Hablar del lugar de la mujer, del empoderamiento, de los desafíos de la femineidad, hoy parece ser parte de la agenda diaria. Pero no era así en el 2005 cuando se emitió el primer episodio de Grey’s Anatomy. Y Shonda lo sabe mejor que nadie. Hoy los Emmys pueden darse el inmenso placer de premiar a series como The Handmaid’s Tale o reconocer la labor de equipos enteros liderados y compuestos por mujeres, pero no siempre fue así.
Es por ello que, para conmemorar los 300 episodios, la creadora compartió con sus fans unas sentidas palabras “…¿Sabes cómo se siente tu cumpleaños? En ese momento cuando llevas la corona de cumpleaños y todos cantan y las velas se están quemando? Eso es lo que se siente al escribir un programa de televisión y ver cómo se hace. Esa escena, ese piloto completo, fue mágico para mí. Me enamoré de mi trabajo. No sabía que enamorarse de un trabajo era posible.
Pero es posible. Puedes enloquecer, profundamente enamorada de un trabajo. Que es cuando deja de ser un trabajo y se convierte en una vocación.
Esos primeros días, todo era nuevo. Todo fue un experimento. Cada canción. Cada historia. Cada error. Todo fue parte de lo que hizo que el programa sea lo que es. Todo fue parte de hacerme … bueno, YO.
Nunca me gusta decirle a las personas que me identifico más con Meredith Grey. Se siente demasiado personal. Como un susurro, ni siquiera me lo dije. Pero no hay forma de que pueda crear este programa y NO identificarme con MeredithGrey. Como fue construido por Ellen Pompeo, ella es más como yo de lo que yo misma sabía. Al ver viejos episodios, sin embargo, está claro.
Escribir “Grey” me dio una forma de dar sentido a mi vida, ponerle orden. Para resolver problemas. Imaginar. Afligirse, soñar y regocijarse. Seguí esperando que terminara. Que la gente lo supere para acabar. Pero… los fanáticos son un grupo extraordinario de personas.
300 episodios han pasado. El bebé de cuatro meses, Harper, ahora tiene 15 años. Estamos a mitad de camino en la temporada 14. TR y Sandra y Katie han seguido adelante. Pero Grey’s Anatomy está aquí. Presente. Viva. Mantener vivos los jueves en América y otras noches en otro lugar. El corazón del espectáculo continúa latiendo. Ellen como Meredith es el corazón. Chandra, como Bailey, es el alma. Jim Pickens, Jr., como Richard es la conciencia. JustinChambers como Alex es el fuego en el vientre. Y sé que sueno blanda. Pero no me importa si lo hago. Porque es verdad.
Aquí existe un equipo de mujeres con las que crecí y mujeres de las que he aprendido mucho.Ellen, Sandra, Chandra y todas las mujeres del reparto; y KristaVernoff y tantos otros escritores; y BetsyBeers y LindaLowy y LindaKlein y DebbieAllen y tantas, muchas más. Hay y siempre han sido hombres increíbles, también. Este programa se basa en la idea de mujeres profesionales e inteligentes que viven para su trabajo y aman competir y apoyarse mutuamente. Estoy diciendo que es real. No es sólo un espectáculo. No es solo una historia bien contada. Es nuestra realidad…“
Los 300 episodios de Grey’s Anatomy llegan en un momento coyunturalmente propicio, donde las ficciones empiezan a sumar la mirada femenina delante y detrás de cámara. Y donde las intérpretes, autoras y realizadoras comienza a levantar su voz para defender los derechos que por tantos años han sido silenciados. La factoría de ficciones empieza a sumar manos diferentes, historias distintas que permiten que, finalmente, las mujeres podamos sentirnos identificadas en la pantalla. Son mujeres contando historias de mujeres y realizadas por mujeres. Un cambio de paradigma que, sin lugar a dudas, empezó hace mucho tiempo, pero recién hoy logra ser visible frente a la sociedad. Celebramos estos 300 episodios y levantamos nuestra copa por todas esas mujeres que en los ámbitos más inhóspitos han logrado abrirse paso y marcar la diferencia.