Una trabajadora social envuelta en el secuestro de una niña en este nuevo drama

Channel 4– sí, esa cadena inglesa que nos regaló series de enorme calidad como Black Mirror y Misfits– estrenó el mes pasado su nuevo thriller escrito por Jack Thorne, el autor de la obra Harry Potter y El Legado Maldito. Esta ficción de 4 episodios sigue los pasos de Miriam, una excéntrica y experimentada asistente social que se ve envuelta en una investigación policial cuando una niña adoptiva llamada Kiri desaparece luego de visitar a sus abuelos biológicos.

Lejos de los clásicos dramas policiales europeos, Kiri narra la historia en un tono tragicómico y cotiadano sustentado por el carisma de su protagonista interpretada por la actriz Sarah Lancashire, mejor conocida como la agente Catherine Cawood en la aclamada Happy Valley.

Miriam Grayson es una mujer solitaria que detenta un importante compromiso por las infravaloradas tareas humanitarias. Con su peculiar humor negro y una petaca de vodka siempre al alcance de la mano, esta insólita profesional recorre los hogares asignados por el Departamento de Trabajo Social acompañada de su antigua mascota, un perro que sufre de cáncer, gota, depresión y todo lo que a ustedes se le venga a la cabeza. En una de sus jornadas habituales Miriam debe recoger a Kiri Akindele (Felicia Mukasa), una niña afroamericana de 9 años cuyo padre fue condenado por violencia y tráfico de drogas y que se encuentra a punto de ser adoptada por una familia blanca de clase media. Con el objetivo de que la pequeña no pierda contacto con sus raíces culturales, Miriam decide llevar a la menor a una visita no supervisada en la vivienda de sus abuelos paternos. Pero luego de unas horas, la protagonista recibe un llamado telefónico revelando que Kiri se ha fugado de la casa. Todas las sospechas recaen en Nate (Paapa Essiedu), el padre de la niña que permanece oculto.

Al cabo de un tiempo, los medios sensacionalistas comienzan a hacerse eco de la desaparición de Kiri y a sacar conclusiones precipitadas. Mientras los vecinos y la policía emprenden una búsqueda incesante por los terrenos aledaños, Miriam debe lidiar con el acoso de los reporteros que, al igual que sus colegas, no dudan en hacerla responsable del trágico acontecimiento. Ante tamaña investigación, los jefes de Miriam deciden suspenderla de sus funciones por negligencia. Desconsolada, la mujer recurre nuevamente al alcohol hasta que termina siendo socorrida por una joven carenciada y adicta al crack a la que suele llevarle comida. Los roles se invierten y resulta ser Miriam quien ahora se encuentra en un estado de absoluta vulnerabilidad.

Kiri es una serie tan controvertida como reflexiva que utiliza el misterio de la desaparición como una herramienta para indagar sobre temas relacionados a la adopción transracial, los prejuicios y las presiones a las que se enfrentan las personas que se dedican a este tipo de trabajos sociales. De hecho, en una entrevista con el sitio web de Channel 4, el guionista Jack Thorne expresó que la idea había surgido a raíz de las historias laborales de su madre, una ex trabajadora social vinculada al campo del aprendizaje en adultos.

¿Permitiste contacto no supervisado porque era negra?, interpela uno de los cronistas a Miriam. El ensañamiento de la prensa pone de relieve las aprensiones detrás de quienes buscan la condena social. Los padres adoptivos de Kiri, Jim y Alice (Stephen Mackintosh y Lia Williams) tampoco tienen reservas a la hora de juzgar a la profesional y al padre de la niña ante las cámaras. Sin embargo, la historia irá demostrando las miserias humanas que los personajes acostumbran a camuflar gracias a su posición social.

Una ficción ágil e innovadora en su estilo, con un elenco talentoso que logra colocar sobre la mesa una temática poco abordada por la televisión.