La serie Misa de Medianoche es el trabajo más íntimo y existencialista de Mike Flanagan
Midnight Mass (Misa de Medianoche) es de lo mejor que nos dejó Mike Flanagan en su carrera. Una serie digna de ver.
Siempre escribir de Mike Flanagan requiere de dos cosas: un estudio introspectivo donde evalúes las emociones que removió en ti con sus historias y personajes y al mismo tiempo comprender su estilo y lenguaje, que, aunque sea una serie de televisión, tiene un tratamiento muy cinematográfico en todo aspecto. La fotografía es perfecta, los planos son los adecuados para lo que quiere transmitir al espectador, la música, la atmósfera… todo va bien.
Midnight Mass (Misa de Medianoche) es una historia de muchos personajes dentro de una isla, pero principalmente es la historia de dos importantes: Riley, un joven que atraviesa una crisis existencial al salir de la cárcel por matar a una joven mientras el manejaba ebrio y ahora que ha salido libre debe regresar a su hogar después de una larga sentencia, y el sacerdote Pruitt que lidera a la congregación de San Patricio dentro de la isla y que ha tenido que ser sustituido por un elemento más joven. Ambos hombres llegan a la isla y Riley debe enfrentar su pasado. El padre Paul se encuentra con una congregación desanimada, pero también con una falta de fe que pronto va a cambiar por el inicio de una serie de milagros extraños.
Jean Paul Sartre tenía una visión muy peculiar sobre la vida después de la muerte, no expresaba nada acerca de lo sobrenatural que puede volverse el tema y por eso es digno de comentarse: “La muerte es la continuación de mi vida sin mí”. El filósofo expresa muy bien con esta frase lo que se queda cuando desaparecemos de esta existencia. Todas las cosas que eran de nosotros, nuestra familia, trabajo, propiedades, etcétera… continúan pero sin nosotros. Profundo o no, es cierto. Es relevante en este caso porque dentro de la misma serie que, a pesar de contar con largas conversaciones existencialistas y tomas muy largas sin ningún tipo de corte, logra captar la atención del televidente o espectador y plasmar soliloquios acerca de la existencia después de la muerte, los afectos y desapegos al momento de estos desprendimientos de lo físico, es realmente una muestra de lo profundo que se puede volver el director en muchas formas.
Se menciona todo esto porque Mike Flanagan ha expresado que él mismo fue un monaguillo dentro de una iglesia católica, se debe suponer que esta serie es una de las más personales al ser escrita y dirigida enteramente por él. Con este trabajo sale a relucir un director que trata de exponer estos temas tan complicados, pero al mismo tiempo de tratarlos de entender desde una perspectiva distinta que le sirva para exorcizar sus propios demonios, pero también dudas que tiene acerca de los conceptos de Dios, el diablo, los ángeles, los demonios. Desmenuza y crítica incisivamente la fe ciega, la doble moral que muchos creyentes cristianos o no, tienen hacia lo que veneran. Destaco que expone temas, a modo de mención, que discursan con la xenofobia y la intolerancia ideológica que muchos pueden tomar al expresar sus propias ideas cuando tratan de “convertir” a los demás hacia sus creencias .
Fuente: Netflix
En cuestiones técnicas sobra decirlo, pero Mike Flanagan sabe cómo colocar la cámara porque conoce la historia que quiere contar, las intenciones que tiene con esta hacia el espectador, por lo tanto, sus planos son perfectos, al mismo tiempo que su fotografía. Todo siempre está en su debido lugar y también logra dirigir muy bien a sus actores que muchos de ellos ya han trabajado con él en otros proyectos, por lo que, dicho sea de paso, conocen cada una de las formas que tiene el director de trabajar bajo un estilo que ha logrado desarrollar a lo largo de tres series de televisión exitosas con Netflix.
No se puede dejar pasar que el director con Misa de Medianoche logra hacer efectivamente varios homenajes en estilo a Stephen King, del cual ya adaptó dos novelas, y en imagen a Guillermo del Toro. Del último al tomar una escena de la película de Cronos cuando el señor gris se da cuenta de su atracción hambrienta por la sangre humana. Este paralelismo imagológico que Flanagan logra con del Toro, para los que admiramos al director mexicano, es sumamente evidente y emociona bastante al verlo.
Crédito: Netflix
La serie tiene un problema, que no es mayor pero tampoco menor: su duración. Aunque mantiene al espectador bastante interesado en el desarrollo de los personajes y sus contexto filosófico y existencial, a veces se puede sentir un breve aburrimiento entre tanto monólogo existencialista. Aún así, si logras pasar esto te topas con una de las mejores series de Netflixhasta el momento, aunque no lo es de su director, creo firmemente que La maldición de Hillhouse sigue tomando el primer lugar en su carrera.
Midnight Mass (Misa de Medianoche) es un trabajo exquisito en términos cinematográficos, existencialistas y filosóficos. Es la labor más íntima y personal de su director que pienso se debe apreciar con paciencia en espera de una revolución ideológica y emocional en su propia resolución dentro de los últimos dos capítulos.