Parece que es a propósito que los temas sociales que últimamente el cine esta abordando dentro de sus historia recuerden a textos de autores que a modo de oráculo social plasmaron en sus obras literarias. Temas que involucran una aguerrida lucha de clases sociales. Lo vimos un poco con la ganadora de la última entrega de los Oscars, Parasite, de Jon Boon Ho, quien nos contó una historia que de alguna manera logró crear un suspenso por medio de una usurpación de clases, un fenómeno que está a gran escala por la cada vez más marcada polarización de las clases altas y bajas. Mano de obra de David Zonana va por ese camino.
La película nos cuenta la historia de Francisco, un albañil que trabaja en una obra de construcción de una casa que pertenece a alguien de un estrato social mucho más alto que el de él. Su hermano, también trabajador de la obra, muere en un accidente laboral, dejando a una mujer embarazada. Francisco lucha por hacer válidos los derechos laborales póstumos de su hermano en beneficio de su cuñada y sobrino. La corrupción burocrática de los órganos legales en lo laboral, el abuso de los contratistas y la indiferencia del dueño de casa para resolver el problema orillan a este albañil a tomar justicia por su propia mano pero también lleva a los demás compañeros a revelarse e imponer su propia ley.
George Orwell fue un escritor británico predominantemente socialista y democrático que escribió mucho sobre temas políticos y sociales. En 1945 escribió Rebelión en la granja dentro de un contexto de posguerra donde criticó de manera incisiva al régimen de Iósif Stalin. El escritor decía que “el extremismo del poder de Stalin contaminaba al propio socialismo” y en su sátira literaria colocaba a un grupo de animales de granja que expulsaban a los humanos de su posición para ellos sustituirlos y establecer su propia gobierno, el cual resultó ser en sí mismo un poder absoluto aún más brutal. Es precisamente así que Mano de obra, no se si de manera consciente o como resultado de ebullición social que hoy predomina en el mundo, retoma lo escrito por Orwell y lo traslada a México, resultando en una metáfora de doble lectura.
La historia puede funcionar como una adaptación libre de Rebelión en la granja o bien como una tésis sobre la sustitución demográfica que muchos países desarrollados están viviendo con los inmigrantes que llegan de países en vías de desarrollo a ser una mano de obra mucho más accesible y “quitar” oportunidades laborales a los propios locales. Este problema ha generado que ideologías que se creían diluidas como el nazismo y actitudes socialmente negativas como la xenofobia o el racismo comiencen a florecer en pleno Siglo XXI.
La película puede ser tan sencilla, local o compleja como se quiera leer y eso es lo grandioso del trabajo de David Zonana con Mano de obra. Su guion se puede interpretar de muchas maneras, tanto en una situación nacional como México o como un problema global donde habitantes de países carentes de oportunidades ven en los países desarrollados tierras prometidas donde pueden tener una vida mejor.
Se debe decir que independientemente de la lectura que el espectador le quiera proporcionar, la historia del personaje funciona a cualquier nivel, ya sea como un suspenso comercial bien armado y buenos personajes o como material de análisis social que explora un fenómeno que se está peleando en lo demográfico a niveles internacionales.
Mano de obra entra en esta lista de películas que coloca a sectores sociales marginados laboralmente como La camarista de Lila Avilés, Un mounstruo de mil cabezas de Rodrigo Plá y Roma de Alfonso Cuarón, en las que se hace una exploración sobre la forma en que la clase obrera de México vive su propio impedimento social al que se encuentra condenada y cómo estas circunstancias ocasionadas por estratos superiores obligan a actuar de forma ilegal y negativa dentro de la misma mecánica en la que se encuentran sujetos.
La película ha tenido una resonancia internacional dentro de festivalkes como la Berlinale, el Festival Internacional de Cine de Morelia, y su actor protagonista, Luis Alberti recientemente ganó el premio como Mejor Actor Masculino este 2020. También se coloca rápidamente dentro de las lista de los mejor del cine mexicano de los últimos años por visitar los lugares oscuros que nos da miedo mirar porque se presentan como monstruos que no podemos vencer y que nos llevan a círculos viciosos políticos y sociales difíciles de superar.
Pero...
A pesar de su gran historia se encuentra en muy pocos cines y la situación actual no le ayudó a tener más salas dentro de México, pero no está de más que chequen su cartelera o si viven en la Ciudad de México la puedan ver en la programación de la Cineteca Nacional.
En resumen
Mano de obra de David Zonana es una gran película de distintas lecturas, ya sea como un entretenimiento que te hará reflexionar sobre varios temas sociales o también como una película que ocasionará la discusión de la sobremesa con familiares y amigos por su tema tan actual que toca temas sensibles en el pueblo mexicano.