Marcelino Islas, director de Clases de Historia, nos habló de este proyecto y más en una amena charla
El cine mexicano se encuentra en su peor momento históricamente hablando. En el 2020 tuvo una caída del 57% en referencia a lo que se logró en el 2019 que se lograron estrenar 216 películas. Sin embargo, tenemos joyas nacionales que han tenido un merecido lugar en la cartelera y una de ellas es Clases de Historia de Marcelino Islas que acaba de estrenar el 9 de Septiembre en las salas de cine abiertas.
Marcelino nos presenta su ópera prima con Clases de Historia donde nos cuenta la historia de Vero (Verónica Langer), una maestra de secundaria que de alguna manera vive una existencia monótona en todo sentido. Ha perdido el sentido de la aventura y encuentra en Eva, una estudiante del salón que ella enseña, una vida que se le olvidó que existía. Ambas comienzan una aventura donde se demuestran una a la otra que las diferencias de edad y opiniones no son suficientes para destruir el amor amistoso que crece entre ellas.
Tuvimos una amena charla con el director acerca de inclusión, amores platónicos en la vida madura y cómo abordamos los sentimientos desde distintas trincheras.
Luis Toriz / Spoiler Time: Ya te había hecho esta pregunta en encuentros anteriores, sin embargo, para entrar un poco en contexto, ¿cómo nace Clases de Historia?
Marcelino Islas: En estos tiempos en que vivimos, en los que no solo hay choques a nivel generacional sino a nivel ideológico, a nivel racial, por preferencias sexuales y toda esta división que se ha generado en el mundo es un tema que hay que tratar y poner en discusión sobre la mesa. Clases de Historia surge de querer hacer una película luminosa, una película de encuentros más que de contenciones, como lo venía manejando en mis proyectos anteriores. Lo que buscaba era un personaje cuyo arco fuera desprenderse precisamente de todos estos prejuicios y los personajes que nos vamos construyendo y que no nos dejan compartir con otra persona. Todos podemos compartir y podemos empatizar, independientemente de quienes seamos o creamos que somos. Este fue el punto de partida, el construir un personaje que hablara de eso, de encontrar empatía, de encontrar luz. Creo que al final de estar estrenando en este contexto social y político, le da una notoriedad que la película no tenía antes.
LT / ST: Claro, fíjate que todavía hace algún tiempo, en la última entrevista que te hice en el marco de las nominaciones al Ariel…
MI: Pasó el COVID-19, no te olvides. De ese tiempo para acá el contexto social ha evolucionado demasiado: las ideologías y todo este tema de la inclusión en el lenguaje; todo el contexto social ha cambiado y evolucionado; también hemos pasado los tópicos de preferencia sexual a un segundo término, ahora es más cómo nos identificamos unos a otros y cómo nos reconocemos. Las preferencias sexuales han pasado a un segundo plano, sin perder su relevancia e importancia.
LT / ST: Aunque las preferencias sexuales son importantes en tu película, no son el tema, lo destacable ahí es el autodescubrimiento de los personajes y no te enfocas tanto en ello.
MI:Para mí es una historia de amor platónico, carnal y de toda manera que la gente interprete a estos personajes. Al final es amor lo que sucede entre estas dos mujeres que se encuentran a pesar de sus diferencias. Son personajes muy similares y tiene que ver con el mensaje que yo pretendo transmitir: que no tenemos que ser solo una cosa. Esto que mencionamos a toda la apertura que se está dando, el lenguaje inclusivo, todo esto es un ejemplo muy claro de ello. Para mí el lenguaje da igual, la preferencia da igual, creo que tenemos que aprender a transitar en todo lo que podemos ser en un día y al día siguiente volver a cambiar. Sería increíble poder llegar a eso. Vivimos muy presionados y atados por todo lo que tenemos que representar y lo que debemos llegar a ser. Somos una generación que creció con toda esa presión todavía. Al mismo tiempo es interesante que las nuevas generaciones poco a poco vayan combatiendo todo esto.
LT / ST: Mi siguiente pregunta tiene mucho que ver con esto. El personaje de Verónica tiene que ver con lo pragmático, lo aprendido… es la maestra. Mientras tanto el personaje de Eva es la alumna, pero, ¿quién enseña a quién al final de cuentas? Creo que ese discurso que plasmas con la película por medio de Verónica hacia Eva se convierte en un choque no solo ideológico, sino también un desafío. Verónica se ve reflejada en Eva, por eso le molesta, porque representa todo lo que ella era y ya no es. Y al reencontrarse con ella misma en otra persona se da cuenta de todo lo que perdió en el camino.
MI: Creo ambas se enseñan mutuamente y es bien bonita la lectura que tú le estas dando a la película y la relación entre ellas. Me gustó mucho esa interpretación donde dices que Vero se ve reflejada en Eva. Creo que todo ese miedo que tenemos a los cambios que estamos viviendo es el miedo a ser libre. Precisamente es lo que creo que tiene Eva, esa libertad que Vero ve en ella. Esa posibilidad de vivir por vivir y a partir de ahí se va construyendo el personaje.
LT / ST: Creo que lo que Eva enseña a Verónica es cómo vivir sin estar frustrada, sin todas las restricciones que probablemente ella vivió. Tiene un marido con una vida monótona, habitual hasta ese momento, y su vida no es lo que ella quería que fuera. Paralelo a esto observa que Eva es mucho más libre que no debe de complacer a nadie casándose o teniendo hijos y siguiendo preceptos sociales que no quiere cumplir. Creo que eso es con lo que está luchando el personaje de Verónica a comparación de Eva. Y esto es algo que me gustó mucho de la película, que muestra como dos generaciones tratan de entenderse y tiene mucho que con lo que estamos viviendo con el lenguaje inclusivo. ¿Todo esto con qué tiene que ver con tolerancia, empatía o qué Marcelino?
MI: Todo esto no solo es un choque de nosotros con las nuevas generaciones, sino es una coalición de todo lo que nuestros padres, maestros, abuelos nos han enseñado y nos hemos comprado mucho el personaje que somos, pero también los medios reafirman o devalúan estas mismas ideas. Las redes sociales refuerzan estas mismas agendas sociales que lo único que quieren al final es vendernos más cosas. Yo tuve que cerrar mis redes sociales porque era tanta información sobre todo que me vi saturado de temas que aún no puedo asimilar y no podía con toda esta confrontación absurda porque ni siquiera es nuestra confrontación, es la que nos enseñaron que debía de existir. Precisamente busco que desde mi trinchera estén representadas cosas que no se ven y normalizarlas, lo cual es muy difícil porque el mando va pasando de unas manos a otras; antes lo tenían las televisoras, hoy lo tienen las plataformas, pero siempre hay un ente y lo peor es que siempre es una empresa que define el pensamiento de las personas y esto es brutal.