#LosClásicos: Picardías Estudiantiles o la década de 1980 son unos tenis de mosaico

La década de 1980 dejó una gran marca en el mundo del cine. Respondiendo a la gran paranoia oscura que prevaleció en los años 70 en la que cintas como El Exorcista, Taxi Driver, Apocalipsis Now, etc. fueron las más populares, los 80 respondieron con un enfoque menos “oscuro” y/o “adulto” con un surgimiento de cintas de corte adolescente con temas más “amables” enfocadas a este público. Cineastas como John Hughes, Steven Spielberg, Robert Zemeckis, etc. comenzaron a producir cintas para estos mercados que rápidamente se pusieron en el gusto del público y dieron pie al surgimiento de lo que se conoce como La era dorada del American teen film.

A parte de los ya mencionados directores, los films de american teen nos dieron grandes iconos de la industria que iniciaron en esas fechas y aún ahora continúan trabajando como Molly Ringwald, John Cusack, Matthew Broderick, Tom Cruise. Kiefer Sutherland, Corey Feldman, Kevin Bacon, Robert Downey Jr. por mencionar algunos.

Como es costumbre, cuando surgió el boom de este género hubo muchos directores que se subieron al tren con fines puramente comerciales haciendo comedias adolescentes cargadas de contenido sexual, pero hubo otros que evitaron caer en el cliché y trataron de incursionar en asuntos más profundos como la igualdad, la libertad, la madurez etc. evitando caer en la típica comedia.

Uno de los films que fueron de los precursores del american teen y que comenzó la ola de estas cintas fue Fast Times at Ridgemont High o en español Picardías Estudiantiles (1982). Inicialmente la cinta pasó sin pena ni gloria en la taquilla y, sumado al poco apoyo por parte de la productora, acabó en los videoclubs de aquel entonces donde se convertiría en un hit y se volvería de culto.

La cinta es la típica sin complicaciones teen en la que se nos cuenta la historia de un grupo de estudiantes de la preparatoria Ridgemont, que tienen que lidiar con los maestros, el trabajo secular, sus primeros encuentros sexuales y estar listos para el baile de fin de año. La debutante directora Amy Heckerling adaptó un libro de un autor de 17 años que en parte narraba sus experiencias cuando se infiltró por un año en la escuela preparatoria de Hollywood; su nombre, Cameron Crowe. Él mismo adaptó su libro para la pantalla grande y junto con la directora querían hacer una cinta como American Graffiti (1973), una que fuera “feliz”, icónica y que motivara al espectador a vivir en ese mundo. Para contar la historia, y con un presupuesto limitado, se dedicaron a reclutar actores jóvenes, que se encontraran en el rango de edad de los preparatorianos y para ello tomaron a la mayoría debutantes o con muy poca experiencia: Judge Reinhold, Phoebe Cates, Jennifer Jason Leigh, Forest Whitaker, Eric Stoltz, Anthony Edwards, Nicolas Cage, Sean Penn, etc.. Todos ellos tienen grandes carreras en Hollywood que despegaron después de esta cinta.

Sin embargo, la ambición de la directora y la simplicidad el guion tocó el tema del embarazo adolescente de manera muy superficial dando preferencia a los temas sexuales y de comedia. Si no fuera porque la cinta fue dirigida por una mujer esta sería tachada de machista. Entonces ¿cuáles fueron los elementos que la hicieron distinguirse y sobresalir de una época en la que hicieron cientos de cintas similares?

Por un lado, dos personajes en particular se volvieron referentes de los jóvenes de esa época:

• Phoebe Cates como Linda Barret, que en tan solo una escena se convirtió en un sex symbol teen de la época, como lo mencionan en Stranger Things. Y es que la escena en la que Brad se la imagina saliendo de la alberca enfundada en su traje de baño rojo (y la posterior encerrona de Brad en su honor) es una clásica del cine de los 80.
• Sean Penn como Jeff Spicoli. Este personaje “stoner” con su actitud desenfadada y enfundado todos los días en sus Vans de mosaico, quería dedicar su vida al surf y a drogarse. Sean Penn tenía 22 años cuando interpretó ese papel pero al ser un actor del método se metió de lleno en el personaje; incluso cuando la cámara no estaba rodando él seguía en rol al grado que nadie de la producción sabía su verdadero nombre. Incluso en algún momento de la película Spicoli toma una caja de Vans Checkerboard Slip-On convirtiéndose no solo en uno de los más icónicos momentos del product placement sino que gracias al carisma y a la autenticidad del personaje interpretado por Sean Penn se convirtió en un modelo a seguir por las marcas de aquel entonces. Es más: Spicoli tenía su propio tema musical interpretado por Jimmy Buffet basado en una de las pocas líneas de diálogo que tiene en la cinta pero que demuestran su lado relajado “I don’t know”

Por otro lado, la importancia del film radica en la exacta representación de los jóvenes. A pesar de estar centrada en California, la cinta podría ocurrir en cualquier parte de los Estados Unidos, ya que demostraba la obsesión que tenían con el fútbol americano, los malls, la pérdida de la virginidad, los videojuegos. Y ese es uno de sus grandes aciertos: el guion de Cameron Crowe es sencillo, sin pretensiones y aunque no es original es muy realista para la época. Si a esto le sumamos las actuaciones de los involucrados (incluso los 2 segundos que aparece Nicolas Cage a cuadro), todo es un combo explosivo y auténtico.

En conclusión Fast Times at Ridgemont High (1982) es una cinta icónica, por el cast que la compone, por la cantidad de escenas y diálogos memorables, por los personajes inolvidables que nos brindaron, por ser un increíble y muy acertado snapshot de principios de los años 80 y, sobre todo, por ofrecernos una comedia estudiantil típica pero que en el fondo logra conservar la inocencia de los adolescentes de aquella década, aquella que Stacy Hamilton (Jennifer Jason Leigh) recupera al final de la cinta.

Ah, y un dato más. La influencia de Spicoli y su asociación con sus tenis será celebrada estos días con una edición de colección del legendario modelo checkerboard a través de la misma marca que las creó: Vans. Esta es la primera vez que están a disposición del público: en 1982 solo se hicieron 1000 pares como parte de la promoción de la cinta y se dieron a través de concursos de radio.

¿Te gustan? ¿Vives en la Ciudad de México? Comentando el video que te dejamos debajo podrás ganarte un par.

Ahora las Vans Checkerboard Slip-On, más de 3 décadas después, ¡por fin están a tu alcance, dude!