Porque nos sentimos identificados, porque nos dan ternura, porque son nuestros héroes, o quién sabe las miles de razones por las que admiramos personajes animados durante nuestra infancia. Lo cierto es que crecemos rodeados de estas criaturas ficticias que, de algún modo, nos marcan para siempre, y si algún día los olvidamos, regresan a nuestro recuerdo y nos generan nostalgia.
Ahora, ¿qué pasaría si ellos fuesen genéticamente modificados y convertidos en horripilantes seres dueños de nuestras pesadillas? Si te atreves, lo puedes ver a continuación.