cameos con otros shows de Netflix, Stranger Things, On my Block y The Crown serían grandes opciones para incorporar a las temporadas siguientes. O bien podrían mantener a los Fab 5, eso tampoco estaría para nada mal.

Si bien la serie siempre se caracterizó por ser flexible en cuanto al mundo “real” donde se maneja, en esta temporada incluyen chistes internos al mejor estilo Simpson con Fox.

Nick y Maurice son los protagonistas de los chistes más destacados en cuanto a esto de hablar con la audiencia o hablarle a los directores de Netflix. Los momentos donde esto sucede son contados con los dedos de una mano, pero igual se disfrutan mucho.

Este siempre es un lugar muy peligroso para jugar, porque uno no quiere que el programa te diga que lo que estás viendo es falso. No obstante, si se hace correctamente es un gran gag. Deadpool es el mejor ejemplo.

El episodio que se le dedica por completo a Duke Ellington es uno de los mejores de la temporada, sin lugar a dudas. Quizás está en el segundo puesto luego de Florida.

Duke siempre fue un personaje que brilló en los pocos minutos que tuvo de pantalla, por lo que gastar un episodio en contar su historia completa fue una gran decisión por parte de los creadores.

El episodio no solo nos cuenta la verdadera historia detrás del personaje, sino que también sirve para avanzar con la trama principal y, cuando termina, sentimos un cariño mucho mayor para con él. Tranquilamente podrían seguir haciendo esto con diferentes personajes a los cuales aún no conocemos por completo.

Big Mouth siempre se caracterizó por tener canciones en sus episodios anteriores, pero creo que aquí se pasaron un poco en cuanto a la cantidad.

Dispersados en 10 u 11 episodios, los musicales están bien y se pueden llegar a disfrutar, pero al tener uno por capítulo prácticamente, se pierde esa “magia” y pasa a ser algo más aburrido.

Al no ser fan de los musicales en las series, por ahí este punto es muy particular, y seguramente muchos de ustedes disfrutaron de las canciones de esta temporada, pero sería bueno que se utilicen en pequeñas cantidades, como el wasabe.