Moonfall es una película tan absurda como atractiva
El cine es una oportunidad para, entre muchas cosas, escaparse de la realidad. Bajo esta premisa, una vez que entras en la fantasía que el guionista o director trata de ofrecerte, todo es posible. Y si algo tiene Roland Emmerich es que desde los trailers de sus películas nunca engaña al espectador en cuanto lo que va a ver en el cine. Esta honestidad y transparencia cinematográfica, al mismo tiempo que originalidad, son las marcas que componen el cine del realizador. Sin embargo, hay un ingrediente que siempre está presente: el morbo conspiracional. Sus producciones, aunque son originales y siempre incluyen temas conspirativos, son envueltos en una parafernalia efectista, que bien hecha o no, siempre entretienen.
Moonfall relata un fin del mundo al estilo Emmerich, que incluye héroes atípicos, hechos científicos tergiversados y en este caso, teorías conspirativas alienígenas y mucha destrucción, pero también incluye un ligero toque de sentimentalismo. No es nada de lo que no hayamos visto del director en la primera década de los dosmiles con películas como 2012 y El día después de mañana. Todo esto cargado sobre los hombros de Halle Berry, Patrick Wilson y John Bradley.
Desde su inicio te explica de lo que va a tratar. No hay engaño. El punto es: ¿cómo va a justificar esos temas? Pues digamos que una vez que, como dije al inicio, compraste la primera incoherencia de una historia, corres el riesgo de dos cosas: salirte de la sala enojado porque no es lo que esperabas o bien te entregas por completo a la fantasía que te ofrecen.
Moonfall es una mezcla, no rara, sino extrema entre el cine de desastres y conspiraciones y la más loca ciencia ficción. Lo que piensas al inicio que podría ser el giro de la historia, no lo fue y este plot twist de Emmerich me conquistó. Para este punto te debiste de haber entregado por completo al desastre de guion que es esta película. Al llevarte de absurdo en absurdo, terminas entrando por completo en el universo que propone. Es una película preocupante pero realmente divertida que entrega todos los convencionalismos de un subgénero que solo Roland puede hacer muy bien.
El espectador se verá sumergido en una ola de entretenimiento bien llevado y hasta cierto punto podrá aceptar las evidentes inconsistencias de guion que una historia como esta puede tener. Moonfall sí es incoherente, antinaturalmente desastrosa pero divertida hasta el último minuto además de ser refrescante en una época donde tenemos recuelas (gracias Scream), remakes (culpemos Halloween), trilogías absurdas (la maldición del universo de El Conjuro) y películas interminables de superhéroes.
De seguro se estarán preguntando: ¿es buena o mala? Y debo decir que no es buena en ningún sentido. Los efectos son regulares, las actuaciones regulares y el guion es equiparable al desastre qué pasa en la tierra al colisionar con su satélite. Sin embargo, hay un personaje que me hizo amarla más de lo debido y fue el Dr. Hausser, interpretado por un maravilloso John Bradley, que viaja del más absurdo personaje conspiracionista, al más entrañable héroe espacial. Fácilmente puedo decir que le roba el protagonismo a dos acartonados Halle Berry y Patrick Wilson… ¡simplemente extraordinario!
En resumen, Moonfall es simplemente algo distinto entre tanta falta de originalidad.