Luis Miguel busca la redención en la temporada final de su serie

A cuestas todavía esta el recuerdo sombrío de la segunda temporada de Luis Miguel: La Serie, misma que decepcionó a gran parte del público que quedó extasiado con la temporada debut. Ahora, han pasado solo un par de meses y la historia de El Sol de México vuelve a Netflix con su temporada final, que llegó sin pena ni gloria, la cual busca cerrar el círculo, justificar errores y redimir su figura.

Una vez más, la serie se cuenta a través de dos líneas de tiempo, una ubicada entre 1997 y 2001, años donde Luis Miguel sostuvo una relación con Mariah Carey y su búsqueda por conseguir el crossover que lo colocara dentro del mercado anglosajón; mientras que la segunda es entre 2017 y 2018, en una etapa donde es un cantante a punto de la quiebra no solo económica, también personal al ver que se encuentra más solo que nunca.

Como primera impresión, la temporada final supera con creces la segunda entrega, que perdió rumbo propio de la historia, curiosamente como la vida misma de Luis Miguel, y en los episodios finales se siente más contenida, pero con un desarrollo más sólido de su narrativa. Todo esto dentro de los parámetros posibles, y aceptando la convención de que Luis Miguel no se iba a abrir completamente, como bien lo justifica la misma serie.

Esta vez, el cantante vuelve a tomar el riesgo de mostrar su lado oscuro, el cual trató de mostrar en la segunda entrega, pero que siempre salía bien librado al ponerse como víctima de las circunstancias. Ahora lo vemos en la decadencia de su carrera, viviendo una vida con excesos y completamente fuera de la realidad económica que vive. Se atreve a mostrarse como un personaje que causa pena y que vive del recuerdo de las glorias pasadas, pero con un ego desmedido que lo está haciendo perder más.

La parte Mariah Carey dista mucho de ser esta vida de lujos y fiestas que se veían en los periódicos. Incluso la personalidad tan característica de ella se va hacia otro lado, y por primera vez se siente que un personaje tan popular no es una caricatura dentro de la serie. Pero igual funciona para restarle importancia a la figura de quien es y hacer que Diego Boneta sobresalga como Micky.

Si bien es un producto final con mayor solidez, la serie peca en dejar de mostrar los lujos que rodean a Luis Miguel, se siente la precariedad de la producción. Las grandes locaciones ya no están ahí, lo cual igual puede ser consecuencia de la era COVID-19. Si la mirada no me falla, las calles donde Micky está manejando en Los Ángeles fueron filmadas en el Autódromo Hermanos Rodríguez, o un lugar similar. A esto también hay que sumarle la falta de dirección que tiene Boneta, quien en momentos parece un mal imitador de Luis Miguel y que su interpretación com un hombre de 45, casi 50 años, no se ve cómodo.

Pero sin duda la peor parte, y a mi parecer la necesidad de alargar la historia y honrar la serie dentro de la misma serie es cuando se empieza a hablar del desarrollo de este proyecto, causando una autorreferencia que la llevan al límite y que carece de relevancia dentro de la misma historia. Su única importancia es que con esto Luis Miguel justifica la falta de momentos específicos de su vida, como la relación con Aracely Arámbula, y se redime ante su público mostrando, los que para él, fueron los verdaderos villanos de su historia: Patricio Robles y su padre Luis Rey.

En conclusión, como temporada, esta tercera, sí logra redimirse ante lo sucedido en la segunda entrega. Sus pocos episodios tienen un buen ritmo, aunque limitan la basta historia del cantante. El recurso de contar en diferentes líneas de tiempo lo vuelven a salvar para elegir lo mejor de lo peor que vivió, y logra un final feliz, aunque en la realidad esto dista mucho de ser. En conjunto, esta entrega logra un final regular a toda la historia que Luis Miguel decidió presentar en su serie, la cual aún está inconclusa y cortada para su conveniencia.

La temporada final de Luis Miguel: La Serie ya está disponible en Netflix con los seis episodios que conforman la tercera y última entrega.