Los 10 mejores episodios celebrando el aniversario del nacimiento de la serie

Es increíble cómo pasa el tiempo. Y si bien esta serie maravillosa terminó en 2015, la nostalgia por recordar que este 19 de julio se cumple un año más de su nacimiento, nos puede y mucho.

Probablemente sea una de las series más relevantes de este siglo, no sólo por su trama, dirección de arte, guión y actuaciones, sino también porque marcó un estilo dentro de los shows para la TV. Jon Hamm se convirtió en todo un sex symbol gracias a su personaje de Don Draper, Elizabeth Moss fue la primer power girl con su interpretación de Peggy Olsen y todos terminamos de entender de qué va la publicidad. O por lo menos, algo de sus inicios.

Para festejar, elegimos 10 capítulos que consideramos los mejores, sin orden cronológico ni de relevancia.

Peggy cumple años y debería festejarlo con su novio Frank, pero hay que entregar una idea para Samsonite. Y en su regreso enojada por no ir a celebrar su natalicio, debate con Don por una vieja idea de Glot Coat, donde él se llevó todos los créditos (incluso le dieron un Clio).

Un diálogo espasmódico y magistral sobre la publicidad y la vida. La química de ellos en este, como en otros tantos diálogos y escenas, hicieron de Mad Men lo que fue: extraordinaria.

En este capítulo Pete se entera quién es la mujer con la que está flirteando y que es la mujer de un conocido que viaja diariamente con él en tren. Por otro lado, Megan decide abandonar la publicidad y dedicarse de lleno a la actuación. En el final del episodio ella le entrega a Don el álbum Revolver de Los Beatles para que lo escuche y se ponga a todo con lo que está de moda. El primer tema que ella le recomienda es Tomorrow Never Knows y con esta música termina.

Dato curioso: es la primera vez que el cuarteto de Liverpool autorizó una canción para una serie de televisión. Paul y Ringo aceptaron por ser muy fanáticos de Mad Men.

🙂

Última temporada. Don y Peggy están preparando el pitch para Burger Chef, pero Jim Cutler busca despedir a Don por incumplimiento de contrato. Sagaz, como siempre, el querido Draper, logra persuadir a Roger y Bert de que esto no suceda. Mientras, es un 20 de julio de 1969 y el hombre llega a La Luna. Todos los protagonistas están detrás de este suceso histórico.

Bert muere en el sofá de la oficina poco después del aterrizaje del Apollo 11 y Don entiende que su posición dentro de la agencia está complicada, por lo cual toma la decisión de que Peggy sea quien se haga cargo de la presentación a Burger Chef. Ella gana la cuenta y en paralelo Roger activa negociaciones para vender todo a MCaan Ericksson.

Bert se le aparecerá a Don cantando y bailando el clásico The Best Things in Life Are Free. Inolvidable. Un gran final para un personaje entrañable como Bert Cooper.

Un capítulo para nunca olvidar. Los empleados de Sterling Cooper están revolucionados con la llegada de sus jefes londinenses, quienes arriban el día de la fiesta de despedida de Joan (quien renuncia porque su marido accedería a una residencia médica, algo que se cancela cuando ella ya había tomado la decisión de dejar la agencia). Los miembros de Putnam, Powell and Low, la agencia de Londres que toma el control, vienen con un británico llamado Guy que tomará el lugar de Lane Pryce.

En pleno festejo, unos empleados toman una cortadora de césped John Deere, cuenta recientemente ganada por Ken, y le cortan un pie a Guy. La sangre salta a borbotones y Lane se queda con el puesto para ser uno de los personajes emblemáticos de la serie.

Lane ha conseguido una cena con un compatriota responsable de la cuenta Jaguar en Estados Unidos. Sus capacidades para ganar y dirigir una cuenta son nulas, por lo que Roger Sterling le brinda asesoría. Pero a Lane no le va muy bien. Ante ese fracaso, la reunión con el inglés vuelve a suceder pero esta vez con Pete, Don y Roger que entienden perfectamente que lo que busca el potencial cliente es salir con otras mujeres en su estadía por la ciudad. Y es allí donde lo llevan. Todo empeora cuando Lane se entera de lo sucedido, y ante los agravios de Pete por su mala gestión en los negocios, hacen enojar a Pryce que lo invita a pelear.

Es un capítulo donde vemos las miseras personales de Peter Campbell, además de descubrir el secreto de Ken sobre su vida como escritor de ciencia ficción. ¡Qué alegría nos dió que alguien finalmente lo golpee a Campbell!

De las tantas clases magistrales de Don Draper sobre publicidad, en este episodio está quizás una de las mejores. En la cuarta temporada, la agencia está con pocos clientes. Advertising Age entrevista a Don, pero no termina publicando, no es lo más productivo para el negocio, lo que genera que algunos clientes cancelen sus acuerdos. En esa lucha por no perderlos, Peggy hace la primer acción de guerilla, creando una escena fake en un supermercado por una lata de jamón de unos de los clientes que quieren retener. Algo sale mal, y si bien la cuenta sigue en la agencia, Peggy debe afrontar los reclamos de Don por no estar enterado del tema.

Casi al final del capítulo, tenemos a Draper contando la nueva campaña de Jantzen, una compañía tradicional familiar de trajes de baño. Ante la negativa de los dueños a la propuesta creativa, innovadora y audaz de nuestro director creativo favorito, este les dice una frase ya célebre de la serie, You need to decide what kind of company you want to be. Comfortable and dead, or risky and possibly rich, y como no lo acompañan en sus pensamientos, los echa de la oficina.

¡Quién no habrá deseado ser Don Draper alguna vez y echar a algún cliente insoportable!

Quizás no sea de los mejores capítulos, pero la escena de Pete declarándole su amor a Peggy, mientras que ella le confiesa que han tenido un hijo y lo que ha sucedido con él, vale por todo lo que no sucede en los 30 minutos restantes. Todo esto acontece mientras se anuncia que los soviéticos tienen bombas nucleares en Cuba. Don está de regreso a NY después de revelarnos sobre su verdadera identidad en California, y llega para enterarse que Betty está embarazada.

Las posibilidades de una nueva fusión de la agencia está cada vez más cerca, y Duck Phillips, que quiere poner a Pete Campbell de su lado, negociándole una posición mejor dentro de la nueva compañía, pero traicionado por este, quien decide contarle los planes secretos de Duck a Don.

Si algo caracteriza a toda la temporada 5 de Mad Men es que cada capítulo es una obra de arte. Pero éste tiene un condimiento muy fuerte. Don ha detectado un acto de falsificación de cheques por parte de Lane Pryce. Al citarlo para pedirle explicaciones, le exige la renuncia. Lane no está preparado para ello: reconoce que cometió un error pero que lo tomó por considerar que era el dinero que él había invertido en la compañía y merecía tomarlo. Pero después del fin de semana, Joan no puede abrir la oficina de Lane y sospecha que algo malo ha sucedido. Cuando entra a la oficina contigua donde están Pete, Ken y Harry para pedir ayuda, descubren que Lane se ha suicidado colgándose. Acto seguido con la llegada de Roger y Don, ambos se encuentran con una oficina totalmente desolada, y solo están Pete, Bert y Joan, que cuentan lo sucedido.

Allí habrá un acto de humanidad por parte de Don, que decide bajar el cuerpo aún colgado. Por fin, Don Draper se hace cargo de uno de sus muertos.

La agencia ha sido vendida a McCaan Erickson. Peggy por un error administrativo no tiene oficina por lo que sigue trabajando en los espacios semi vacíos de Sterling Cooper & Partners. Una noche se encuentra con Roger allí, y mientras él toca el piano ella anda en patines alrededor de la histórica oficina central de reuniones. Hermosa despedida de ese lugar que fue clave para la dinámica general de la serie, porque si algo siempre tuvo Mad Men es una dirección de arte tan impecable que ni siquiera los espacios de trabajo fueron dejados al azar.

La segunda escena clave de este episodio es la llegada triunfal de Peggy a McCaan Erickson. Entra triunfante, con un cigarrillo en la boca y todas sus pertenencias en una caja, mientras los hombres que pasan no dejan de observarla. Peggy lo ha logrado.

Leonard quizás sea el personaje más importante de esta última temporada, y eso que aparece tan solo unos minutos en el último capítulo. En ese instante donde Don Draper va desmoronándose por todas las cosas que ha hecho y no ha hecho en su vida, y esa sesión grupal de terapia donde este personaje llamado Leonard entra en escena contando sus propias miserias harán de ella casi de lo mejor de toda la serie. Don, al verlo llorar, se levanta y va a abrazarlo. Esas lágrimas jamás derramadas caen vigorosas en ese abrazo y late que un nuevo Don Draper renace. Previo a ello, habrá declarado no ser quién es a Peggy, y llama a Betty sabiendo que quizás es la última vez que hablará con ella. ¡Cuánto sin decir hay detrás de ese apodo que él tenía para con ella!

Y obviamente, la última escena. Tanta ambigüedad pero tan precisa para cerrar una de las mejores series de todos los tiempos.