Los primeros tres capítulos nos dejaron gusto a poco y te comentamos las razones
El pasado 22 de Junio de 2017 se estrenó la serie The Mist, basada en la homónima novela del célebre Stephen King. Hace 10 años atrás, una película también basada en este libro había sido estrenada y fue ella quien dio luz verde al proyecto de una miniserie sobre esta obra del rey del terror. Sin embargo, tuvieron que pasar esa cantidad de años para que este proyecto viera la luz en nuestras pantallas.
Actualmente, no está claro si finalmente The Mist será una miniserie de 10 episodios o está abierta la posibilidad de una continuación. Por lo pronto, podemos decir que la cadena Spike ha lanzado 3 episodios y que estos han tenido gusto a poco.
Para empezar, debemos decir que es difícil contar una historia que ya ha sido narrada y ser originales al hacerlo. Todo lo que se dice tiene gusto a repetición, precisamente porque lo es. Sin embargo, hay historias que ya han sido contadas y se destacan por la capacidad de sus creadores para volverse nuevas. Un ejemplo de esto ha sido Hannibal. ¿Cuántas películas acerca del caníbal más famoso hemos visto y nadie puede negar que la nueva perspectiva que nos entregó Bryan Fuller hizo renacer al personaje y a toda la historia de una forma que jamás hubiéramos imaginado?
Esto no sucede con The Mist: si bien la película tampoco había sido la gran cosa, la serie en los primeros capítulos tiene gusto a comida recalentada. Nada nuevo bajo el sol. No se siente el suspenso de la forma que debería. Los momentos de sorpresa son fáciles de anticipar, quitándole el susto al espectador.
Otro gran problema de esta serie son sus personajes. Como en la peor película de terror, son obvios, toman decisiones estúpidas y resultan poco creíbles. Empezando por el drama cliché familiar de los Copeland, con una madre muy progresista en su trabajo pero castradora con su hija, un padre permisivo y una niña tonta en plena adolescencia, no generan ninguna empatía. La madre cansada del ambiente retrógrado del pueblo en el que viven, el padre tratando de sacar todo adelante pero no tomándose nada en serio y la niña en pleno despertar sexual, con su amigo de sexualidad dudosa, marginado tanto por sus padres como por sus pares, el drama de The Mist los encuentra en plena crisis familiar luego de que la hija fuera a una fiesta, apañada por el padre y acompañada por su amigo, donde supuestamente fue violada por uno de los jugadores de fútbol americano más populares que, además, es el hijo del policía del pueblo.
Todo esto sucede con actuaciones bastante lamentables, especialmente de madre e hija, interpretadas por Alyssa Sutherland y Gus Birney, quienes parecen tener únicamente dos expresiones en sus rostros que utilizan una y otra vez, resultando imposible creerles algo de lo que expresan.
Claro que no son solo ellas: en general, todos los personajes que las acompañan en el centro comercial donde quedan atrapadas son estereotipos muy marcados, tan marcados que aburren. ¿Un ejemplo? El director del lugar, que intenta llevar las riendas del asunto pero se demuestra como un comerciante cobarde e inútil.
Por otro lado, los policías son otro gran cliché dentro de esta serie. Obviamente, al vivir en un pueblo pequeño, son completamente inoperantes y cobardes. Pero así y todo, todos quieren comunicarse con el 911 y esperan que la policía los salve.
Resulta poco creíble que en una comunidad pequeña como esa, nadie se hubiera dado cuenta antes de lo inútiles que son sus policías. Por ejemplo, en el pequeño pueblo que se retrata en Stranger Things, la mayoría de sus habitantes no confiaba en su Sheriff por sus tragedias personales y porque no había demostrado hasta ese momento ser muy competente en su trabajo. Esto no sucede en The Mist. Todos esperan ser salvados por los policías.
Los diálogos, por su parte, no son mucho mejores que las actuaciones. Un ejemplo de esto es todo lo relacionado al personaje de Mia y su adicción. Especialmente en el principio, cuando está intentando entrar a la casa de la Sra. Lambert y se encuentra con el hombre que vive allí luego de la muerte de esta, todas esas escenas son tan evidentes que, probablemente, si hubieran dejado un espacio en blanco o silencio total, hubiera sido mejor. Creo que lo único que le faltó decir a este hombre cuando la arrinconaba a Mia por haber entrado a su galpón para ser completamente un cliché es: Ahora vas a saber lo que es bueno.
También cuando Mia se encuentra con Adrian y se crea una suerte de rivalidad que intenta ser cómica, aunque no lo logra. Ella es exageradamente burda, con exabruptos no justificados y él, no hay que olvidarlo, es un chico de 16 años, por más freak que quiera mostrarse.
Tenemos que resaltar que esta serie tiene, aunque sea, una buena actriz: Frances Conroy. Famosa por sus roles en grandes series como Six Feet Under o American Horror Story, aquí, sin embargo, la malgastan en el papel de una viejita hippie que pierde a su marido a causa de la niebla y eso la lleva a la depresión, al intento de suicidio y finalmente al delirio místico.
Lo mejorcito de esta serie son los personajes de los que no sabemos demasiado: los militares.Bryan, que es quien inicia la historia en el bosque con su perro Rufus, y los otros que se encontraban en el centro comercial, son los únicos que generan algo de misterio. Al no develar nada acerca de sus historias, no se convierten enseguida en un cliché.
Lo cierto es que parece que The Mist no tiene mucho que ofrecer, por lo que la idea de que sea solo una miniserie de diez episodios no suena del todo mala.
Por supuesto, le daré una oportunidad mientras pueda, ya que la obra de Stephen King es muy buena y siempre son interesantes las adaptaciones, pero por ahora, esta serie no se ha ganado su lugar en mis prioridades para ver.