Un 30 de octubre de 1960, de quién sabe qué planeta maravilloso, llegó un tal Diego Armando Maradona al mundo, más precisamente a Lanús, un barrio en las profundidades del Gran Buenos Aires, ese conjunto de barrios y pueblos en las afueras de la opulenta Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Pelusa, Barrilete Cósmico, el pibe de oro y hasta Dios son algunos de los apodos que Maradona, El Diego para nosotros los argentinos, fue cosechando a lo largo de su carrera. Su fama, ya sea por sus logros futbolísticos o por sus escándalos, trascendió las fronteras de Argentina y lo convirtió en una estrella mundial. Y como toda estrella, tuvo su paso tanto por la pantalla grande como por la pantalla chica.
La carrera audiovisual de Maradona lo incluye todo: pequeños cameos en series y películas, documentales sobre su vida, películas que muestran su influencia y hasta una suerte de talk show donde no solo era el conductor, sino también la figura central a entrevistar.
En Argentina, su tierra santa, Diego nunca fue ajeno a las cámaras. Así, pudimos verlo en programas como la telenovela Gasoleros, un éxito de 1998, donde Diego comparte un viaje en taxi con Roxi, el personaje que interpretaba Mercedes Morán, quien en lo que duró ese trayecto aprovechó para confesarle parte de su historia.
También, claro, Maradona apareció en el final de un clásico futbolero de la ficción argentina, RRDT, un show protagonizado por Carlos Calvo, que interpretaba a una leyenda de un club llamado Excursionistas y que, al retirarse, recibe la visita de D10S en el vestuario para darle unas palabras de aliento.
Como estos cameos, muchos más: en el 87, poco después de consagrarse campeón del mundo, interpretó a un icónico personaje de la televisión argentina, “Minguito”, en un show de sketches llamado Supermingo; en el 81, jovencísimo, aparece en la película de Jorge PorcelTe rompo el rating, así como también el filme de Luis SandriniQué linda es mi familia y más.
Sin embargo, más allá de sus apariciones anecdóticas en la televisión y el cine argentino,Diego Maradona también inspiró a artistas internacionales a hablar de él. Quizás el más recordado es Maradona by Kusturica, un documental en el que el director serbio intenta narrar su biografía y, a la vez, explicar lo que este futbolista significa para el mundo. Además, en este documental, Kusturica acompaña a Maradona en múltiples actividades durante los años 2005 y 2007, lo que nos permite ver a este astro del fútbol militando políticamente con figuras latinoamericanas como Fidel Castro, Evo Morales y Hugo Chávez, o cómo fue su experiencia como presentador en el programa que mencionaba anteriormente, La Noche del 10.
Claro que Kusturica no fue el único que intentó contar, de forma documental, lo que significa El Diego para el mundo.Asif Kapadia, conocido por obras como el documental acerca de Amy Winehouse, Amy, dirigió en el 2019Diego Maradona, que no solo revisa la historia de vida de Pelusa, sino que también incluye una interesante cantidad de material de archivo inédito.
En tono también documental pero ya con tintes ficcionalizados encontramos la película ítalo-argentina, Maradona – La Mano de Dios, estrenada en el 2007 y dirigida por Marco Risi. En ella, se narra la vida de Diego Armando, con distintos actores que lo interpretan en distintas etapas de su vida.
En plan semejante está la reciente Maradona: Sueño Bendito, una serie de Amazon Prime Video que también recorre la vida de Maradona, anclándose en un Maradona adulto, luchando con sus adicciones, para ir mediante flashbacks al pasado y mostrar el ascenso de esta figura tan argentina pero, a la vez, mundial.
Si hablamos de la influencia mundial que tuvo Diego Armando Maradona, me parece interesante mencionar el especial vínculo que une a este futbolista con el director italiano Paolo Sorrentino. Sorrentino, de Nápoles, tuvo el placer de disfrutar a Maradona jugando en su suelo patrio y como cualquiera que lo haya visto, se enamoró de él. En entrevistas, Sorrentino supo declarar que verlo jugar a Maradona era algo muy similar a ver arte y que, quizás allí, viendo a ese maestro de la pelotita, comenzó a germinar la semilla que lo convirtió a él en cineasta.
La más reciente de las películas de Paolo Sorrentino, Fue la mano de Dios, es una obra autobiográfica en la que el director cuenta su peor tragedia: la pérdida de sus padres en sus años de adolescencia debido a un accidente con una fuga de gas. Sorrentino, joven en ese entonces, se salvó porque decidió quedarse viendo a Maradona jugar al fútbol.
Sin embargo, Fue la mano de Diosno es la única película de Sorrentino que coquetea con la figura de Maradona. En el 2015 estrenó Juventud, un filme que habla sobre la juventud, la vejez y la finitud de la vida y en el que el argentino Rolly Serrano encarna, en algunas escenas, al 10 descansando en un balneario de los Alpes.
Por supuesto, hay mucho más material dentro de la industria audiovisual referido a Maradona. Por ejemplo, la docuserie de Netflix, Maradona en Sinaloa, que sigue el paso del jugador como entrenador del Dorados, un equipo mexicano de Culiacán, o el documental Maradonapoli, el documental de Alessio Maria Federici que refleja el efecto Maradona en Nápoles, porque, con sus virtudes y defectos, Diego, el Dios del fútbol, marcó la historia mundial del fútbol. Y aunque nació en suelo argentino, su huella está en todas partes.